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¡Perdonen si hay faltas de ortografía!

[....]

El amor es raro.

Casi nunca sabes lo que sientes, siempre andas confundido y pensando en aquella persona, que a tus ojos se ve inalcanzable. Y otras veces es lindo, con solo una cruzada de miradas o un simple saludo sientes una felicidad inmensa y como te gusta aun más.

Aunque para alguien que toda su vida pensó que era hetero, no es tan fácil. No sabía porqué, pero en las noches lloraba sin razón alguna, sintiendo una presión en su corazón cuando pensaba en aquel chico que lo hizo dudar tanto. Pensar que esos lindos ojos verdes nunca lo verían de la misma forma por el temor de no ser correspondido.

En su cabeza creía que a Carrera le gustaban las mujeres, y por eso nunca sería correspondido. Estaba en un conflicto consigo mismo y le molestaba eso, quería sentir que era el amor de verdad, que se sentirá un beso, un abrazo o siquiera agarrar de la mano a alguien.

Aunque ese sentimiento estuviera lejos de hacerse realidad.

Todas las noches miraba al techo cuestionandose a sí mismo, peleando con su cabeza de lo que en verdad sentía. A veces deseaba borrar esos sentimientos, tirarlos a la basura y hacer como si nunca hubiesen existido, pero dios, tan solo volver a ver a ese chico, su lindo cabello revuelto o sus preciosos ojos lo hacían caer de nuevo.

Cuando creía que por fin dejaba de gustarle, llegaba y lo enamoraba otra vez. Si Carre quería, lo podría tener como esclavo y él ni se quejaria.

Cuando estas confundido con tu sexualidad es difícil aceptarlo, y el único amigo gay que conocía, era Robleis, aunque prefería guardar sus sentimientos para él sólo, está vez sentía que tenía que contárselo a alguien.

[....]

Habían pasado varios minutos en los que solo hacía garabatos en una pequeña libreta, aunque uno no se podría considerar así, pues era un dibujo de Carrera, no sabe ni en qué momento empezó a dibujarlo, pero se sentía más calmado.

Cuando tuvo el suficiente valor, agarró su celular para llamar a Robleis, el cual contestó al instante.

"Que pasó wacho?"

"Necesito que vengas a mi casa"

Dijo al instante, haciendo un corto silencio en la llamada, pudo escuchar la risa de Carre de fondo, lo cual le causó curiosidad.

"Un café primero, ¿no?" Su tono divertido se escucho.

"Habló enserio, quiere hablar de algo...."

"Sí dale, dame un momento, termino mi cita con Rodri y voy"

"¿Cita?"

"Nah, tranqui, yo no te lo voy a robar"

Antes de que pudiera decir algo, se escucharon un par de quejas y la llamada finalizó. Spreen resoplo, tirando su cara bastante roja en la mesa.

Se había quedado viendo su celular como un bobo, no sabe cuanto tiempo abra perdido en aquel aparato pero fue mucho. Hubiera estado ahí todo el día sino fuera por los golpes que se escuchaban en su puerta, sacándolo de su trance.

Rápidamente fue a abrir la puerta, sin antes tomar un respiro, cuando la abrió pudo ver a Robleis con una ligera sonrisa.

—Ya estoy aquí. ¿Para qué me llamaste?—Dijo entrando en la casa cuando tuvo el permiso de Spreen.

—Te voy a hacer una pregunta, y es serio— Se sentó en el sofá antes de continuar —¿Como descubriste que eras gay?—

Robleis trató de ocultar una risa, sabiendo al punto que iba la conversación.

—Pues no lo sé, lo supe toda mi vida desde que tengo memoria, solo fue cuestión de aceptarlo.... ¿Por qué lo preguntas?— Escucho un suspiro.

—Me siento confundido, nunca en mi vida me gusto alguien, y de pronto llega él y hace que tenga tantos pensamientos en poco tiempo, me hace sentir tan extraño. Pensé toda mi vida que era heterosexual....— Suspiro con frustración, tratando de encontrar las palabras correctas para expresarse —Simplemente lo vi e hizo que inmediatamente dudará de mi sexualidad—

Escucho con atención todas sus palabras, entendiendo perfectamente que para Spreen era un nuevo sentimiento que no entendía. Palmeo suavemente su hombro.

—¿Si no te gustaba nadie porque pensabas que eras hetero?—

—Supongo que nunca imagine que me gustaría un hombre—

—¿Te gusta Carre?— Sonrió al ver como Iván se ponía rojo.

—¡No! Digo, no lo sé, me hace sentir náuseas cuando estoy con él, siento que en cualquier momento me voy a desmayar por los nervios que me dan cuando lo veo— Apretó su estómago de tan solo recordarlo, le daba vergüenza admitir todo eso, se dio cuenta de que sé delató a sí mismo.

—¿De qué tienes miedo? Es obvio que te gusta, pero lo sigues negando, ¿por qué?—

Al pelinegro le costó hablar, se quedó pensativo por varios segundos que parecieron eternos.

—¿Y si no le gustan los chicos? Voy a quedar como un ridículo y probablemente le dé asco— Agachó su cabeza, posando sus manos en ella y desordenando su cabello.

─Spreen.... Yo conozco a Carre, y te puedo asegurar que es todo menos hetero. Escucha, no sigas ocultandote, tienes que aceptarlo, se nota que te mueres por él, pero antes quiero que estés cien por ciento seguro de tu decisión, no quiero que te fuerces porque ambos terminarán mal. No vayas tan rápido, tomalo con calma, porque si le haces daño yo te corto los huevos— Ambos se rieron para luego quedarse en silencio.

Le sonrió de una manera tranquila. Spreen se quedó pensativo, realmente le hacía falta ser escuchado, ya no se sentía tan perdido y sentía que podía pensar mejor. Respiro con más tranquilidad, pensando en todo lo que iba a hacer para conquistar el corazón de aquel bonito chico.

—Gracias, necesitaba esto— Se echo en el sofá, soltando un suspiro y cerrando por un momento sus ojos.

Tomás solo asintió, miró a la mesa y vio una libreta junto al celular de Spreen, no pudo aguantarse la risa al ver el dibujo y en la pantalla una foto de Carrera que se la envió él.

—¡Dios amigo! ¿Te pajeas con esto?— Decía de manera burlona, despertando la confusión de Spreen, quien al ver hacia la mesa se dio cuenta.

—¡¿Y vos que miras?!— Agarró la libreta y su celular, sus mejillas estaban rojas de la vergüenza.

—Sos un pajero de mierda— No pudo aguantar sus risas, viendo con diversión la cara de Spreen, que no sabía que más decir.

Agachó su cabeza, intentando soportar las risas de Robleis, el calor subía más a su cara, para después pasar a una pequeña discusión donde Iván negaba todo lo que pudiera ser malinterpretado.

[....]

Por fin regrese, perdonen por la inactividad y por el capitulo flojo, entre en una etapa donde no tenía ganas de escribir nada y un bloqueo horrible, pero volví.

Y si no les molesta.... Tengo ganas de escribir un violentometro, nosé. Solo digo.

En fin, hasta pronto, los amo.

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𝘜𝘯 𝘰𝘴𝘰 𝘦𝘯 𝘯𝘦𝘨𝘢𝘤𝘪ó𝘯 [𝘏𝘢𝘱𝘱𝘺𝘣𝘦𝘢𝘳] [𝘊!𝘙𝘰𝘥𝘳𝘪𝘷𝘢𝘯]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora