Calíope

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Resumen: La arconte hydro canta y salta en la calle vacía, bajo el cielo estrellado, dando la imagen más inocente y fragil que Arlecchino ha visto en la figura de un Arconte. Y es extrañamente encantadora.

*El nombre de la musa Calíope viene del griego Καλλιόπη (Kalliope = bella voz), compuesta con: καλλος (kallos = belleza), como en caligrafía y calistenia; ὄψ (ops = voz).

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Arlequino tiene sus planes, son suyos y son cuidadosamente planeados para ser llevados a cabo. También, suele elegir específicamente a quienes delegar ciertas actividades para llevar a cabo sus planes, como es el caso de sus hijos.

Los quiere a pesar de todo, de verdad.

Pero en otras ocasiones debe hacer las cosas por sí mismo.

Como ésta noche, en que después de que sus informantes le dijeran las nulas condiciones de seguridad de la Arconte Hydro, Arlecchino debía ir a comprobarlo. Eso haría su trabajo tan fácil, y pronto podría cerrar gustoso otra misión para los Fatui.

Para la arconte para la que trabaja.

Esa noche, Fontaine tiene un cielo especialmente despejado, con el firmamento de estrellas tan precioso como solo puede ser en una región con un ambiente cuidado, digno de la nación hydro, esperable de la arconte de la nación donde nació.

Esa noche estaba especialmente agradable, vacía, y Arlecchino la vio sola .

En otros sitios es casi impensable ver a la Arconte sin protección, sin gente, tan sola, pero es solo darle un vistazo en la oscuridad donde Arlecchino se esconde para notar aquello, ese aire de soledad que apresa a la arconte.

Sin embargo, ella está cantando.

La arconte hydro canta y salta en la calle vacía, bajo el cielo estrellado, dando la imagen más inocente y frágil que Arlecchino ha visto en la figura de un Arconte.

Y es extrañamente encantadora.

Tanto que si no fuera por el maullido del gato en medio de la calle que la sacó de su trance, Arlecchino no habría recordado que venía a matar a aquella ninfa del agua que reía y bailaba bajo las estrellas de Fontaine.

Tan inocente e ignorante, a sólo metros de ella, lista para caer ante sus manos. Arlecchino conseguiría la Gnosis Hydro y podría seguir con sus planes aparte, con su misión personal para con su nación.

Arlecchino saltó al ataque.

Acorraló a Furina contra el suelo.

El gato huyó por el ruido.

Y en la oscuridad creada por la capa que traía para ocultar su identidad vio el brillo de aquel par de ojos bicolor.

Tan profundos como el agua alrededor de Fontaine, con aquellas mismas tonalidades que se pueden apreciar en las profundidades de su océano , y tan acuosos por el miedo infundido por su figura, que todo el cuerpo de Arlecchino tembló en ese momento.

La ninfa que ha estado acechando como un lobo a un cordero está temblando, llora en silencio y gimotea pidiendo por su vida, y Arlecchino no se atreve a moverse de ahí.

A enterrar el cuchillo en su cuerpo pequeño y delgado.

A contestar a su llanto lastimoso.

Por qué su voz es dulce, es acuosa, es adorable y melodiosa. Es una voz tan preciosa mezclada con el miedo por perder la vida que Arlecchino se pierde en querer escucharla con más fuerza.

—P-Por favor... ¡No me mates! —Llora, gimotea, las lágrimas se acumulan en sus ojos azulinos hasta recorrer sus mejillas sonrojadas, su respiración se acelera y mueve sus piernas bajo el cuerpo de la Sota.

Ese gemido.

Ese llanto fino, agudo, lastimero y melodioso endulza los oídos de Arlecchino, quién lentamente se levanta del suelo para dejarla libre, como a las mariposas del campo que atrapaba de pequeño para ver sus colores hasta destrozar sus alas por la curiosidad.

Debe ser eso, curiosidad.

Una pura y genuina curiosidad nacida de los sonidos que evoca la Arconte.

Paso a paso se aleja hasta ocultarse en la oscuridad, con la mano caliente por donde tocó a Furina, aún cosquilleando por el ansia de sacarle más sonidos así de dulces y acuosos, por querer escuchar cantar a la ninfa de Fontaine.

Desde la oscuridad de los callejones de Fontaine Arlecchino miró a su víctima, a su arconte, a la pequeña figura de Furina temblar en el sitio, con las mejillas enrojecidas y la respiración entrecortada, abrazándose a sí misma hasta regular sus pensamientos.

La ve levantarse con cuidado del suelo, tomar aire y sacudirse las piernas, sus ojos brillan por las lágrimas pero se recompone, parece querer fingir que nada pasó y que puede con todo.

Bajo el firmamento de Fontaine la Arconte Hydro recupera esa sonrisa de siempre, cubriendo así el susto de hoy, despertando un brillo en los ojos de La Sota.

Aquella curiosidad por la Arconte sólo crece peligrosamente.

—Tal vez un té y pasteles ayude...

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Yo intenté resistirme a esta ship, pero es más fuerte que yo, vivan las novias.


Calíope | ArleFuri [Genshin Impact]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora