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Estaba tan emocionada, el cabello húmedo de su novio holia delicioso. Aquel champú de moras había sido la decisión correcta. Ella tarareaba mientras con una secadora eliminaba la humedad de su cabello casi seco. Lo cepillo y lo trenzo, jugo con él.
No es como que Suguru haya querido quitarla de ahí. Estaba disfrutando la atención, lo hacía sonrojar, pero estaba siendo mimado. Jamás se negaría a eso.
Su cabello probablemente jamás había estado tan cepillado, tan brillante. Pero ahora lo estaba, gracias a los mimos que le dabas. Era por la noche y lo visitabas antes de irte a dormir, te dejó cepillar su cabello antes de acostarse. Y en realidad, fácilmente podría entrar en su rutina, cepillarse el cabello por las noches sonaba como un delicioso masaje nocturno que lo ayudaría a conciliar el sueño. Gracias a ti dormiría como un bebé.
—muchas gracias, cariño—
La habitación estaría llena de tarareo y palabras dulces de agradecimiento. Animándote a continuar. Manipulándote para que te quedes un poco más, y vamos, no es como que necesitará esforzarse mucho para que cayeras a sus pies y obedecieras a cada capricho.
Terminarías siendo la cuchara pequeña, siendo abrazada y totalmente rodeada por el enorme cuerpo de Suguru Geto. Tu precioso novio con aroma a mora.
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Como amo a este hombre También Te doy mi vida si quieres mi amor<3
