Capítulo 3. La chica no tan misteriosa.

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Mis clases particulares de pociones iban muy bien, nunca había sentido tantas ganas de aprender esa materia como hasta ahora, supongo que tiene que ver con el profesor que me da las tutorías.

Evidentemente, había mejorado bastante, tanto, que para la próxima excursión a Hogsmeade, me atreví a pedirle permiso a mis padres, y después de enviarle mis notas, firmaron mi autorización. Estaban sorprendidos de mi mejoría en pociones. Aunque por supuesto, no sabían que era porque estaba viendo clases particulares, y mucho menos con un chico.

Algo que también había notado en mis tutorías, era que sus amigos nunca estaban cuando él me daba clases... O tal vez, como ya sabían lo mucho que él adoraba estar en el aula de pociones, solo lo dejaban estar y no estaban interesados en saber que hacía en ese tiempo.

Sin embargo, me preguntaba, si él lo estaba haciendo a escondidas, o si su grupo estaba al tanto que se reunía con una Slytherin.

La verdad, no me importaba mucho si lo sabían o no, disfrutaba bastante de ese poco tiempo a solas que tenía con él. Pues podía molestarlo a mis anchas e invadir su espacio personal. Ciertamente, adoraba sus reacciones. Me gustaba fingir que tomaba su mano por error, cuando la dejaba sobre la mesa, Siempre terminaba diciendo algo como "Lo siento, creí que era el cuchillo" o "ups, no estaba hace un segundo la balanza aquí" y más cosas por el estilo.

Algo más que descubrí. Es que resulto tener un carácter bastante volátil, si jugaba mucho con frases doble sentido, llegaba a enfadarse, y para ser honesta, eso a veces me provocaba querer fastidiarlo aún más. Porque a pesar de su evidente molestia, aparecía un adorable rubor en sus mejillas. Sin embargo, me contenía, sabía cuál era el límite, y no quería perder a mi profesor por nada del mundo.

Ese día, entre canturreando al aula de pociones, estaba feliz, tenía mi autorización firmada para ir a Hogsmeade y mis clases de pociones con Page. Todo al mismo tiempo, era un buen día.

—Vaya...— Comentó él a penas me vio entrar. —Parece que hoy estás de buen humor... —

—Sí. Mis papás me dejaron ir a Hogsmeade. — Le comente dejando mi bolso a un lado y me acerque a Daniel. Apoyé mi mano sobre la mesa inclinándome hacia él. —Y fue gracias a ti...— Le dije haciendo contacto visual con una sonrisa coqueta que él ignoró.

—Me alegra oír eso. ¿Comenzamos la clase entonces? — Me pregunto de vuelta con un ademán de su mano. Yo hice una mueca de disconformidad, mientras él comenzaba a buscar los materiales.

Durante esta clase, estaba tan emocionada, que estaba haciendo un esfuerzo muy grande por no distraerme. Sin embargo, en serio quería invitarlo a ir conmigo. Sería tan lindo ir con él a Hogsmeade... Tal vez tomar algo en Las tres escobas, caminar tomados de la mano y que me diga que le gustó.

Me reí internamente con pesar. —Si claro... Como si eso pudiese llegar a pasar...— Me dije volviendo un momento a la realidad. Voltee a verlo, él continuaba hablando, pero hace rato que ya no oía lo que decía, solo veía sus lindos y finos labios moverse, —¿A qué sabrá su boca?— Me pregunte. No podía dejar de verlo, y sin poder evitarlo, sentí tanta vergüenza imaginando la escena de un dulce beso con él, que me cubrí la cara con mis manos ante el descontrol de mis emociones y por el evidente sonrojó que tenía por las imágenes en mi cabeza.

—¿Qué paso?— Pregunto Daniel un poco alterado. Demonios, olvide por completo que estaba en clases. —¿Te cayó algo en la cara? ¿En el ojo?— Continuo Page preocupado tomando mis manos y apartándolas. —¡Déjame ver!— Me pidió un poco alterado examinándome con detenimiento. Y una risa involuntaria escapó de sus labios.

—E-estoy bi-en...— Respondí. —¿D-de que te ríes?— Le pregunté tratando de calmarme, él estaba muy cerca y mi cara muy roja. ¿Se estaba burlando de mí?

Entre pociones y caricias.  (Daniel Page x Reader.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora