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Valentina Carvajal

Hoy comienza una nueva etapa en mi trabajo, la constructora es una empresa transnacional; por lo tanto tiene muchísimos empleados, en la sucursal en la que yo trabajo se jubilaron, algunos grandes colegas y también arquitectos con mucha experiencia; por lo que han contratado a algunas personas para cubrir esos puestos,  otros han venido desde otras sucursales. Yo tengo que trabajar con algunos arquitectos, dado a que se están comenzando nuevos proyectos y estoy a cargo de algunos de ellos.

Hoy debe presentarse un tal arquitecto    J. Valdez o mejor dicho debía llegar a las 8 a.m. ya son las 9 a.m. y no ha llegado, bonita forma de comenzar en un trabajo; si no llega en 5 min, antes de que comience lo despido, si así es para llegar a trabajar para cumplir con el trabajo debe ser peor. Mejor me voy a mi oficina, así me tomo un cafecito y voy revisando los pendientes de hoy.

Apenas toque la perilla de la puerta de mi oficina escuche una voz femenina que me saludo.

– Buenos días, es usted la ingeniera Carvajal?

Voltee a ver quién me hablaba, me deslumbré; era una mujer de unos 1.70m de estatura, delgada pero voluptuosa grandes senos, bueno intermedios jeje, tez morena, cabello castaño oscuro casi negro le llega un poco mas debajo de los hombros, esa boca, esa boca que era como una invitación a pecar, labios rojos y carnosos que además estaban acompañados de una sonrisa pícara muy tentadora, vestía una falda negra y una blusa roja que dejaba al descubierto una parte de sus senos firmes, redondos, y hacia ver su piel aún más tersa, era un bombom; me costo reponerme para responderle pero lo hice.

–Buenos días, si soy yo y usted es…?

– Mucho gusto – me extendió la mano en forma de saludo – yo soy la arquitecto Juliana Elizabeth Valdez; me mandaron de la sucursal que está en Valencia. Yo pedí el traslado y me dijeron que me presentara hoy a las 9 a.m. con usted.

Correspondí al saludo de mano. Es genial que el arquitecto no es arquitecto sino arquitecta, ¡¡y que arquitecta!!

– Creo que le dieron la información mal o tal vez la malinterpreto la cita era a las     8 a.m. no es que sea una maniática del tiempo pero la puntualidad es importante en un primer día de trabajo ¿no cree?

(notablemente ruborizada y algo apenada) – Disculpe estoy 99% segura que me dijeron a las 9 a.m. –

– Bueno en fin, si seguimos discutiendo vamos a perder la mañana, entremos a mi oficina. No hay mucho tiempo para explicarle todo lo que hay que hacer pero te voy a ir explicando sobre la marcha por hoy debo inspeccionar un edificio en construcción en el que usted va a trabajar vamos para mostrarte donde es y lo que pide el cliente.

– ¡Perfecto! Tengo muchísimas ideas, Lucia es amiga de la familia y algo me comentó de lo que quiere de sus arquitectos – se notaba emocionada

– Si? Mucho mejor.

Nos dirigimos al estacionamiento hasta mi camioneta, trato de ser profesional pero sus curvas me lo ponen difícil. Llegamos a la obra es un grupo de edificios residenciales, le mostré lo que llevamos adelantado y le comente lo que el cliente pidió; me dio algunas ideas la verdad creo que sabe de que habla parece tener talento pero bueno eso lo veremos en 15 días cuando me presente un informe con lo que planea hacer en la obra.

Días después...

Han pasado varios días, todo ha transcurrido normal, salvo que la nueva Arq. Valdez esta como me la receto el doctor, no le doy mucha importancia o trato de no aparentar eso porque no quiero rollos sentimentales ni menos enamorarme sola como siempre pero de que esta buena esta buena, y se viste para provocar, hoy me debe mostrar ese informe en el que detalla que planea hacer en el proyecto, esta tarde la veré.

Eres lo que esperaba gipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora