Su trabajo es proteger a las personas que contengan la D en su nombre, pero ya esta harta, cansada y agobiada de hacer eso.
Este no es un trabajo fácil, ellos en cada época, generación o momento eran conocidos por ser los "busca problemas", pero tie...
Para mi linda amiga que escribio lo de abajo: Gracias a vos estas pervertidas van a tener lo que quieren, te deben el capitulo más a vos que a mi que hago la historia
Este capítulo contiene Lemon, te recomiendo que bajes hasta el resaltador si no queres leerlo
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Sus manos se dirigieron a mi cintura y la tomaron con decisión, empujándome hacia la pared de manera lenta, pero segura.
- Tu empezaste esto Yuliett.. no pidas que pare ahora.. -dijo separándose de mis labios tan solo unos centímetros, permitiéndome sentir su cálido aliento sobre mi boca.
-Doffy.. no deberíamos hacer est- antes de que pudiese continuar mi espalda choco bruscamente contra la fría pared, sus manos, antes en mi cintura, se dirigieron desesperadas hacia mis muslos, apretandolos y masajeandolos, deseando sentirlos.
- Te hare sentir única.. te hare sentir que sos la única maldita mujer del mundo.. Mi maldita mujer..- dijo antes de bajar su boca hacia mi cuello, besándolo lentamente mientras me levantaba para que enrollase mis piernas en sus caderas.
-Doffy..- susurré deseosa, rogando por mas sin decir mas que un simple apodo
- Repitelo.- reclamo demandante
Mientras sus besos en mi cuello bajaban hacia mi clavícula, deteniéndose para lamer, besar y succionar parte de ella; dejando varias marcas que posiblemente tardarían días en desvanecerse completamente.
-Doffy, por favor..- Repetí gustosa de complacerlo.
-Maldita sea mujer, me tienes jodido- dijo antes de sentarme sobre la cómoda y alejarse unos metros, dejando caer su abrigo.
¿Es buena idea hacer esto ahora?
No, claro que no. ¿lo vas a hacer igual?
Al carajo, voy a hacerlo igual.
Me incline hacia adelante dejando mas a la vista mis pechos aun cubiertos por el corpiño de mi bikini , lo tome de la corbata y volví a acercarlo.
-¿Y? ¿Piensas quedarte ahí parado o me convertirás en tu mujer?- dije desafiante, tentandolo. Una sonrisa traviesa apareció en sus labios.
-¿Acaso estas retandome? Yo no haría eso, cariño; no saldrá bien para ti.- dijo poniendo nuevamente sus manos en mi cuerpo, pero no es mi cintura, si no en mi trasero, aplastandolo como si de un peluche se tratase.
-Mmm.. tendrás que demostrármelo..- dije desajustado su corbata para quitarsela.
-Pues así será mujer.
Ese fue el ultimátum, sus manos me alzaron nuevamente y comenzó a besarme de manera demandante, desesperado. Enrede mis dedos en su cabello mientras el acariciaba mis trasero.
