CAPÍTULO 13 "Canarias"

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NARRA ASTRID:

- Agsh, té odio. - Le dije.

Cogí y fui hacia la cocina. - ¿A donde vas? - Me preguntó, pero no le contesté. El seguía riéndose a carcajadas. No lo soportaba a veces.

- ¿Quieres?- Le entregué un refresco, él lo recibió con una sonrisa.

- Astrid te tengo que decir una cosa. - Me dijo tajante.

- Dime. - Contesté.

- Me voy todo el verano a Canarias.

- ¿Que? - No me lo esperaba. Obviamente me alegro por él y por su familia. Pero ha sido tan repentino que no me lo esperaba. Su cara se le cambió a una más seria.

- Si, es por el trabajo de mi padre. Nos dan vacaciones a cambio de ir con ellos, claro.

- ¿Y quien va?

- Algunas familias que no conozco, Jack y Heather, el jefe de mi padre y su hija.

- Que bien. - Le sonreí.

- ¿No te importa? - Me pregunta.

- ¿A mi?

- Si Astrid a ti, ¿quien más hay en la casa?

- Pues... claro que no. Además nosotros también nos vamos de vacaciones.

- ¿Seguro? Me sabe mal dejarte aquí sola todo el verano.

- No te tiene porque saber mal. Nosotros nos vamos a Mallorca a ver a mi abuela.

- ¿Cuanto tiempo?

- Casi todo el verano, un mes o un mes y medio. - Le aseguré. A él se le dibujó una sonrisa.

- ¿Me puedo ir tranquilo? - Preguntó con media sonrisa.

- Claro que si Hiccup. No digas tonterías.

- De acuerdo mandona. - Yo me coloqué al lado suyo y le abracé por la cintura. Nos quedamos un rato así, hablando de tontería, hasta que se le hizo ya tarde y se fue a su casa.

...

- Hola guapa. - Me decía con una sonrisa.

- Alex. ¿Que tal?

- Ahora mejor, estando tu a mi lado. - Yo intenté fingir una bonita sonrisa.

- ¿Para que me has llamado? - Le pregunté. - Tengo cosas que hacer. - Cogí mi taza de café y le di un sorbo. Estábamos en un bar tomando algo.

- Quería pedirte perdón por el espectáculo que montamos tu novio y yo el otro día.

- No es mi novio. - Le dije.

- Bueno lo que sea. Me pase mucho y te fastidie la noche. - Colocó su mano encima de la mía.
Yo la separé de inmediato.

- No debiste portarte así. Y él tampoco se portó  bien contigo.

- Pero fue el. Que se puso celoso.

- Hiccup no se pone celoso por eso. - Le aseguré.

- Claro que se pone. Te estaba tocando el culo, él quería estar en mi lugar. - Me dijo. Será descarado.

- No digas eso, él no se puso celoso, solo lo malinterpretó y se lio.

- No se, pero lo importante es... si te gustó. - Me decía con media sonrisa.

- Eh... Pues... No se que decir. - Seguro que estaba roja de la vergüenza, a quien se le ocurre preguntar eso. Dios.

- ¿No te gustó? - Me seguía preguntando. ¿Podía cerrar esa boca de engreído? 

- ¿A que has venido en realidad? A preguntarme si me gustó cuando me metiste mano en la graduación. ¿En serio me has llamado por eso? - Dije en un tono molesto.

- Bueno, no en realidad, era un pregunta curiosa. - Levantó una ceja.

- Alex, espabila. - Yo estaba harta de esta conversación.

- No te supero. - Me quedé congelada.

- ¿Perdón?

- Que no te supero Astrid. - Me volvió a repetir.

- Pero si lo nuestro duró muy poco. Y tú me pusiste los cuernos en menos de un mes. - Le contesté, ahora ya entiendo a Hiccup de porque me decía que no me metiese en su juego.

- Yo no era muy buena persona en esa época, pero en el momento que ya no te tuve al lado mío, me rompió en dos. Te necesito Astrid. Fuiste mi primer amor, ¿recuerdas en la infancia?

- Té recuerdo que también me pusiste los cuernos. - Le repetí.

- Lo se. Éramos críos. Pero nadie te ha superado y no me he dado cuenta hasta ahora.
Astrid... Ambos nos necesitamos y tú lo sabes. - El volvió a poner la mano encima mío. - Tampoco te separaste en la graduación. - Sus ojos se cruzaron con los míos, esto era imposible.

- Se que ahora puede ser muy difícil, puede que tengas dudas o no confíes en mi. Pero quiero que sepas que nadie en la vida, te ha querido como te he querido yo. Te juro que me arrepiento cada día de lo que hice y de lo que te dije a tus espaldas. Se que me pasé y lo siento, lo siento mucho. - Estaba muerta, ya me había dicho que había cambiado, pero la verdad que no sabía si creérmelo o no. Yo también le había echado de menos y no tenia muy claro mis sentimientos hacia el.

- No se Alex... Me gustaría pensarlo. - A el se le iluminó la cara.

- Eso es un si. ¿Verdad? - Cogió su taza y sonrió de par en par.

- ¿Que? Claro que no, yo no he dicho que si en ningún momento, solo he dicho que lo quiero pensar. - Escuchaba siempre lo que le interesaba. Esto sería muy complicado, aunque no lo pareciera y le tuviera cierto asco o desprecio a Alex, tenia que admitir que nunca me dejo de gustar.

- Bueno pero tampoco es un "no"- Volvió a sonreír, yo también le sonreí.

- Has sonreído. - Me señaló con el dedo. Ya te tengo en el bote Astrid Hofferson. - Que idiota era.

- Tendrás que ganarte mi amor otra vez. De momento me voy a casa. - Dije para levantarme de la silla y colocarme la chaqueta.

- ¿Té acompaño? - Me preguntó.

- No gracias, vivo a dos pasos.

- Ya lo se, se donde vives. - Volvió a sonreír como un tonto.

- Adiós. - Le contesté para marcharme.
Tampoco quería que me acompañase, me gustaría ir sola a casa y pensar un poco. Tarde o temprano tenia que buscarme una distracción para cuando mis únicos mejores amigos estén en Canarias.

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⏰ Última actualización: Sep 29, 2023 ⏰

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