Lo que más odio de mí, no es mi cuerpo o mi personalidad como estoy tan acostumbrada a pensar.
Lo que más odio de mí, no es aquello que me hace pasar la mañana sin desayunar.
Lo que más odio de mí, no es lo que me obliga a quedarme todos los días encerrada en mi cuarto.
Lo que más odio de mí, no son todas las decisiones erróneas e impulsivas que he tomado.
Sin embargo, lo que más odio de mí, sí que es el constante fracaso al que me resigno.
O la desidia a la que me enfrento cada vez que anhelo un cambio, pero nunca consigo.
Es el saber que, al fin y al cabo, yo soy la propia causa de mi quebranto.
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Sentimientos embotellados
PoesiaA veces me da la sensación de que el mundo gira alrededor del amor romántico, y que la mayoría de nuestra cultura hoy en día se basa ello, dejando de lado el resto de sentimientos. Nunca me he enamorado, y por tanto nunca me han roto el corazón, as...