El comienzo

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Un chico se encontraba aburrido mientras su profesor hablaba sobre algunos "disparates", o eso pensaba él. El chico estaba apoyado sobre una de sus manos para intentar dormir disimuladamente, aunque esta acción le era imposible de lograr. Cuando estaba apunto de quedarse dormido su cabeza le jugaba una mala pasada y se caía para uno de sus lados. Apartó su cabeza de su mano y comenzó a jugar con uno de sus bolígrafos mientras miraba alrededor de su clase. Algunas chicas se reían entre ellas, los niños hacían dibujos en sus cuadernos o tiraban bolitas a sus compañeros, aunque habían personas que atendían. Se fijó como una de ellas tenía un pequeño corte en uno de sus brazos. Pero eso no tenía nada de anormal, cualquiera se podía hacer un corte.

-Hyung- Él sabía perfectamente quién le estaba hablando, pero no tenía ganas para estar hablando en ese momento, el sueño le podía y sus palabras eran casi imposibles de salir- Jimin- Otra vez volvía a llamarle, aunque ahora era por su nombre- Jimin- Su tono subió más. Como el chico no quería llevarse una bronca por parte del profesor, porque sabía que si el profesor escuchara hablar a su amigo, este le diría que era por su culpa, y los castigarían a los dos, así que puso su atención el aquel chico- Esto es demasiado aburrido.

-¿Para esto me has llamado? No tienes lógica.

-Tú también estás aburrido, ¿verdad?- Jimin solo se le quedó mirando- Juguemos a algo.

-Ahora no estoy como para jugar, además no se de que tipo de juego estarás hablando.

-Señorito Jimin, veo que está demasiado aburrido en la clase. ¿Deseas que te entretenga con algo? Si quieres te traigo un bufón- Sus pensamientos solo estaban llenos de maldiciones dirigidos para su amigo- O mejor aún, ¿Prefieres ver al director?... ¿Sabes? Esa idea me gusta más- El profesor señala hacia la puerta.

-Profesor, yo no he hecho nada malo.

-Deja de quejarte y hazme caso.

-Esto está en contra de mis derechos.

-No te gustaría saber por donde me paso tus derechos- Jimin se levantó rápidamente de su asiento y dio un golpe, provocando que todas las miradas estuviesen sobre él.

-No debes de hablarle así a un alumno, puede traerte muy malas consecuencias.

-¿Eso es una amenaza o me lo parece a mi?... Y cuando digo que salgas, ¡es que salgas!- El chico empujó un poco la mesa y salió por la puerta mientras se quejaba. Caminó por los pasillos para dirigirse al despacho del director. Vio como un chico iba a toda velocidad hacia uno de los servicios. Pasó de él, total, todos tenemos nuestras urgencias. Cuando llegó al despacho del director una mujer le indicó que este aún no había llegado de su reunión, la mujer estaba extrañada por ello. Jimin entró dentro de la sala, que le había indicado la mujer, y se sentó en una de las sillas que estaba cerca de la puerta. Después de 10 minutos un silencio invadió todo el instituto, Jimin estaba intimidado por esto, nunca había ocurrido nada igual. Luego tan solo se escuchaban gritos por parte de todos. El chico se asustó y se dirigió corriendo para la puerta, al abrirla nunca se podría haber imaginado nada igual. Justamente delante de sus ojos la mujer que le había atendido minutos antes era destripada por uno de los alumnos, sus ojos se agrandaron al ver tanta sangre, los sesos de la mujer eran esparcidos por el suelo, aunque no solo eso, sino que también eran tragados por aquel chico que estaba de espaldas a Jimin. Aún gritaba, aún tenía los ojos abiertos, aún pedía auxilio, aún sentía, aún vivía. El chico no era capaz de seguir viendo aquel tormento, ¿Es que ese niño estaba loco? ¿Quién haría aquella burrada? Cerró la puerta silenciosamente para que aquel niño no supiera que estaba ahí, ¿Quién sabía que le haría aquel depravado? Miró a su alrededor y no encontraba ninguna salida... mentira... tan solo había una ventana. Escuchó un golpe fuerte y vio como una sombra se acercaba a la puerta. A través de ella gemidos y pasos se escuchaban sin cesar. No se lo pensó más y se dirigió a la ventana, la miró durante unos segundos, aunque su mente volvió en si cuando un porrazo procedente de la puerta le despertó. Cada vez los porrazos se hacían más fuertes, y más gemidos eran oídos. Subió a la ventana y comprobó que había un pequeño "camino" por el que podía coger para poder llegar a otra habitación. La puerta se abrió, Jimin miró hacia atrás y vio al chico de antes, este estaba lleno de sangre, y aún tenía restos de la mujer por todo su cuerpo, este estaba acompañado de algunos más. En sus ojos no se podía notar nada. Se acercaban más y más a él. No sabía por que aún seguía ahí. Volvió la mirada hacia fuera, y cogió aire para después poner una de sus piernas sobre el camino. Comprobó que era estable y puso la otra pierna, los chicos se acercaban más a él, tan solo quedaban un metro para que este fuese cogido por aquel grupo. Comenzó a andar hacia la derecha, sus pasos eran lentos y cortos, sería imposible no ser atrapado por ellos. No se atrevía a aligerar el paso, no lo haría, pero si quería vivir era su obligación. Una de sus manos fue atrapada por uno de ellos, intentó soltarse aunque su equilibrio se volvía inestable. Empujo un poco más hasta que el chico calló piso abajo, Jimin se aguantó a la pared para no caer. Siguió andando hasta que encontró una ventana abierta y entró sin pensárselo dos veces. Antes de comprobar que había en la habitación miró hacia abajo, el chico estaba ahí... su cabeza se había reventado por la caída tan fuerte que había tenido. No pudo quitarse aquella imagen de la cabeza, y menos la conciencia de que había sido por su culpa. Apartó la mirada y vio que nadie se encontraba en esa habitación, suspiró aliviado. Su corazón saltó al escuchar un grito, sin saber porque fue corriendo hacia el lugar donde procedía, estaba cerca, en la clase de al lado. La puerta estaba abierta, sus latidos del corazón se aceleraron. Al entrar sus ojos se agrandaron cuando vio que uno de los profesores estaba acorralando a un alumno, él no podía ver con seguridad de quién se trataba. No podía permitir que un profesor abusara de un chico de aquella forma. Cogió una de las silla y le dio en la espalda a aquel hombre, este calló al suelo pero a los segundos se volvió hacia Jimin. Sus ojos volvieron a agrandarse al verle, no tenía ninguna expresión, una de sus mejillas había desaparecido, de ella solo brotaba sangre y piel. Se podía ver perfectamente el cráneo de aquel individuo. Comenzó a acercarse a Jimin mientras gemía, todo era tan extraño. Volvió a coger una de las sillas y se la estampó ahora sobre la cabeza. Volvió a caer... y a levantarse también. Jimin no se creía lo que estaba sucediendo, si alguien recibía aquel golpe quedaría totalmente inconsciente. Buscó en la sala y no encontró nada, tampoco tenía tiempo. Apretó sus puños y salió corriendo hacia el hombre, logró empujarle contra el suelo, y cuando este estaba tumbado, cerró los ojos y comenzó a pisar fuertemente la cabeza del profesor. No sabía cuando parar, ni tampoco que es lo que supuestamente estaba haciendo, solo era su instinto. Solo notaba algo espeso en sus zapatos, reaccionó ante esto y cuando miró al suelo... era la peor imagen que había visto. Llevó sus manos hacia su boca y calló al suelo por la sorpresa y el asco que daba aquella imagen. Le había roto la cabeza a patadas. Temblaba junto a aquel cuerpo inerte. Desvió la mirada al escuchar un pequeño gemido de horror, ahora la tenía sobre el chico al que había salvado, ya se había olvidado totalmente de él. Su ceño se frunció, aunque aún estaba atónito por lo que acababa de hacer.

Zombie attack (JiKook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora