𝐀𝐜𝐭𝐮𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝El sol llega a calentar mis brazos desnudos desde afuera del cristal de mi cafetería favorita. Desde que la encontré en Instagram por casualidad vengo aquí casi a diario, a veces con Genniva y a veces sola, en cualquier oportunidad se que Sant Rose es mi cafetería favorita de toda la ciudad.
La mesera trae nuestro pedido y pongo mi cabello tras las ojeras.— Me citaste aquí, así que supongo una sola cosa —Ella toma su expreso cargado— ¿Lo encontraste?
Dos de crema, una de azúcar y el toqué perfecto de canela. La bebida caliente toca mis labios y por un instante olvido la pregunta que Gen acaba de formularme.
Los años habían pasado, con ello parte de mi carisma y un poco de su egocentrismo habían desaparecido. Seguíamos siendo las mismas de siempre, solo que un poco más maduras, con trabajos estables y una buena vida.La mujer frente a mí se ha convertido en la fiscal más reconocida de la ciudad, su imparcialidad y perfección dejan en claro sus grandes dotes audaces en el estrado. Por otro lado yo me eh vuelto una de las mejores escritoras de terror fantástico del momento, mis libros desaparecen de las librerías en cuanto el estreno de anuncia, mis bolsillos se llenan y el teléfono nunca para de sonar en busca de entrevistas en mi nombre. Puedo decir que mi vida está hecha.
— ¿Y bien? —Miro a Genniva, quien sigue esperando una respuesta de mi parte— ¿Lo encontraste?
— Si, se volvió chef —Muevo la cuchara en mi taza, algo impaciente de mi parte.
— Ajá.
Ella espera más. Desgraciadamente me conoce tan bien que sabe todo mi lenguaje corporal, sabe que tengo más por decir.
— Trabaja en un restaurante a solo unas calles de aquí.
— No hablaras del que tiene 4 estrellas Michelín, ¿O sí?
Llevo las manos a la cara y mi boca suelta un sonido de desesperación, los codos en la mesa se me resbalan lentamente.
— Ese mismo.
Me sobresalto por un golpe suyo a la mesa, me quedo mirando el arrugado mantel blanco ya que evito su mirada furiosa a toda costa.
— Hicieron una promesa. Si, fue una idiotez de universidad pero esto aún te mueve las fibras del cerebro niña —Empieza a contar con los dedos— Ambos estaban ebrios, si mal no recuerdo en esas fechas estabas ovulando, recién habías peleado con tus padres…
— Ve al grano, por favor.
— El grano es que no se hablan hace casi año y medio, no pierdes nada con ir y charlar un rato.
En ese momento pierdo totalmente la paciencia.
— ¿Qué quieres que diga? “Hola Bryan, ¿Recuerdas que me pediste buscarte en dos años para tener un hijo? Bueno, revisé tu perfil de Instagram y por suerte sigues soltero ¿Quieres acostarte conmigo?”
— Por supuesto que no dirás eso, suenas a que no has tenido sexo en mínimo un año.
La miro con cara de pocos amigos. Sabe muy bien que hace un año dejé las cosas con Jeison y que desde ahí no tengo nada con nadie.
— Lo que quería decir es, puedes ser más sutil.
— ¿Cómo se es sutil con esto?
Ella hace una sonrisa en su rostro. Es de esas sonrisas malévolas pero engañosamente inocentes, esas que significan “Toma un dulce del mostrador a escondidas” o “Robemos el banco principal”. Cuando Genniva Cowper hace esa sonrisa verdaderamente hay que estar a la expectativa de sus planes.
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Trato Hecho
RomanceEl techo donde me encontraba emitía ciertas vibraciones con la alta música que salía del primer piso de UMK. Aquella me adormecido poco a poco mientras el cigarro entre mis dedos se consumía con el aire, hacía ya minutos no lo llevaba a mi boca. ...