Sentía mi cuerpo entumecido. Por mucho que quisiera levantarme el cuerpo no me respondía. Abrí los ojos lentamente, enfrentando la potente luz del día. No podía recordar con exactitud qué había pasado. Al sentir un fuerte malestar en mi cuerpo comencé a abrumarme, queriendo ponerme en pie rápidamente.
- Eh...espera. Con cuidado.- vi a Suguru sentado en una silla cerca de la blanca cama en la que me encontraba y me ayudó a erguirme. Al verlo allí de pie recordé las palabras de aquel hombre de la cicatriz. Sabía que me había mentido. No se puede matar a los más fuertes.
- Estás vivo...- lo abracé despacio y suspiré aliviada al contemplar a mi hermano con vida. Su aspecto no era el mejor, unas grandes ojeras decoraban su rostro, su pelo caía en cascada por su espalda revuelto y enredado, y varios moretones salpicaban su rostro.
- Si no llega a ser por Shoko, no sería así.- se volvió a sentar en la silla sosteniéndome la mano.- Usó la técnica de maldición Inversa con nosotros. Aunque contigo fue bastante complicado, cuando te encontraron habías perdido mucha sangre, te había rozado el corazón. Por eso aún estás en la enfermería, tienes muchas heridas superficiales que tienen que sanar.-
- ¿Y Riko?-
- Juno...- suspiró frotándose la frente- Nadie te culpa. Nadie esperaba aquella emboscada de Toji Fushiguro.-
Toji Fushiguro.
- Quería volver a casa ¿sabes?, Riko. Estaba dispuesta a llevarla de vuelta y...- Con la cabeza gacha y el pelo tapando mi rostro, sentí como unas sutiles lágrimas corrían por mis mejillas.
- Ya está, ya ha pasado.- Suguru me abrazó mientras a su vez, pasaba una mano por mi pelo de forma consoladora.- Era yo el que tenía que acabar la misión. Yo debía entregarla al señor Tengen, y le prometí que llegaría a salvo...
Tras unos minutos de completo desconcierto y apaciguamiento, Suguru se marchó. A pesar de mi limitada movilidad bajé de la cama y salí de la enfermería. Aún vestía el sucio y deshilachado uniforme de la escuela. Me dirigía hacia mi habitación a darme un baño y eliminar toda la suciedad de mi cuerpo cuando una figura al final del pasillo me hizo detenerme.
- Supongo que nadie te ha dado permiso para salir de la enfermería.- Nanami se encontraba apoyado contra la pared del pasillo. No tenía idea de cuando había vuelto de su misión.- Siento decirte que no te ves en plenas facultades.-
- Gracias por la aclaración Nanami, menos mal que estás aquí- le respondí de forma sarcástica mientras me adentraba en mi cuarto y cerraba la puerta tras de mí. No podía lidiar con nadie ahora mismo.
Abrí el grifo de la bañera esperando a que saliera agua caliente, arrojé toda mi ropa a una esquina de la habitación y me introduje en la bañera. El agua templada arropó mi cuerpo por completo. Mi cabeza no dejaba de darle vueltas a todo lo ocurrido. Riko estaba muerta. Cuando estaba bajo mi protección. Había fallado en la misión.
Otra vez.
Cerré los ojos y me dejé llevar por mis pensamientos.
Sumergí la cabeza completamente y aguanté.
Aguanté la respiración hasta que no pude más. Hasta que noté como comenzaba a entrar agua a mis pulmones y los encharcaba. Y me di por vencida.
Salí de la bañera tosiendo bruscamente. Frente al espejo que ocupaba parte de la pared de mi habitación me deshice de la toalla y observé mi cuerpo desnudo y menudo, cubierto por heridas y moretones recientes. Mi pelo negro llegaba hasta la mitad de mi espalda goteaba en el suelo de madera. Abrí los cajones de la cómoda y me vestí con lo primero que tuve a mano.
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𝘑𝘜𝘑𝘜𝘛𝘚𝘜 𝘒𝘈𝘐𝘚𝘌𝘕 - 𝐹𝑒𝒶𝓇𝓁𝑒𝓈𝓈
Paranormal" 𝐒𝐞 𝐚𝐜𝐞𝐫𝐜ó 𝐲 𝐦𝐞 𝐝𝐢𝐨 𝐥𝐚 𝐦𝐚𝐧𝐨. 𝐃𝐞 𝐭𝐨𝐝𝐚𝐬 𝐚𝐪𝐮𝐞𝐥𝐥𝐚𝐬 𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬, 𝐥𝐚 𝐬𝐮𝐲𝐚 𝐞𝐫𝐚 𝐥𝐚 ú𝐧𝐢𝐜𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐫𝐚𝐧𝐬𝐦𝐢𝐭í𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚" Kento Nanami x OC