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Miércoles...

La mitad de la semana laboral.

Y la mitad de la semana escolar de Macaque.

Ese día era el único en el que no compartía clase con Wukong, pero el destino fue tan amable con él que los colocó en salones paralelos así que el apiñonado tomaba asiento justo en la puerta para poder observar al peli naranjo en su clase de cálculo.

En realidad lo veía dormir, porque eso hacía su enamorado en la clase.

- ¡Hey! ¿Estás escuchando?

Macaque se gira a su izquierda viendo a su compañero de mesa Nezha hablarle con el ceño fruncido.

-Por supuesto, estás dándole consejos a Chang'e para que deje a su no novio.

- Mac es muy hábil, puede estar en tres lugares a la vez solo escuchando- dice Chang'e mientras ríe en voz baja.

Liu'er recuerda el primer día que los conoció, bueno, a Nezha.

Era la primera semana de clases y él tomó el asiento que más le acomodó para poder vislumbrar a la persona que le gustaba.

-¿Puedo sentarme?

Macaque ni siquiera lo miró, simplemente asintió mientras trataba de buscar a Wukong en el salón de enfrente. No fue hasta que el chico a su lado se sentó a su lado que lo miró de reojo.

Su ropa rosada con dorado le llamó la atención, era muy bonita y combinaba genial con sus Vans rosados. Los dos chongos amarrados con el listón rojo resaltaban su piel blanquecina y el ligero maquillaje brilloso iluminaba sus mejillas.

- Me gusta tu ropa.

-Gracias, a mí también me gusta.

Macaque rio.

-No sigas sus consejos, rompió con su novio y por eso cree que cualquier chico es igual al estúpido de Erlang ahora mismo.

Nezha frunció el ceño en señal de ofensa.

- ¡Oye! Eso no es cierto, bueno, lo de Erlang siendo un estúpido sí, pero el resto no, no son iguales.

Macaque y Chang'e levantaron una ceja mientras lo veían fijamente.

-Cada uno es peor que el otro.

Los tres rieron un poco muy alto, provocando una llamada de atención de la profesora.

Después de un rato la atención de la docente se desvía nuevamente a los papeles que elaboraba.

-Bueno, puede que mi punto de vista esté alterado por mi reciente separación, pero también el de Mac lo está.

- ¿Y yo por qué?- Macaque frunce el ceño.

-Por que estás E-N-A-M-O-R-A-D-O.

Macaque se sonroja, desvía la vista al pizarrón y niega con la cabeza.

Dios, nunca debió contarles de Wukong, pero fue inevitable una vez que ambos se dieron cuenta de que la vista del pelinegro se desviaba hacia el salón de enfrente.

-Hagan su trabajo porque esta vez no pienso pasarles nada.

Nezha y Chang'e ríen en voz baja y continúan viendo su cuaderno.

Sí, aunque no veía a Wukong los miércoles eran días buenos.

ZvezdyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora