Welcome Baby / Fic # 11

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—Ay, no puedo soportar lo hermoso que te ves. —Gojo abraza a Nanami desde atrás, besando su nuca, sobre la marca del vínculo y restregando sus mejillas, marcando con su aroma y acariciando el bulto en el vientre—. Te ves tan, tan, tan adorable.

Kento se detiene en medio de su caminata por los pasillos de la escuela.

Ahora solo lleva un blazer, que no puede cerrar, similar a su conjunto del trabajo y una remera de cuello en "v" de color blanco, muy cómoda a pesar de ser de los tamaños más grandes. Pero sus pantalones son de gabardina oscura, un pantalón especialmente fabricado para las épicas de embarazo, con una liga suave y ajustable para el abultado vientre, pero que malogra su intento por mantener su look elegante.

Sus avanzados siete meses de embarazo no lo hacen ver tan redondo como la mayoría de mamás en esa etapa, pero definitivamente se nota que el bultito en su vientre no es una hinchazón o alguna cosa diferente a un embarazo. Es cierto que los vientres de los omegas varones son más pequeños, pero eso no ha sido impedimento para que Gojo se derrita por ese bulto en su vientre que, a ciencia cierta, Kento también cree que es adorable.

—Iré a la reunión apenas acabe la charla con Yaga. —Gojo le susurra antes de darle un beso en la mejilla.

Hay una reunión esa mañana, aunque Satoru fue llamado tiempo antes por Yaga, sobre algún asunto referente a las misiones que se le asignarán pronto.

El blondo asiente antes de verlo correr por los pasillos y perderse en ellos.

El omega, por su lado, suelta un suspiro y da un suave saltito, acariciando sus caderas hacia atrás, relajando los músculos de esta antes de caminar cuidando su posición. La faja de embarazo que lleva ha sido la mejor cosa que pudo comprar, lo ayuda en su posición corporal y a sostener el peso de su vientre con ayuda de su espalda.

Así, camina un poco más antes de ingresar a la sala de reuniones de ese día.

Varios alfas que ya se encontraban presentes se ponen de pie apenas Nanami hace acto de presencia. Kento saluda con un silencioso asentimiento, relajando a los alfas que se han puesto atentos a su presencia.

Nunca podrá acostumbrarse a eso.

Apenas lleva un par de pasos dentro de la sala, cuando una mano se coloca en su hombro, acariciando suavemente sobre la tela de su blazer.

—Hola, Nanami-san. —La mujer saluda. Es Yuki Tsukumo, la hechicera de grado especial que hace su aparición en la escuela una vez cada mucho tiempo.

Ella acecha al omega sin escrúpulos, olfateándolo como si tuviera el derecho a ser explícita sobre eso. Entonces, ella toma su mano y le da un beso.

—Hace mucho tiempo que no cruzamos palabras. —Ella menciona.

Y realmente no es que Nanami recuerde cuándo los presentaron, pero fue hace tiempo. Ella se mostró divertida con la idea de que Gojo estuviera persiguiéndolo, buscando un apareamiento formal.

—Me temo que sí, Tsukumo-san. —El blondo saluda.

—Yuki está bien.

El omega frunce el ceño.

—Me parece correcto permanecer de manera formal, Tsukumo-san.

—Aw, anteponiendo el respeto sobre todo con un alfa, eres un omega tan respetable y cazable.

—Bastante embarazado y apareado, también. —Kento recalca, acariciando su anillo de casado, sintiéndose extrañamente acechado.

La mujer suelta una carcajada.

—No es de extrañar que tengas a Gojo enamorado de ti. —Ella señala—. Descuida, descuida. —Ella sacude sus dedos juntos, como si estuviera restando la importancia de algo—. No estoy tan loca como para intentar cazar a un omega apareado, mucho menos el omega de Gojo.