Kenzie
"- Así como me escuchas, te vi en ese bar antes del fantástico encuentro que usted patrocinó, Kenzie."
Un leve roce de piel, un leve aliento, una leve caricia, un leve y casual encuentro que al parecer no fue tan leve ni tan casual. No sé qué me pasó esa noche al oler su perfume, al sentirlo tan cerca de mí, no podía tener atracción por él, no podía sentir ni lo más mínimo más allá del desprecio por ser un egoísta, machista y resentido, si un resentido.
- ¡Kenzie!, te estoy hablando desde hace diez minutos y al parecer ni la mínima atención me estás colocando.- Des estaba a centímetros de mi cara.
- Eh, perdón, ¿me decías?.
- Te decía que he hablado con Simon y tengo más información de la que debería para ser exacta.- me guiño un ojo y me tomó del brazo para sacarme del lugar.- Son inversionistas de una gran compañía, al parecer son más unidos de lo que ya había pensado aunque son personas totalmente diferentes.
- ¿De que me estas hablando Des o mejor de quienes?.
- Dahhh, pues de Simon y Ragde no crea que no me di cuenta de la tensión que se presenta cada vez que están a menos de un metro, está claro que ahí hay algo más.
- Calla, nadie te dijo que él me importaba, ni que hace, ni cómo lo hace ni con quien lo hace, además de eso de que tensión estas hablando, creo que esta viendo de mas donde no hay nada que ver.- me levanté y pretendía entrar de nuevo a la casa pero como si la vida me dijera "no perra no se puede estar tranquila".
- Pensé que ya te habías ido.- maldita sea Ragde, otra vez.
- Eso es lo que más deseas, pero no, aquí estoy y ahora si me permites quiero ir por algo de tomar.- claro, no es como que porque le dijera eso él automáticamente se apartara, por lo contrario se plantó bien y me miró con cara de burla.
- Si me lo pidieras amablemente te podría traer algo de tomar, así también evitamos accidentes, recuerda que eres muy distraída pequeña.
- Uno, nadie te dio el derecho de decirme "pequeña" y segundo yo puedo ir solita y con suerte si no te atraviesas no hay accidentes.
- Insisto, puedo traerte algo, deja que saque mis dotes de caballero.
- Si no me dejas pasar no tendre de otra que dejar que vayas, asi podrias aprender a ser educado.- me crucé de brazos y lo mire a la cara.
- Quiero Ron con Cocacola, de ese que le han preparado a Des.
Hizo lo que nunca me esperaría que hiciera, se giró y fue a la mesa de las bebidas y preparó justo lo que yo pedí, me lo entregó y se fue a una de las habitaciones, empecé a caminar por la pequeña cabaña había cuadros como decoracion, plantas dentro de casa, parecia que tenian muy bien cuidado el lugar. Al llegar al fondo encontré una batería y una guitarra al lado, también había un sofá y al lado un estante con cinco libros, me acerqué a ellos y empecé a mirarlos, eran libros de mitología griega pero muy bien cuidados y ya leídos.
- No sabía que aparte de torpe eras cotilla y te gusta ir revisando cosas.- solté el libro y me gire rápidamente, era Ragde.
- Lo siento, me aburrí y empecé a caminar y llegue aqui.
- No te preocupes, solo no toques nada de ello, es muy personal.
- No sabia que aparte de patan y grosero eras sobreprotector con las cosas.
- Pues ya lo vas sabiendo, no me gusta que cositas pequeñas como tú esté metiendo su diminuta nariz en lo que no deben.- mis ojos siguieron el movimiento de su dedo al tocarme la nariz.
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Tan cerca
RomanceDespués de tanto llanto una risa nunca esta mal. Entre descubrimientos, verdades y mentiras se conocen. ¿Se podrá conservar el orgullo o se desvanece al llegar otro sentimiento? ¿Volverá a confiar?