El aroma en algún momento de la mañana no hacen despertar. Abre los ojos como puede y mira el sol filtrarse en las cortinas de la habitación.
Se endereza y siente el vacío a su lado, se estira y se levanta al baño, se asea un poco y sale de la habitación.
Afuera el aroma se hace más fuerte y lo dirige a lo cocina. Desde la sala observa la estufa con algo sobre ella qué posiblemente se esté quemando. Corre a ella y aparta el sarten con un hot cake totalmente quemado, suspira y apaga la estufa eléctrica escuchando pasos apurados en el pasillo. Frunce las cejas y voltea.
JungKook entra en su campo de visión, corriendo a él suspirando aliviado cuando ve que se hizo cargo del problema.
—Tae mi amor, perdón estaba revisando unas cosas en el cuarto y descui-
—No pasa nada—TaeHyung lo interrumpe y sin mirarlo se dirige al refrigerador abriendo una de las puertas para sacar una caja de leche saborizada. El omega deja caer sus manos sobre la barra y mira las acciones contrarias.
Es confuso y hasta cierta parte molesto para él que TaeHyung últimamente ya no preste atención a las cosas que hace o dice. Se esfuerza por entenderlo y cuestiona si es intencional.
Pero jungkook no es alguien que se caye las cosas, por eso se cruza los brazos y recarga su cadera en la barra.
—Tae ¿qué tienes? Este tiempo has estado bastante cortante conmigo, casi no salimos y platicamos como antes ¿hay algo que este pasando o...?
TaeHyung aprieta la caja y la deja de nuevo en su lugar, cierra la puerta y niega con la cabeza gacha. El omega ladea el rostro cuando ve que el otro desvía la mirada a todas partes menos a él.
Ok esto no está bien.
JungKook estira el brazo y toma el contrario, por fin logra tener la atención y el acaricia la mejilla, TaeHyung suspira e intenta con toda su fuerza y voluntad mirar los ojos de Jungkook.
Se observan por un momento y el alfa los aprieta negando y apartándose, JungKook frunce la cara.
—Mi amor ¿Qué tienes? ¿Está pasando algo en el trabajo? Dime por favor.
El alfa aprieta las manos y vuelve a negar, sus ojos miran las manos contrarias mirando el anillo en uno de los dedos de Jungkook. El corazón se aprieta en su pecho y suelta un sollozo.
JungKook jadea y se vuelve a acercar.
—cielo...
Y el omega se sorprende cuando TaeHyung desecha el pequeño abrazo que intenta darle. El alfa sale de la cocina y va directo a la habitación cerrando la puerta con fuerza.
JungKook ahora esta sólo, de pie en la cocina con el corazón apretado y la cabeza llena de ideas.
Por un momento creyó que TaeHyung caería en sus brazos llorando y diciendo que era lo que ocurría. Pero no, fue diferente a otras veces.
Las ganas de desayunar de esfumaron totalmente. Se dedicó a limpiar un poco el desorden de la cocina mientras su cabeza estaba en otro lugar.
De pronto el sonido leve de la puerta se escuchó, volteó y vio a TaeHyung salir del cuarto ya vestido con el típico traje que usaba.
Fueron segundos que lo miro abrir con el saco en la mano la puerta y salir de por ella agarrando las llaves del auto.
JungKook mentiría si dijera que el corazón no se le destrozó. Porque hace unos días su alfa hubiera caminado hasta él y regalarle varios besos por toda la cara diciéndole cuanto lo ama y lo extrañará en el trabajo. Eran los diez minutos de despedida más bonitos que Jungkook puede ocupar, y lo relajado que se siente sabiendo que su alfa está en el trabajo haciendo lo que más le gusta.
¿Qué estaba pasando? ¿Había hecho algo mal? ¿Era su culpa?
No lo sabía, pero mirar y sentir ese leve rechazo de TaeHyung le dolía.
Podía soportar la indiferencia de cualquiera menos de su alfa.
Suspiro y dejo los platos en la barra, caminó a su recamara mirando de reojo el cuarto anterior al de ellos. Entró cerró la puerta y se acostó en la cama, cruzando sus brazos en su vientre y mirando el techo las estrellas artificiales qué habían pegado ahí por capricho suyo. TaeHyung contento paso más de veinte minutos acomodándolas al gusto de Jungkook.
Pegó las pestañas de sus ojos y aflojó un poco el agarre, acurrucando su cuerpo en la cálida cama.
Por otra parte, lo más lejos de esa casa estaba TaeHyung, mirando a la mujer a su frente acomodar los platos en la mesa. Le sonrió un poco y ella simplemente regreso para traer la bebida. El alfa volteó a la calle y miró pasar los autos en un intento de distraerse, pero miró a unos niños pequeños cruzar la calle a lado de quien suponía era el padre. Apartó los ojos, recordando a Jungkook y su gran amor por los niños.
El estómago se le revolvió.
—¿Quieres el café así o con leche?—La chica dijo poniendo la taza frente a él y TaeHyung negó, señalando el asiento de enfrente. La mujer suspiró y arrastró la silla un poco.
—¿Puedo hablar contigo?—Pregunto y ella solamente se encogió de hombros. TaeHyung se lamió los labios y dijo en un susurro bajito.
—Es sobre mi relación con Jungkook.
La mención del omega hizo a la dama voltear y mirarlo totalmente seria. Ella recargó los codos en la mesa y lo miró fijo a los ojos.
—¿Qué pasa? ¿Van a terminar?
TaeHyung no supo que contestar.
Ella lo miró un rato más y negó, cruzando sus brazos por su pecho.
—Si no vas a decir nada mejor vete y luego me cuentas.
Ella se levantó y camino solo un paso cuando el agarre en su brazo la detuvo, volteó y boqueo cuando vio a TaeHyung con los ojos llorosos.
—No sé que hacer para dejar de sentir este maldito remordimiento.
Alzó las cejas y se soltó mirando a TaeHyung sin saber que decir o hacer exactamente.
Él la miró a los ojos y no aguantó, se levantó de la silla y sin importar que los miraran rodeo en sus brazos el cuerpo ajeno para deshacerse en llanto. La mujer solo apretó los labios y acarició un poco la espalda.
—Él lo tiene que saber TaeHyung, se entera por ti o por alguien más.
Y TaeHyung soltó más lagrimas acumulando el miedo en su pecho más al angustia del mañana.
Nuevamente tenía ganas de huir.
Chiquito porque el próximo probablemente se venga todo lo malo
ESTÁS LEYENDO
𝐋𝐀𝐆𝐑𝐈𝐌𝐀𝐒 𝐐𝐔𝐄 𝐍𝐎 𝐃𝐈𝐉𝐄 ᵀᵃᵉᵏᵒᵒᵏ
Short StoryTras cinco años en un matrimonio que para él era de lo más perfecto, llega en un momento en el que sus oscuros secretos lo hunden en una avalancha de pensamientos que lo atormentan día y noche con solo mirar los ojos de su amado. Las lágrimas que de...