No respondí.
Esa era la verdad, no hubo tal respuesta en palabras a su indirecta bastante directa. Y esto está lejos de ser una justificación, pero si vale para aclarar, las palabras nunca fueron lo mío.
En ese momento solo tomé su mano que estaba cerca de mí y sonreí.
Quizás no bastaba. De hecho tenía todo el sentido del mundo que no alcanzara; pero no podía pedirme actuar de otra manera cuando no tenía el poder –o la valentía– de hacerlo.
—No puedes hacer eso a esta hora —dije riendo mientras él intentaba quitarse la ropa para meterse al agua. Al menos no había salido corriendo después de mi no-respuesta.
—Aburrida —dijo mirándome fijamente, y posiblemente en doble sentido.
—Hace frío, Peter —lo miré también— me trajiste un buzo hace un rato y ahora quieres ir al agua.
—Es mi habitad —dijo desabrochando los botones de su chomba— si no quieres venir, mal por tí... yo iré igual. —sin dejarme responder dejó su billetera y cosas cerca mío, y corrió al agua.
Me preocupaba un poco que la luna era lo único capaz de alumbrar el lugar, y si bien las olas estaban calmas podía perderlo de vista fácilmente. Mi ansiedad se intensificó un poco en ese momento.
—No vayas tan lejos —elevé la voz algo temblorosa.
—Estoy siempre cerca, Espósito —regresó el grito, yo puse los ojos en blanco porque no podía creer que siempre utilizara mis palabras para ir al ataque.
—Deberías salir, de verdad me causa un poco de ansiedad que te metas debajo del agua a esta hora —me quejé antes de encender otro cigarro.— ¡PETER! —grité poniéndome de pie cuando no obtuve respuesta de su parte por algunos segundos.
—¿QUÉ?
—Contesta cuando te hablo, idiota —respondí acercándome un poco— ¿Eres gilipollas? Sal.
—Odio la palabra gilipollas —me respondió poniéndose de pie. Se acercó un poco y por un segundo creí que iba a hacerme caso pero cuando estuvo lo suficientemente cerca de mí se tiró nuevamente generando que salte agua para todas partes.
—Si digo algo, es un insulto —respondí quieta en mi lugar mientras él reía fuerte— metí los pies para que te conformes y dejes de ser el grinch, pero no te alcanzó al parecer —agregué secándome la cara— si me enfermo tienes toda la responsabilidad del mundo.
—Si te enfermas, yo igual... o peor —señaló su situación— pero la vida es una, Espósito. No vamos a volver a tener 25 otra vez.
—Tienes 26 —le recordé.
—Es lo mismo —puso los ojos en blanco mientras se acercaba de nuevo, yo comence a arrastrarme hacia atrás cuando noté sus intenciones— No voy a mojarte, no te alejes —rió y se quedó en silencio algunos segundos— Te queda gigante mi buzo.
—Normal, eres dos veces yo —respondí rápidamente.— Me llega hasta las rodillas —apunté.
—Parece un pijama —rió— Pero la verdad es que te queda bien, ahora usan mucho todo ese estilo, estilo...
—Oversize —completé la oración.
—Eso —indicó— Aunque no es muy tu estilo ¿no? —negué— eres más formal para vestirte —incliné un poco la cabeza.
—Aquí me has visto generalmente en bikini... si tú consideras formal eso —dije y los dos reímos al mismo tiempo.— Broma, no soy de vestirme formal salvo ocasiones especiales, pero soy más de la ropa al cuerpo, eso seguro.
ESTÁS LEYENDO
11 besos.
FanfictionElla, en busca de paz. Él, en otra de sus aventuras en busca del campeonato que le pondrá fin a una era. ¿Cómo se puede sentir tanto amor en tan poco tiempo?