──mira. Traje esto. ── exclamó extendiendo dos pulseras.── ¿cuál te gusta más?── Em...supongo que el ancla.── al responder, el contrario se la extiende.── hm...¿por qué me lo regalas?
Despierta.
── Eres un gran amigo y me llevo genial, me caes bastante bien y me toleras. Es algo que aprecio bastante.── responde el amarillo.── ¿lo quieres o no?
──suspira y lo agarra con cuidado. ── gracias...aunque no hacía falta que me lo regales, ¿sábes? ──le dice mientras se colocaba el brasalete.
──Jeje, sabes que suelo ser cariñoso. ──le dice. ── además, tú te mareces el mundo entero.
Despierta.
──Jaja, exageras un poquito.──vocalizó sonriendo. ── ¿por qué específicamente un timón y un ancla?
── Ya que somos los únicos responsables del destino de nuestro barco, o sea, nuestra amistad.──responde sonriendo.
──Entiendo...gracias, otra vez. ──responde sonriendo. ──quizás me de vergüenza usarlo, pero lo haré por ti.
Despierta.
──¿vergüenza por qué?
── no suelo usar cosas compartidas.
──owww, tranquilo. ──dice sonriendo mientras le da unas palmadas en la cabeza. ── tampoco se burlarán o algo.
── mm...tienes razón.──y con penita, lo abrazó. Aunque tenían mucha diferencia de altura. El azul medía 1,76 y el otro 1,95.
── el contrario lo mira y lo abraza, además de que acuesta la cabeza del contrario en su propio pecho.── aw, me caes bien, carita azul.
Que despiertes, maldita sea.
──¡mamá! ¡por favor, despierta! ──decía de forma desesperada el niño, quien sacudía a su madre con la esperanza de que se levante del suelo.
── ¿ah? ¿Qué? ¿Qué?──dijo de manera confusa mientras miraba al chico.── ¿dónde estamos y por qué huele a quemado?
──¡Ay! ¡estás viva! ──dijo de manera ansiosa mientras comenzaba a llorar y abraza su cuello con cariño.
El otro lo mira y lo abraza con emoción. Se encontraba a salvo y si le ocurría algo, no se lo perdonaría.
──Casi te mato...le preocupé por no encontrarte. ──dijo mientras lo mira. ── ¿me respondes la anterior pregunta?
──A-ah... ── solloza un poco y limpia sus lágrimas.──h-hace rato hubo un incendio. ── le dijo.
── ¿cómo?── preguntó como si no hubiese escuchado.
──hubo un incendio...no sé cómo ocurrió, de la nada apareció el fuego y me escondí. De suerte viniste, me preocupaba que no me encontraras.──dijo sonriendo.
── Dios...al menos no te pasó nada.── comentó para después dar unas palmadas. ──tu bolsa está algo...
──¿rara? Lo sé. Se secó un poco por el calor, pero la sonrisa se le distorcionó un poco.
── le doy cuenta...──él se levanta y toma al pequeño en sus brazos.──pues...tendremos que encontrar una forma de salir antes de que sea peor.
──¿será fácil?
──Ehm, no estoy seguro. El nivel es gigante. ──le respondió.
El Nivel es un enorme edificio de oficinas. Está lleno de escritorios, tecnología antigua, pasillos, puertas, escaleras, ascensores, relojes, ventiladores, extintores, estanterías, sillas y alfombras. Podrían tardar horas ahí.
El aire se llenó de humo espeso de las llamas furiosas en un color rojo abrasador, que se extendía hacia lo alto en una fuente de calor abrumadora. El aire ardía en la nariz con cada inhalación, y el olor a quemado lo hacía toser. El cielo, negro y cargado de ceniza, se extendía sobre el desastre, presenciando la horrible situación de forma impasible.
El fuego se extendía de forma veloz, envuelto en humo pesado y denso que se extendía en todas direcciones. Las llamas se aferraban a lo qué tenían a su paso, alimentándose de forma feroz. El calor era sofocante, casi insoportable.
Como pudieron, corrieron hacia un ascensor y entraron.
El mayor pone el piso 4 y automáticamente suben.──tose. ── ugh...¡el humo es horrible!──dice el menor.
── Lo sé...en el próximo nivel podemos tomar un respiro.
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𝘋𝘦𝘷𝘰𝘭𝘷𝘪é𝘯𝘥𝘰𝘵𝘦 𝘢 𝘵𝘶 𝘭𝘶𝘨𝘢𝘳.
Phiêu lưu(Pausada.) La historia narra sobre las aventuras de un Partypooper y un Partygoer de apróximadamente 5 o 6 años de edad. -El Partygoer pertenece a un swap AU. -¡capítulos cortos! -actualizaciones una vez o dos a la semana.