Odio

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Lo que más odio de mí, no es mi cuerpo o mi personalidad como estoy tan acostumbrada a pensar.

Lo que más odio de mí, no es aquello que me hace pasar la mañana sin desayunar.

Lo que más odio de mí, no es lo que me obliga a quedarme todos los días encerrada en mi cuarto.

Lo que más odio de mí, no son todas las decisiones erróneas e impulsivas que he tomado.

Sin embargo, lo que más odio de mí, sí que es el constante fracaso al que me resigno.

O la desidia a la que me enfrento cada vez que anhelo un cambio, pero nunca consigo.

Es el saber que, al fin y al cabo, yo soy la propia causa de mi quebranto.

Sentimientos embotelladosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora