/¡Una pista!/

1.4K 193 37
                                    

Cejo y Michu se encontraban regresando a su hogar.

Habían ido juntos por un poco de carbon y más suministros para la casa.

—¿Crees que a Loco le guste el diamante?—

—Yo digo que si, casi te rompes la cabeza para conseguirlo.—

A pocos metros de llegar a casa, empezaron a escuchar pasos entre las hojas secas. Los dos se alarmaron, así que con cuidado sacaron sus espadas y vieron que era lo que se escuchaba.

Ya bien escondidos, observaron detrás de un gigante árbol y lo que miraron los dejó confundidos.

—Es Aquino... ¿Con alguien más?— Dijo en un veloz susurro el sorprendido de Michu.

—¿Qué? ¿Con quién?— Cejo no tardo en asomarse también.

Y efectivamente, Aquino daba vueltas con una persona que tenía puesta una armadura cosa que imposibilitaba saber quien era.

—Mejor vámonos Michu, tal vez solo sea una coincidencia bastante extraña.—

—Para mi no es una coincidencia.— Decidieron mejor seguir de largo.

No querían especular demasiado ya que podría ser cualquier mal entendido, aunque no tenían idea de donde estaba el mal entendido.

❝◟✿◞❞

Todos los integrantes de la casa ya hacían sentados en la sala, todos, menos Aquino y Duxo.

Estaban en un silencio que poco a poco se comenzaba a tornar incómodo. Y todo era por que absolutamente todos tenían una misma duda en la cabeza.

¿Quién es la persona con la que sale Aquino?

Nadie se atrevía a decir nada, pues tampoco querían echar de cabeza a su amigo, cosa que no tenía sentido ya que ni siquiera sabían quien era.

Cuando ya no se podía poner peor el ambiente, Natalan decidió romper el hielo.

—¿¡Por qué nadie habla?! ¿Tienen algo que decir o que?—

Todos miraban en diferentes direcciones, evitando tener contacto visual entre sí.

—Supongo que ya todos saben lo de Aquino ¿Verdad?— Dijo por fin Nat.

Michu saco todo el aire que había estado reteniendo.

—Es raro, esa persona siempre lleva armadura y nunca e podido ver su cara. Es como si lo hicieran a propósito.—

—Tienes razón, nunca podemos ver quien es. Se a alejado un poco de nosotros y ni siquiera Duxo sabe el porque.— Interrumpió Soarinng.

—La otra vez vi a Aquino y quien sea que sea en una aldea. Estaban comprando algo y por poco y veo quién era.— Hablo Estalius.

La mayoría comenzó a discutir sus teorías. Ninguna llego a ser coherente y todos se estaban por romper la cabeza.

En medio de la discusión, la puerta de entrada fue abierta y de ella entro Aquino como si nada.

—¡Hola! ¿Están en un funeral o por que tan serios? ¿Quién se murió o que?—

Nadie dijo nada, todos guardaron un silencio sepulcral que asusto a Aquino.

—¿Qué? ¿¡De verdad se murió alguien?!—

—¡No no! Aquino ejem ¿dónde andabas?— Locochon fue el primer valiente en hablar.

—¿Yo? Pues afuera, con mi novio ¿por?— Dijo como si nada.

Todos quedaron más mudos que cuando llegó.

—¿Novio?— Contestaron todos al mismo tiempo.

—¿A-algún problema?— Dijo en un torpe tartamudeó.

—Ninguno, sabes que no tenemos problemas con eso.— Le respondió Cejo con una sonrisa.

Aquino solo les sonrío y se fue a paso lento a su habitación.

—Así que es un chico... deberíamos apuntar eso.— Soarinng se saco la libreta nueva que no le había dado uso por la falta de ideas.

—Es.. un.. chico.. listo.—

—¿Será buena idea meternos en la vida personal de Aquino? Tal vez por algo no nos ha dicho.— Dijo Cejo.

—Nah, nadie de aquí se quiere quedar con la duda ¿O si?— Cuestiono Natalan, cosa que ninguno discutió.

❝◟✿◞❞

Aquino cerro la puerta de su habitación.

Rápidamente se acerco a su ventana y la abrió en busca de alguien muy importante para el.

—¿Duxo? ¿Ya estas ahí?— Como su casa estaba en medio de un frondoso bosque, en la noche apenas y se podían percatar de las estrellas.

—¡Aquí estoy!— Grito.

Duxo había salido de la nada, asustando a Aquino en el proceso.

—No era necesario sacarme un susto eh.— Dijo mientras le ayudaba a entrar.

—Una disculpa para mi caballero ¿lo asuste muy feo?—

Los dos soltaron risas ahogadas, no querían que los descubrieran.

—Para la otra yo entro desde tu ventana si quieres.—

Duxo no tardo en abrazar a Aquino y darle un pequeño beso en la nariz.
Amaban ese contacto.

—¿Cuánto tiempo tendré que usar la armadura pesada esa?—

—La verdad... te lo pedí solamente para joder a los chicos un poco, si quieres dejar de usarla esta bien.—

Duxo sabía que no solamente era por eso. Sabía que desde un principio Aquino había intentado que su relación fuera algo más privada.

No le gustaban las bromas ni los comentarios burlescos que sabía que recibiría (al menos por la mayoría.) así que, por su comodidad, prefirió que todo aquello sea un secreto temporal.

—Esta bien Aquino, no me molesta utilizarla, solamente aún no me acostumbro del todo. Aparte de que disfruto ver sus caras de confusión.— Le sonrió.

—Entonces... ¿Te parece si jugamos un poco más con ellos?— Pregunto Aquino con una disimulada desesperación.

—No estaría nada mal.—

Y en vez de jurar su promesa con los meñiques como las demás personas, juraron su broma con un cariñoso y sonoro besó.

Esa era la clave de su verdadera iniciación de investigación para los demás.

❝◟✿◞❞

("Y así comienza su corta travesía")

¿QUIÉN ES EL NUEVO NOVIO DE AQUINO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora