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Ideales.
Ideales perfectos.
Se había esforzado toda su vida; desde joven, siempre. Planeo cada segundo y todo había resultado perfecto... Entonces ¿porque ahora su trabajo se recompensaba con el más grande dolor de cabeza andante que tenía la desgracia de conocer? Quería dormir maldita sea.
-La burocracia es un asco ¿no lo crees? - Y oh vaya, definitivamente no era un mal sueño solamente.
-Oh vamos.... no me digas que solo estas aquí para fastidiar mis horas de sueño hablándome de tu problema con el gobierno de tu padre- Empezaba a considerar doblar un poco más sus limitaciones y mandar al diablo al molesto príncipe que arruino su tranquilidad.
-Nah, solo vine a darte la bienvenida. - El intruso se veía mas que cómodo pasando de largo la puerta y acojinándose sobre la cama ajena.
-Las veces que he escuchado esa frase salir de tu boca resultan en molestia o favores- menciono el chico de coleta mientras apartaba las gafas con cuidado y se masajeaba la sien con suavidad. Él se sentó en una silla acojinada cerca a la puerta, no sería buena idea si alguien descubriera que el príncipe logro salir de su habitación... como ya era concurrido.
- ¡Pero qué maravilla!, apenas volviste de escoltar a mi padre de su viaje de dos años y aun recuerdas nuestra bella dinámica. -con una sonrisa de oreja a oreja alboroto las telas a su alrededor y dando prueba de su confianza se recostó sobre sus hombros cómodamente en el colchón del rubio quien ya podía ir considerando llamar a los guardias de una vez por todas- Vale empiezo yo, hoy me he enamorado de alguien que ni siquiera conozco. ¿Qué has hecho tú para arruinar tu vida?
El rubio suspiro con cansancio.
-Mira, me duele la cabeza, esto tiene 3 pasos: primero me sacaras una estupidez de conversación, luego me cansare y te mandare a la mierda, y por ultimo mientras me dirijo a la puerta me harás regresar para contarme lo verdaderamente importante que tienes en mente, así que ¿podemos eliminar la caminata de la ecuación?
-Quizás... si prometes ayudarme con un asuntito pequeñito- lanza un beso picaron con un rostro más... poco agradable que otra cosa.
-Imbécil...
-Relájate, sé exactamente lo que necesitas oír para alegrarte... ¡Nos van a denunciar! - Oh, esto sí que no podía ser cierto.
-... ¿Que?
-Bueno, solo si terminas fallando con la encomienda que te daré, obviamente eso sería imposible para tu reputación.
- ¿A qué vienes realmente, Dazai?
-Lo mencione al entrar, necesito que busques a alguien, lo localices y averigües todo sobre ella- su semblante burlón fue desplazado por uno frio, oscuro. Tan...
-Que asqueroso de tu parte ¿se trata de alguna de esas pobres chicas que el único delito que han cometido es el ser lo suficientemente atractivas como para atraer tu libido hacia ellas? - Con menos paciencia de la que tenía en un comienzo, replico: - Nunca me necesitaste para ir por ahí acosando a jovencitas ¿porque no te encargas tu solito de preguntarle de frente alardeando tus encantos como siempre?
-Vaya... de verdad te molesto que haya interrumpido tu sueño rejuvenecedor, - sonrió- Kunikida-kun...Si quieres saber la verdad sobre alguien, no le preguntes a ese alguien. De hecho, ese alguien es la última persona a la que deberías consultar.
El rubio solo demacro más su mirada.
-Como sea, apariencia, detalles, hora y lugar donde la vi por última vez están descritas en esta nota. - con elegancia (que sabrá Al-lāh de donde saco) se dirigió a la puerta, despidiéndose con una mirada de fingida inocencia. -Que pases buena noche, Ku-ni-ki-da-kun.
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ARABIAN NIGHTS (Soukoku)
Random-Podría robar cualquier joya, no me costaría nada. -¿Hmm? ¿Eso a que viene? -A que me recuerdo a mi mismo que definitivamente soy el mejor ladrón, al fin y al cabo me robe al príncipe ¿No?