Capitulo 4

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Cuando ambos estaban bajo el efecto de sueño Lilly había dejo caer su máscara de serenidad.


―¿Qué hago?―Su voz temblaba y llevo una mano a su boca tratando de morder sus uñas― Ellos ni siquiera debían notarme, no deberían saber que estoy aquí, tú y tu estúpida necesidad de romper las reglas, vas a salvar a un humano, te fugas cada noche y ahora duermes a dos guardias nocturnos. Si Lilly, eres fantástica―recrimino para ella misma.


Una idea surco su mente y se debatió entre seguirla o no, ¿Cuánto daño podría hacer un desliz más?, caer solo un poco más bajo, ¿alguien siquiera lo notaria? Se concentró y moviendo ambas manos empezó a forjar una ilusión, las yemas de sus dedos se iluminaron del característico color lila «no lastimaré a nadie» repitió para sí misma. Mientras forjaba la ilusión laberíntica que rodeaba a Gael y Christine.


Cuando acabo se dio la vuelta para llevar a Alan, aún en estado de hipnosis, a un punto más alejado. Había un tema importante del que hablar, tomo asiento y dijo las palabras que lo sacarían del trance:


―Alan, he vuelto.


Cuando le dijo esto el despertó y le sonrío mientras caminaba para darle un abrazo.


―Te extrañe, mamá― le escucho decir mientras apoyaba su cabeza en su hombro.


Lilly sonrió mientras correspondía a su abrazo. «¿Cómo había llegado a ese punto?» se había hecho esa pregunta con anterioridad. Ha faltado a las reglas, se escapa cada noche para ver al niño que salvo hace más de una década.


―Tambien te extrañé―Se alejó de él y le vio con dulzura― Alan, tenemos que hablar, pero necesito que tomes asiento. Esto puede ser dificil de asimilar.


Alan obedeció y tomo asiento, mientras veía a Lilly con la mirada un poco ausente.


―Alan, ¿alguna vez te has preguntado porque te ves diferente a mí?, Cuándo miras tu reflejo en el agua, ¿alguna vez te detuviste a pensarlo?


Alan se limitó a guardar silencio, mentiría si dijera que no lo ha hecho, «¿Por qué no he conocido a más personas como mi madre y yo?» Era un pensamiento que lo rondaba y le daba vergüenza admitirlo frente a ella.


―Lo he hecho―Por fin se animó a confesarlo― y no se limita a la apariencia, incluso dejando de lado el hecho de que yo envejezco y tú pareces estática en el tiempo, en cuestión de habilidades también somos diferentes. Dijiste que al cumplir cierta edad esas habilidades se manifestarían en mí, pero no ha pasado. Es dificil no cuestionarse el porqué, ¿sabes?


Lilly cerró los ojos un momento y suspiro, trataba de acomodar las palabras en su mente y ninguna idea le parecía lo suficiente viable.


―Tú has sido criado como mi hijo y te he tomado el cariño que le corresponde a uno.―Alan le vio a los ojos, anticipando lo que vendría―Pero me temo que no lo eres, no hay un lazo de sangre que nos una. Tu eres un humano y yo un hada, es por eso que no has manifestado habilidades mágicas.


―¿Humano, qué es eso?


―Son seres que andan sobre dos piernas, no vuelan, no crean nada con solo imaginar, carecen de toda habilidad mágica y su vida es tan breve como el destello de una estrella fugaz. ―Alan había apartado la vista de ella.


―Ser insignificante, eso es lo que significa un humano para ti, ¿no?―su voz era quebradiza, decidió ver al suelo mientras sus ojos se volvían llorosos.


Lilly guardo silencio por un momento tal vez no había elegido las palabras adecuadas.


―Nunca he dicho que sean insignificantes, todo lo contrario.―Alan alzó la cabeza mientras sus ojos eran inundados por la curiosidad―Los seres mágicos como yo nos hemos vuelto dependientes de nuestra magia casi para respirar, una vida sin ella nos es inconcebible, muchos lo verían como el mayor de los martirios. Pero los humanos, lo que les falta de magia lo compensan con ingenio y creatividad, para cada problema ven por lo menos una solución. Creativos, inteligentes y astutos, es el modo de describir a los humanos que yo tengo. Seres que no conocen límites y crean sus propias herramientas para conseguir sus fines, una espada de doble filo, si se me permite decírtelo.


Alan puso una pequeña sonrisa en su rostro sin apartar la mirada del suelo, pensó que era su modo de hacerlo sentir un poco mejor.


―Si enserio somos de especies tan diferentes ¿Cómo llegaste a mí?, ¿Por qué te empeñaste en hacerte pasar por mi madre?


Alan seguía aferrándose a la idea de que tal vez era una broma un tanto cruel por parte de Lilly, aunque bromear en general no suele ser su estilo.


Lilly apretó los labios y vio hacia arriba, como si entre las copas de los árboles o el brillo de las estrellas pudiese encontrar el valor o la fuerza de terminar lo que había empezado. Al no encontrarles cerró los ojos y suspiró.


―Tú me llamaste


Alan la vio a los ojos, incrédulo.


―¿Cómo pude haberte llamado?


―En años pasados las hadas escuchaban "el llamado"―hizo comillas con sus dedos tratando de enfatizar esa frase― de su niño y atendían a este. Hace 15 años oí tu llanto a la distancia, tu llamado. Salí de mi hogar y te busque, cuando por fin te encontré decidí esconderme tras un árbol y verte a la distancia. Estabas aferrado a la mano de una mujer agonizante, cubierta de sangre y herida por las zarpas de un oso, la que supongo que era tu madre. Ella acariciaba tu mejilla mientras te veía como si fueses el mayor de sus tesoros y trataba de limpiar las lágrimas que salían de tus ojos. Te mentía con dulzura al decirte que todo estaría bien.―Ahora Lilly estaba empezando a llorar, no podía sostenerle la mirada a Alan.―Dude sobre lo que debía hacer, estuve a punto de irme, era posible que alguien ya venía a buscarte, pero sentía que algo tiraba desde mi pecho en tu dirección. Me acerque a ustedes y ella en un principio me vio con desconfianza pero al sentirse morir me confío tu nombre: Alan, desde entonces te he llamado así, es el único dato que sé de tu vida pasada.


El silencio ocupo el espacio entre Alan y Lilly. Alan veía a Lilly y ella no se animaba a regresarle la mirada, creyendo que él estaría decepcionado de ella al ocultarle la verdad por tanto tiempo. Sin embargo él se levantó de su asiento y la abrazo. Tal vez no los una la sangre, pero ante sus ojos ella siempre seria su madre.


―Ahora que sabes la verdad puedes elegir si volverás con los tuyos o te quedaras aquí conmigo como siempre ha sido. 

Esclavos #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora