No te vayas, no me abandones de nuevo

Demetrius Desmond

- ¿Y... cómo conociste a mi hermano?

La tensión en el ambiente era muy pesada.

Más que todo por los hermanos Desmond. Pues Damian fulminaba con la mirada a Demetrius por cada palabra que le dirigiera a Anya.

Al oír su pregunta, Anya casi se ahoga con su bebida.

-Ah... bueno, nos conocimos cuando teníamos seis años, en la academia... -respondió finalmente.

-Ah, amor de infantes, eh -inquirió Demetrius con una sonrisa genuina.

-De hecho... no -admitió Anya, nerviosa- No siempre nos hemos llevado bien.

Demetrius arqueó una ceja, intrigado.

- ¿Entonces cómo sucedió?

-Mm... Pues yo fui la chica que lo golpeó el primer día de clases -aceptó con vergüenza.

Ante la respuesta Demetrius se sorprendió. Como si hubiese recordado algo.

Dejó a un lado su bebida y apoyó sus codos en la mesa.

-Así que eres tú... -la mirada que clavó Demetrius sobre Anya provocó un escalofrío en ella.

Una mirada muy idéntica a la de su madre. Una sonrisa que mostraba gracia pero también hacía sentir a Anya escrúpulos.

-Anya Forger, ¿verdad? -preguntó con intriga y obvies.

Ella confundida se puso a pensar dónde lo había visto. La confusión se apoderó de ella por unos segundos, antes de que levantara la mirada con impresión y la comisura de sus labios ligeramente abiertos.

- ¡El primero! -espetó con emoción e intriga.

Demetrius soltó unas risitas al escucharla decir eso.

-Sí... ¿cuánto tiempo, eh?

- ¡Ja, ja! Sí, no sabía que te volvería a ver.

Ellos reían y Damian los miraba con confusión.

- ¿El primero? ¿Volverse a ver? ¿Qué significa todo esto? -cuestionó Damian, confundido.

-No te enojes, hermanito.

Pidió pasivamente Demetrius.

-Anya y yo ya nos habíamos conocido antes... -explicó.

-No me llames así... -musito Damian.

La mirada del azabache se dirigió a la de cabellos rosados, quien asintió con una muy grande sonrisa.

-Así es -afirmó la cabello rosado- conocí al primero cuando teníamos ocho años, en la academia.

Esto solo dejó mucho más confundido a Damian.

Él no recordaba haberlos presentado o haber visto a Anya junto a Demetrius en ningún momento de su infancia.

- ¿En qué momento... o dónde sucedió eso? -preguntó muy confundido.

Sin embargo, a los que se les hizo esta pregunta parecieron muy incómodos. Ambos desviaron la mirada con incomodidad, como si hubiese dicho algo que los hizo recordar algo que no querían.

Lily notando esto decidió tomar cartas en el asunto. Después de todo estuvo muy callada.

- ¡Qué coincidencia tan bella! -Dice sonriente-, que tierno que se hayan conocido antes y ahora sean cuñados.

Ella intentaba desviar el tema.

Damian no estaba dispuesto a hacerlo, pero Demetrius y Anya sí, por lo que le siguieron el juego a Lily.