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Lunes y Doyoung ya había superado un poco aquella decepción que se llevó el viernes anterior por la noche. Durante el descanso le contó sobre el tema a Jungwoo y a Yuta.

Jungwoo se carcajeó, Yuta también empezó a reír pero al final ambos lo consolaron.

—Podria pasarle a cualquiera. Yo también me ilusionaria.

—El chico era muy guapo, que afortunada la persona a la que se le declaró. —Doyoung dió un sorbo de su jugo con resignación.

—Ya nos tocará a alguno de los tres. No perdamos la esperanza. —Yuta le animó.

Martes, miércoles, jueves transcurrieron de la misma manera que todos los días, Doyoung había olvidado el asunto rápidamente y ahora era solo una anécdota que se atrevió a contar a Hendery y a sus padres siendo motivo de risas durante la comida.

Viernes por la tarde, no pintaba para quedarse leyendo mangas o viendo series con Hendery. Jungwoo y Yuta querían ir al boliche una vez terminadas las clases, podría hacer la excepción así que terminó aceptando.

La tarde fue divertida, era la primera vez de el y Yuta en un boliche. Jungwoo se jactaba de tener experiencia, así que les enseñó un poco la temática la cuál no era tan difícil. Los tres terminaron jugando un par de rondas hasta que dieron las cinco de la tarde y sabía que era hora de regresar a casa.

Doyoung salió primero del lugar, Yuta y Jungwoo pasaron antes al baño. Esperando en la banqueta el pelinegro miró la calle casi vacía, al otro lado de esta había una persona sentada en la banqueta disfrutando lo que parecía ser comida de algún puesto callejero.

De piernas largas, cabello castaño y uniforme escolar. Doyoung esforzó un poco la vista para poder verle un poquito mejor, unos segundos bastaron para que formará una perfecta "o" con su boca. Reconoció a la persona que devoraba ese mandu tranquilamente en la banqueta.

¿Acercarse o no? Esa era la pregunta. A pesar de que el tema estaba superado, lo único que le causaba intriga era saber que fue de esa bonita declaración y si llegó a la persona correcta. Vamos, era un chismoso pero no era con mala intención, incluso estaba pensando en felicitarlo por su noviazgo.

—Hola...

Ya se encontraba frente a él así que solo atinó a saludar. El de ojos color avellana subió la mirada para conectarla con la suya,  tenía las mejillas llenas y lo miró curioso.

Doyoung aclaró un poco su garganta —: Creo que no me recuerdas pero yo sí... eres el que se me declaró por accidente. —Lo último lo dijo en voz bajita pero fue inevitable que el otro lo escuchara causando que casi se ahogue con su comida.

El castaño tosió un poco, Doyoung entró en pánico —: ¡Lo siento! ¿Quieres agua?

—Estoy bien —contestó entrecortadamente, vió que el otro estaba buscando algo en su mochila —, en verdad estoy bien. Solo fue la impresión.

Doyoung paró su busqueda por la botella de agua —: Perdón por llegar así, pero yo quería saber algo... ¿Encontraste la casa correcta después?

El otro asintió con la cara encendida por todos los recuerdos de esa vergonzosa noche del viernes.

—No puedo negar que me quedé con la intriga sobre todo lo que pasó así que ¿Te fue bien? —preguntó tímido.

La mirada del castaño se transformó y eso decía una gran parte de lo sucedido.

—Me rechazaron.

—Lo siento.

Ahora sí estaba avergonzado, el ya estaba listo para felicitarlo y ahora no sabía que hacer.

De repente un recuerdo viene a su mente, una vez Hendery pasó por lo mismo, algo que le ayudo a sanar ese momento fue acompañarlo durante un fin de semana a ver películas, recuerda que comieron muchos dulces y postres en especial helado.

—¿Quieres un helado?

No estaba de más preguntar.

Error | JohnDoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora