El Hilo rojo de Elle

Capítulo 9 Explosión de emociones

Me adentré en el bosque corriendo, mis piernas temblaban. Encontré una cabaña vieja que parecía haber sufrido un incendio. Parecía que Gustavo no me había seguido hasta tan lejos. Me senté detrás de la cabaña y me quedé ahí llorando. ¿Cómo pude ser tan tonta y permitir que todo esto sucediera? Pensaba que desaparecer sería lo mejor, para todos, y no seguir causando tantos problemas.

No tenía ni celular ni nada con lo que pudieran localizarme. Me quedé llorando en posición fetal. Pronto comenzaría a oscurecer y no sabía si debía regresar o quedarme aquí.

En ese momento escuché que alguien gritaba mi nombre... "¡Elleee!" Eran los chicos. Salí de mi escondite y corrí hacia Camila, Paula y Andrew. No podía creerlo, ¿cómo me habían encontrado?

Paula dijo que vio mi ubicación y una intuición le dijo que algo estaba mal. Fue entonces cuando llamó a Camila y Andrew. Les agradecí por lo que habían hecho. En el camino a casa, aún me temblaba el cuerpo y sentí que mi labio sangraba por la caída.

En el camino, los chicos estaban muy molestos. Andrew dijo que le rompería la cara a Gustavo por esto. Yo respondí: "No se preocupen, chicos. Yo debo defenderme. Siempre piensan que soy débil, pero la dulce Elle se acabó. Yo me encargaré de ese imbécil".

En la mañana siguiente, Camila me ayudó a maquillarme, pero mi labio herido se notaba a kilómetros de distancia. Debía evitar a mis padres, así que salí de casa temprano con Camila.

Mis padres habían estado muy extraños últimamente, no preguntaban nada, lo que nos distanciaba aún más. Con el tiempo, descubriríamos por qué estaban actuando así.

Al llegar a la escuela, todo el mundo me preguntaba: "¿Qué te pasó?" Incluso el profesor preguntó si me había caído de nuevo, como el primer día de clases.

Gabriela, esa odiosa, sabe fingir muy bien, ya que aparentaba estar preocupada. Solo pensé: "¡Qué buena actriz!" Pero yo sabía la verdad, había planeado todo. Lo vi en el mensaje de Gustavo.

Quería darme esa bebida que sabe Dios qué era y luego Gustavo llevarme a su casa. Nunca pensé que pudiera haber personas tan viles como ellos.
Al salir de la escuela, vi a Gustavo y me acerqué segura y decidida. Cuando me vio con mi actitud empoderada, realmente se asustó.

Le dije: "Gustavo, tenemos una conversación pendiente" y levanté una ceja.

Él se notó nervioso y respondió: "Me alegra que estés bien".

Yo le dije: "Sí, sé que por suerte estoy bien, y no gracias a ti".

Gustavo, asustado, dijo: "¿Has cambiado? Ahora, ¿quieres ir a mi casa?"

Me acerqué a él, levanté la rodilla con mucha fuerza y le golpeé en la entrepierna. Cuando se agachó de dolor, tomé su cabello y le dije: "Esto es lo que sucede cuando miserables como tú intentan hacerme daño. No te vuelvas a acercar."

Las chicas que vieron lo que sucedió desde lejos rieron al ver a Gustavo retorciéndose de dolor en el suelo.

Gustavo, muy adolorido, se dirigió hacia su coche y se quedó ahí un rato.

Gabriela entró al coche con fuerza y le dijo: "¿No puedes hacer nada bien, idiota?"

Gustavo le respondió: "Cállate. Yo tengo la culpa por confiar en una zorra como tú."

Gabriela replicó: "A ver, yo no fui el idiota que no sabe actuar bien."

Gustavo, enfurecido, dijo: "Yo seguí el plan al pie de la letra, pero nooo, a quién se le ocurre darme esa bebida y llevar a casa a Elle. Todo fue tu idea, no mía. Yo quería ganarme la confianza de ella, pero tú te apuraste y quisiste tomarme fotos semidesnuda para que la expulsaran y quedarte con Bruno cuando él regrese."