Capitulo 1: Pensamientos

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Miguel estaba sentado en lo alto de un edificio viendo la ciudad de New York, pensaba en su hogar y como había acabado allí. Su cuerpo había tenido otro glicheo, un dolor que parecía frecuente en ese momento.

Escucho pasos acercándose para ver por encima de su hombro al joven Miles, el niño se había cubierto su disfraz barato de Spiderman con sus ropas usuales, llevaba una bandeja con comida y sonreía alegre de que haya aceptado ayudarlo a mejor sus habilidades de Spiderman. Se preguntaba por qué lo había hecho, quien sabe, solo su subconsciente tenía la respuesta.

-Te traje una hamburguesa con papas fritas, espero no te moleste – Escucha a Miles sentándose a su lado

-Está bien, gracias – Fue lo único que salió de su boca sin emoción alguna

-¿Cómo obtuviste tus poderes? Eres muy diferente al Spiderman que había aquí

-No quiero hablar de eso

Miles se quedó callado ante esa respuesta tan cortante. Miro a Miguel comiendo en silencio mientras trataba de entablar una conversación con el mayor pero no se le ocurría nada que no involucrara el pasado o los poderes. Por otro lado, Miguel estaba analizando al chico: era demasiado joven como para ser el Spiderman de New York, un niño prácticamente. Ni él adquirió sus poderes tan joven, suspiro terminando su hamburguesa para ver a Miles.

-¿Tienes alguna idea de cómo reparar todo este lío?- Le pregunto aunque la respuesta era obvia en negación

-Peter me dio algo antes de que lo mataran- Responde el joven captando la atención del mayor

-¿Peter?

-Así se llamaba el Spiderman de aquí, bueno, me entrego está llave de anulación pero....

Miles había sacado un guber que parecía dañado, Miguel lo tomo examinándolo para deducir que el chico lo había roto de alguna manera. Soltó un gruñido enojado para hacerla pedazos en su mano mientras veía a la nada.

-¿Está enojado?

-No, estoy muy contento de que hayas destruido la única llave que podía mandarme a mi hogar

-¿Eso fue sarcasmo?

-¡Claro que estoy enojado!- Le grita el moreno parándose de golpe-. Gracias a ti, ahora necesito robar la información que tu Spiderman ya había tomado

-Perdón, es que...

-¡Cállate!

Miles se encogió ante el grito mientras veía a Miguel caminar por el techo pensando en sus posibilidades y de porque había aceptado ayudar a un niño. Se agarró la cabeza con una mano para suspirar fuertemente antes de ver al chico que estaba tratando de hacerse pequeño frente a él. Eso encogió su corazón sintiendo culpa ante su conducta, podría dar miedo pero no quería infundirlo, soltó un suspiro para acercarse a Miles con calma

-Oye... Está bien, ya estoy más calmado. Busca donde es Alchemax, por favor

Miles no dijo nada pero si tomo su teléfono empezando a buscar la compañía que le traía recuerdos desagradables al propio Miguel, los cuales debía apartar de momento para llegar a lo que necesitaba: La información para abrir el portal a su hogar.

-Está a las afueras de la ciudad en un bosque

-Bien... Necesitamos ir en la mañana

-¿Me enseñaras a columpiarme hacia haya?

-Ya lo veré mañana, de momento ve a descansar-

-¿Cómo puedo estar seguro que no te iras y me dejaras aquí?

-Confía en mi niño, es más, puedo dormir en tu cuarto si te hace sentir más tranquilo

-Este... Tendrías que dormir en el suelo porque no tengo saco de dormir o algo así

-Está bien, no tengo problema

Miguel estaba maldiciendo su suerte con el chico, no podía creer que iba a dormir en el suelo en lugar de su cómoda cama de Queen size. Un trueno se escuchó a lo lejos dando la señal de que iba a caer una tormenta y él no tenía un techo para refugiarse así que con el ceño fruncido siguió al chico hasta un edificio de departamentos, este se trepo fácilmente por unas escaleras llegando a un ventana que abrió con facilidad dejando ver su cuarto, era de un chico cualquiera, pudo notar que era humilde, algo que le recordó a cuando era más joven y vivía con su madre. Sintió algo de empatía con Miles.

-Miguel, creo que mejor duerme tú en mi cama. Yo puedo dormir en la sala. Mamá no llega hasta mañana a las 9 del turno nocturno en el hospital

-¿Estás seguro?

-Sí, no te preocupes

El moreno se sentó en la cama con cuidado para ver como Miles iba agarrando una manta y una almohada para acercarse a la puerta no sin antes verlo con una sonrisa

-Muchas gracias por aceptar mi petición- Sin más se fue cerrando el cuarto con cuidado

Miguel estaba lleno de emociones encontradas, unas que había escondido por años después de aprender que la vida no era toda color de rosas. Suspiro para acostarse en la cama, no cabía del todo bien pues sus pies salían del borde, ni modo, tenía que adaptarse. Se giró en la cama para ver a la puerta cerrada mientras un rayo iluminaba el lugar dando aviso que la lluvia había empezado.

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A la mañana siguiente, Miguel estaba despierto desde temprano viendo a la ventana sin más. Quería hablar con Lyla pero en esa dimensión le era imposible porque no tenía una conexión tan buena al internet además que su chip se había destrozado cuando había caído a la calle de New York por lo que estaba solo en ese momento. Unos toques a la puerta se escucharon y Miles se asomó asombrado de ver a Miguel despierto.

-¿Eres madrugador?

-Normalmente a las 5 ya estoy empezando con mi rutina diaria

-Eso no es descanso de noche completa, lo normal es a las 7

-Tal vez contigo, ahora vamos, debemos ir Alchemax

-¿No quieres almorzar primero?

Miguel se queda callado ante esa idea mientras su estómago gruñía, normalmente por las mañanas era muy propenso a comer bastante. Miro a Miles y le afirmo mientras seguía al chico a la cocina viendo el departamento con atención... Era de clase media, con unos cuantos muebles y varias fotos que dejaban ver a su familia. Se acercó a ver algunas notando que estaba Miles con su madre más en otras más antiguas estaban él con su padre.... Una idea le llego a la cabeza pero la descarto al instante.

-Miguel, ¿quieres algo de almorzar?

El moreno se giró para ver a Miles que se acercaba a su lado, miro las fotos y su expresión se hizo triste, haciendo que Miguel lo viera con atención dejando en su mirada cierta preocupación por el chico.

-Estas fotos son de hace un año... Papá estaba cumpliendo su trabajo de oficial cuando un camión choco su patrulla... Desde esa noche, solo estuvimos mi madre y yo, a veces viene mi Tío Aarón pero... No es lo mismo.

Miguel se quedó callado viendo la foto del padre de Miles. El chico había perdido a su padre a una edad muy temprana y ahora le tocaba lidiar con un rol que le había lanzado el destino, un ejemplo de superación que quería cuidar y apoyar. Su corazón latió con un sentimiento de protección hacia el más joven, uno que solo había tenido con su hermano hace años... Uno que le fue arrebatado injustamente.

¿Podrías ser mi mentor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora