Un lindo amanecer

42 4 6
                                    

Los rayos del sol traspasaban las persianas que cubrían aquellos ventanales del cuarto de Yaoyorozu, rayos que hicieron despertar a Kyouka, frotando sus ojos mientras bostezaba, dándose cuenta que algo faltaba, pues Yaoyorozu ya no se encontraba a su lado, haciendo que esta se levantara para ir a buscarla.

Salió de la habitación con nervios, ya que no sabía dónde estaban las habitaciones, ni siquiera sabía si Yaoyorozu seguía en la casa. Bajo las escaleras que daban hasta la sala de estar, dirigiéndose hacia la cocina donde escuchaba una dulce voz, giró la perilla de la puerta mientras la abría lentamente.

—Despertaste justo a tiempo, pensé que tendría que esperar. —Pronunciaba la pelinegra con una ligera risa.—

Kyouka se avergonzó ligeramente de esto, pensando que la más alta la vería como floja.

—Siéntate, prepare el desayuno. —Colocó dos platos los cuales tenían hot cakes en una forma peculiar; la de un oso bastante lindo, llevaba ojos que eran moras azules y una rebanada de plátano que simulaba su nariz. Este desayuno lo acompaño con fruta al lado, tal como fresas y frutos rojos, al igual que un batido de fresa.

La peli morada se sintió alagada que haya preparado todo eso para ambas, sentía hasta lastima comer tan agraciada comida que con tanto cariño la contraria había preparado. Ambas se sentaron en una barra cerca de la cocina, una junto a la otra, pues el comedor era demasiado grande para sólo dos personas. Kyouka decidió probar lo que le había preparado, al tomar el primer bocado sintió como si un abrazo a su corazón fuera, aquel desayuno le parecía nostálgico a pesar de ser la primera vez que lo probaba en esa presentación, continuo comiendo disfrutando cada mordisco, cada bocado del mismo.

—Parece que te gusto. —Soltó una ligera risa al ver como incluso se manchó un poco con el batido.—

—Estuvo delicioso, ¿donde aprendiste a hacerlo? —Pronunció limpiando su rostro con una servilleta.—

—Mi madre solía hacérmelo cuando era pequeña, antes de que falleciera me dejo varias cosas, en una de esas un libro con sus recetas, amaba cocinar. —Mencionó mientras sonreía al recordarla.—

—Lo siento, no sabía sobre lo de tu madre... —Al escucharla se sintió culpable por hacerle recordar aquella tragedia.—

—No debes disculparte, no me molesta en decirlo, simplemente la extraño. —Su voz se volvía más baja, quebrándose ligeramente.—

Yaoyorozu había tomado ambos platos para lavarlos, al darle la espalda a la contraria aprovechó para limpiar las pequeñas lágrimas que salían de sus ojos completamente cristalizados por el recuerdo de su madre. Justo cuando terminó retiró un mandil que llevaba para no ensuciar su ropa.

—Tomare un baño, ¿quieres tomar uno también? —Preguntó antes de ir a buscar su ropa en su habitación.—

—Me gustaría, pero, no tengo ropa aquí. —Respondió amablemente.—

—No te preocupes por eso, déjame solucionarlo. —Tomó uno de los diversos teléfonos que había por la casa, llamando a uno de sus mayordomos.— Necesito que la acompañes por ropa, por favor. —Pidió amablemente a lo que esté solo asintió.—

—Acompáñeme. —El mayordomo salió hacia el patio, guiando a Kyouka.—

Finalmente llegaron al auto donde subiría para ir a su departamento, al llegar primero se bañó para no causar molestias, salió y se colocó una camisa blanca algo holgada a pesar de ser abotonada, se colocó un pantalón negro, calzado gris y llevó a la mano una sudadera negra por si acaso. Peino su cabello, agarro su bolsa con sus cosas y fue devuelta al coche donde irían a casa de Yaoyorozu, abrió la puerta principal, anunciando su llegada.

90's || MomoJirou Donde viven las historias. Descúbrelo ahora