Capitulo 6

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Las luces se habían apagado y el ambiente se llenaba de murmullos inquietos, el espectáculo estaba a punto de comenzar.

El sonido de un "shhh" fue reproducido por las bocinas escondidas en algún punto de la carpa. Las luces que se movían sin un patrón aparente se detuvieron sobre el centro de la pista, enfocaban a una joven en traje de pingüino que miraba al suelo mientras sostenía en una mano un bastón y en la otra el sombrero de copa que traía puesto.

―¡Damas y caballeros, niños y niñas!

Tras decir esto alzó la cabeza y vio a su alrededor, se sentía impaciente, apenas era su segunda noche al mando.

―Les animo a tomar asiento

Alzó su bastón al aire y empezó a caminar cerca del borde de la pista señalando al público mientras las luces la seguían y el público producía una ola en sus asientos

―Y prepárense para ver a los ojos de la maravilla

Había vuelto al centro de la pista y ahora apoyaba ambas manos sobre su bastón.

―Porque los sueños y los cuentos―disminuyo su tono de voz, haciendo énfasis en la siguiente frase―inician aquí. Uno―dijo ella mientras daba un golpe al suelo con el bastón. ―Dos― al decirlo la audiencia respondió dando un pisotón―Y... ¡tres!―dijeron al unísono, la audiencia dio el último pisotón y ella el golpe final con el bastón mientras levantaba su sombrero.

La pista se ilumino en tonos cálidos pero tenues y las luces que seguían a la cirquera se apagaron, apenas se vieron los pies de la joven saliendo de escena, había creado el escenario ideal para quienes proseguían.

Alan estaba casi al borde del asiento y Lily trataba de no destacar al asomarse por el bolsillo de su hijo.

Las luces en el suelo comenzaron a moverse lentamente y abrieron un espacio oscuro al centro de la pista que unos segundos después fue ocupado por una silueta camuflada entre las sombras que bailaba con aros luminiscentes. Poco a poco la silueta se abría paso creando un camino en espiral a los bordes de la pista, al mismo tiempo la luz en el escenario se apagaba y daba espacio a un contenedor cilíndrico lleno de agua. Los reflectores volvieron a encenderse sobre el escenario y mostro a dos seres en este, la primera era una mujer de piernas escamosas que bailaba sobre la pista y la otra, una sirena, le imitaba dentro del contenedor cilíndrico, ambas adornadas de anchos brazaletes dorados en sus muñecas, brazos y una gargantilla dorada en sus cuellos.

Las cintas previamente atadas a las vigas de la carpa habían sido liberadas, ahora colgaban sobre la gran pecera y a los costados de esta. La sirena empezó a cantar y la mujer dejó caer los aros en el escenario y tomo una de las cintas mientras se impulsaba para subir por ella. Bailaba entre una cinta y otra al ritmo del canto de la sirena, llegado el momento se dejó caer en la pecera. La sirena paro de cantar y saltó tratando de alcanzar las cintas mientras la mujer caía y la mujer toco el agua, cuando ambas estaban en el lugar de la otra el cambio se dio, la sirena ahora tenía piernas escamosas y la supuesta mujer había obtenido una aleta. La antigua sirena bajo y danzó con los aros como lo habían hecho anteriormente, la nueva sirena ahora la imitaba a ella, la nueva bailarina hizo una reverencia al público, las luces se apagaron y ambas desaparecieron de escena.

Los niños tenían los ojos muy abiertos, sonreían o mantenían sus bocas abiertas con sorpresa y algunos jalaban las mangas de las camisas de sus padres mientras les decían, "¿viste eso? ¿Lo viste?". Algunos padres solo asentían mientras sonreían a sus hijos, mientras que otros parecían un poco fastidiados ante la reacción de sus hijos. Mientras tanto Lily salía disimuladamente del bolsillo de Alan.

―Alan, cierra la boca o te entraran moscas―le susurro en el oído.

Lily rio ligeramente por la expresión incomoda de Alan cuando este cerro la boca. Alan escondió a Lily en su abrigo y se froto los brazos, la temperatura había empezado a descender.

La gente en las gradas dirigió su atención al centro de la pista, ahí estaba ella. Una mujer de tez pálida y ojos grisáceos se adueñaba del escenario, besó el guante que portaba en su mano izquierda y lanzó ese beso a las gradas, su guante, anteriormente rojo, se volvio cristalino como el hielo, cerró el puño y el hielo se quebró, dejando ver el mismo tipo de pulsera que usaban las sirenas del acto anterior.

Caminaba elegantemente por el borde de la pista mientras saludaba al público, parecía gozar la atención de los espectadores y algunos de estos se colocaban al borde del asiento solo para verla mejor.

Regresó grácilmente al centro de la pista, cuando ocupó su lugar en el medio de esta cuatro listones la rodearon, besó el que estaba frente a ella y danzo con el de su derecha, cuando estuvo en el ángulo deseado rozó la tela con sus labios, volvio para tomar los últimos dos y bailo una especie de tango con ambos como si fueran su pareja, cuando ambos listones estuvieron donde ella los quiso repitió el procedimiento que siguió las dos veces anteriores.

La música en el fondo cambio por una más melancólica y ella se paseaba entre los pilares de hielo al ritmo de esta. Una parte de la audiencia seguía cada movimiento que la mujer realizaba en el escenario, abrían sus ojos y sus bocas con asombro esperando el siguiente movimiento, otros tantos ya se notaban exhaustos de solo ver hielo en el escenario.

Tan solo un momento después el ambiente comenzó a calentarse, podías ver que la gente empezaba a abanicarse con su propia mano, quienes podían incluso abrían uno o dos botones de su camisa.

La música cambio una vez más, los tambores empezaron a sonar. La dama en la pista detuvo su caminata para buscar con la mirada quien alteraba el estado de sus gélidos pilares.

Las cortinas se abrieron dando pasó a un joven cuya cabellera estaba hecha de fuego ardiendo en tonos naranjas y rojizos. Avanzó hasta los pilares de hielo, sonrió y seguidamente toco el pilar hecho de dos listones, tras su toque el pilar fue envuelto en vapor hasta que desapareció.

La dama se giró en dirección al intruso, él la ignoro y camino al borde de la pista al ritmo de los tambores. Cuando llego al límite de la pista abrió los brazos al público e intensifico el calor de sus llamas, la mujer en el escenario carraspeo llamando su atención y por fin él la vio a los ojos. Extendió una de sus manos en dirección a ella, pero la mujer en el escenario la aparto de un golpe.

―No necesitas ser tan hostil, solo estaba saludando―dijo y le dio la espalda mientras jugaba con las llamas en sus dedos―¿Es qué no sabes de cortesía básica?―giro la cabeza tratando de verla por el rabillo del ojo y sonrío al encontrarla.

―No es precisamente cortés destruir lo que no te pertenece.

Empezaron a discutir, el calor y el frío luchaban en escena generando fuertes vientos en dirección a las gradas.

―¡Basta!―grito una voz masculina fuera del escenario.

Detrás de las cortinas emergieron siluetas de humo de cinco caballos que rodearon a la pareja en el escenario y les hicieron desaparecer.  

Esclavos #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora