Reencuentro

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-Dijiste que nos darías alojamiento.

-¡Tirad la mochila y las armas que tengáis!- Soltó el líder de una vez sin dejar que los dos chicos se tranquilizaran de ese alboroto.

-Sí que lo dije, y eso hago, aunque no dije que sería un buen alojamiento- Jimin tiró la mochila al suelo, y sacó uno de los cuchillos que guardaba. JungKook miró unos segundos al más bajo y luego llevó su vista hacia un punto determinado.

-¿Tú no tienes nada?- El moreno más alto se acercó hacia el menor y dejó posar su pistola sobre su cabeza. JungKook comenzó a jadear al verse ante la muerte. Un pequeño movimiento del dedo índice y todo se volvería negro. La vida de alguien se estaba jugando en ese lugar. Jimin tragó duro y apartó la mirada lo más lejos posible de aquella escena. El menor no le importaba tanto, no tenía porque preocuparse por él. JungKook no sabía como reaccionar ante todo eso.

-Yong Guk- Zelo posó su mano sobre la del moreno con cuidado de que este no apretara el gatillo.

-¿Qué quieres?- El más alto suspiró y miró a los ojos al otro, aunque este tenía la mirada clavada en JungKook.

-Sabes que no hace falta llegar a esto- Yong Guk movió la pistola con vacilación y la bajó de la cabeza del menor. Jimin volvió a llevar su vista hacia donde estaba acumulada la tensión, y se alegro de que esa persona a la que tanto odiaba estuviese en buenas condiciones, aunque eso no lo admitiría nunca. JungKook cerró los ojos para intentar tranquilizar su respiración.

-Vale, vale... Zelo, Youngjae, cachearles- Yong Guk les dio la espalda y empezó a acariciarse la frente por la frustación que tenía en ese momento. Zelo se acercó hacia JungKook y YoungJae hacia Jimin, los dos comenzaron a comprobar si era verdad que no tenían ningún arma más. El menor se acordó que Jimin tenía otro cuchillo, pero recordó que este lo dejó en el asiento del copiloto del coche. Cuando los dos chicos comprobaron que era cierto lo que decían, dejaron de cachearlos- Si os vais a quedar aquí tenemos nuestras propias normas. Y si se rompen, acabaréis como el tipo que maté ante vuestros propios ojos- Yong Guk aún seguía de espalda a ellos- YoungJae.

-Sí. No podéis robarnos nada ni intentad matarnos. Si habéis matado a uno de nuestra banda os la tendréis que ver con todos nosotros- Los dos chicos se miraron por la confusión.

-¿Y ya está? ¿Esas son las únicas normas?- El líder se giró hacia ellos.

-No creas que son tan fáciles de seguir. Algún improvisto, y ya estás en la hoguera.

-¿Qué pasa si no aceptamos quedarnos?- Fueron las primeras palabras que JungKook había articulado desde que dijo solo un simple número. Yong Guk, Zelo y YoungJae le miraron, aunque el primero formó una sonrisa, la cual daba un poco de miedo.

-Ahora sois nuestros, nos pertenecéis. Si se os ocurre iros estaríais rompiendo unas de las normas. Si os vais, vosotros mismos nos estaríais robando algo que es nuestro- Jimin apretó los puños ante las palabras del mayor. Quería romperle la cara ahí mismo, pero no era el momento adecuado.

-Los demás deben de estar a punto de venir- Younjae dijo mientras se acercaba hacia una mesa para revisar unos papeles.

-¿Seguís pensando que las normas son fáciles de seguir?- Yong Guk vuelve a sonreír y se acerca hacia el otro moreno. Jimin suspira con desesperación. Zelo hace una señal a los nuevos inquilinos.

-Os llevaré a los dormitorios- Tanto el más bajo como el menor siguieron al del pelo llamativo. Llegaron hacia un pasillo donde habían algunas puertas- Como os acabamos de conocer, cada uno dormirá con uno de nuestros compañeros. Si os atrevéis a hacer algo ellos os lo impedirán, os estarán vigilando- Los dos se quedaron callados- Podéis elegir entre estas dos habitaciones- Señala hacia dos puertas, las cuales una estaba enfrente de la otra. Jimin entró por la puerta que tenía más cerca y dejó la mochila, que cogió antes, sobre una de las camas. JungKook miró las acciones del otro y hizo lo mismo que este, aunque sus acciones eran más torpes. No quería quedarse en ese lugar, debería de haberse quedado en la anterior casa. Allí por lo menos estaban a salvo. Zelo se giró hacia la puerta grande de metal, ya que había escuchado como esta se estaba abriendo. Ahí estaban los demás. El menor se asomó por la puerta de su nuevo dormitorio, y pudo visualizar a tres personas más. No pensaba que iban a ser demasiados. Jimin no hizo caso de los ruidos que procedían de fuera, él quería estar tranquilo. Deseaba poder descansar después de haber estado tantas horas conduciendo.

Zombie attack (JiKook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora