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Después de que aquel hombre terminará de hablar, musso entro a la residencia, quedando maravillado por la apariencia de este.

Estaba construido con arquitectura renacentista, iluminado por luces rojizas, mesas en el centro de la habitación, unos pocos cuadros; estos eran de autoretratos de gente que no conocía y algunos otros con imágenes un tanto crudas. Y por último, el escenario que se encontraba frente de todo lo anterior, era grande, mucho para una sola persona, este tenía ya consigo un micrófono, pareciese que tan solo iba a ser el y su guitarra en un escenario titanico.

Se sentía algo incómodo al estar allí siendo la única persona que no era de la misma especie de los demás, sentia esos nervios volverse más intensos al no ver alguna señal sobre dónde se encontraba Nazzari, divaga con su mirada el lugar, dando pasos temerosos por este mismo.

Había poca gente aún, a duras penas podían llenar dos mesas con la cantidad de gente que se encontraba. Hubo personas más llamativas que fueron más primeras en llamar su atención; un hombre con vestido rojizo, una mujer de pelo rubio con una apariencia un tanto demacrada pero que daba buena espina, otro hombro morocho hablando con esta misma chica más otro hombre peli negro que los acompañaba, aún así, no notaba la presencia de Nazzari por ningún rincón.

Camino unos minutos más por el lugar, observando sus alrededores, más específicamente uno de los recuadros que se encontraban en la pared ; una pintura que provoca en su cuerpo escalofríos.

- Hola nene- Hablo una voz femenina alado suyo. - Nunca te había visto por aquí, quien te invito?-

La mujer era alta, de cabello castaño, ojos avellana y una piel igual de blanca que la miel, además de una sonrisa encantadora dibujada en su rostro.

- H-hola señorita - No sabía de qué forma llamarle. - Me invito un... Amigo mío- Afirmo tratando de forzar una sonrisa casi invisible.

- De acuerdo, dónde está tu amigo?- Seguía la mujer, encerrandolo en un interrogatorio agobiante.

- Está- -

- Aquí- Hablo una tercera voz justo alado de el, provocando que soltaran un chillido a respuesta. - Deberías ir adónde las demás ,Laura-

- Pff, que aburrido Santiago- Termino la mujer diciendo ello de forma burlesca, marchando se finalmente de dónde se encontraban.

- Musso, no debes juntarte con, personas, de este lugar que no
conozcas- Ordenó Tavella de forma serena volteando a ver a su compañero.

- Osea, solo debo juntarme contigo?- Cuestionó un tanto ofendido el antes nombrado.

- Exactamente-

Lo único que recibió de respuesta fue una mirada de desconfianza por parte del más bajo.

- Y entonces, ya somos amigos? - Volvió a hablar Nazzari aligerando el ambiente. - Como la forma en que te referiste a mi-

- Mm, no se, solo lo dije así para que aquella mujer no me comiera u algo- Respondió tratando de sonar desinteresado, ya que de igual forma porque le había llamado así.

- Me dolería si tuviera corazón- Tavella posiciono una mano en la parte donde se suponía debía encontrase su órgano de forma dramática.

Musso solto una risa al comentario, la cual seso de inmediato. - Eso sono terriblemente crudo-

Ahora fue su contrario quien rio, pero este en vez de una risa parecían casi carcajadas, Musso quedó anonadado por la acción de Tavella, se sentía raro, en un breve instante empezó a razonar como esque hacia pocos días este tipo le hacía casi cagarse encima, y ahora se estaba riendo junto a el por algo sin sentido.

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