Forever mine | Shin Soukoku

Plan E

Higuchi estaba más que dispuesta para rescatar a su jefe, Akutagawa.

Sabia que el chico tigre había hecho algo malo, probablemente una poción, una droga, pero Higuchi estaba lista para eso y más. Había pasado dos semanas siguiendo al chico tigre, tenía una rutina sobre salir de la agencia y buscar unos dulces en una tienda no muy lejana pero tampoco cercana al edificio.

Siempre compraba algo diferente pero siempre eran dulces. Higuchi sabia que tendría su objetivo fácil. Acabaría con el chico tigre y le llevaría el cadáver a su jefe para que hiciera una alfombra con su cuerpo.

Preparo su armamento

Mientras tanto en la oficina de la agencia, Atsushi miraba su celular sonriente y Dazai a su lado lo miro – comienza a preocuparme tu actitud dejándote dominar por el tigre

- Está bien Dazai-san, sigo siempre yo mismo – menciono – solo es una pequeña lección

- Ya veo – suspiro – no vayas a exagerar

- No, claro que no – lo miro – por cierto

- ¿sí?

- Gracias por la ayuda, está noche definitivamente alejaré a Higuchi

- Suerte entonces

- ¡Atsushi! – fue interrumpido por Rampo

- ¿si Ranpo-san?

- Alguien se ha robado todos mis dulces, pídele dinero a Kunikida y tráeme nuevos ¿sí?

Atsushi comenzó a reír – claro Ranpo-san

Atsushi salió de la agencia tranquilamente, llevaba lo necesario como cada día para los dulces de Ranpo, sintió una presencia entraña a medio camino, miro a sus lados confundido – esto... es raro – se dijo a si mismo. Entonces, una llamada lo asusto - ¡ah! ¡ah! – contesto – Ranpo-san

- Atsushiii, mis dulces

- Si, si Ranpo-san, ya voy en camino.

Colgó para suspirar profundo, probablemente no era nada.

Siguió su camino, el de siempre, Higuchi ya estaba preparada, un edificio enfrente oculta detrás de un bote de carpetas para carteros, dispararía certero y lo llevaría al callejón oscuro de enfrente para acabar con él, entonces, paso, pero algo más tomo al agente.

Atsushi fue arrastrado al oscuro callejón por nada menos que una tela negra. - ¿Ryu? – le llamo confundido

- Hola pequeño algodón – le llamo – casualmente te vi pasar por aquí...

- Eres un mafioso malo – dijo sonriente. Entonces, le miro a los ojos – no sigas, me estoy...

- ¿no lo dijiste ya? Soy un mafioso malo...

Atsushi se levanto para besarlo, esto subió de tono rápidamente. Atsushi fue llevado al fondo del callejón sin soltar aquel beso, rápidamente Rashomon se había encargado de quitar la ropa que estorbaba para el mayor.

Había pasado unos momentos, Higuchi todavía procesaba todo, si la tela era de su jefe, debía entrar en acción también. Se encamino silenciosa dentro del callejón. Si no podía entregarle el cadáver, por lo menos lo ayudaría.

Atsushi estaba contra la pared, abrazaba con sus piernas la cadera del mayor, y con sus brazos se aferraba a los hombros y cuello. Pudo escucharla, entonces sonrió. Sus ojos amarillos estaban postrados, y su sonrisa amplia, Atsushi no evito gemir más fuerte, fue cuando los vio - ¡AAH! A-Akutagawa, e-es demasiado profundo – menciono

- Sé perfectamente que así te gusta – respondió

- A-Akutagawa, ¿po-porque me haces esto? – se quejo entre gemidos

- ¿Por qué? Tan simple Jinko. Por que puedo, por que quiero, porque eres mío.

Atsushi aferro sus manos a la cabeza del mayor, seguía gimiendo mientras le sonreía a Higuchi, la rubia simplemente estaba perpleja, en cuanto su shock se apaciguo, logro salir corriendo del lugar. Atsushi soltó un poco al mafioso para verlo de frente, sus ojos nuevamente tiernos frente al mafioso – Ry-Ryu...

- E-eres demasiado bonito

Atsushi llego ligeramente tarde en la agencia, pero no hubo problemas, había llegado con el doble de dulces, según Atsushi "había un descuento" pero, bien, tuvo que decirle a su novio que estaría en problemas y este decidió comprar el doble para ayudarlo.

Por su parte, el mafioso llego a la base viendo a Higuchi distraída, distante. No entendió del todo, pero tampoco le preocupaba. Fue a ver a Chuuya casi toda la tarde y por la noche, Higuchi se acercó a él – Akutagawa-senpai

- ¿sí?

- ¿puede acompañarme a mi casa?

- ¿Por qué haría algo así?

- No me siento del todo bien

- Que fastidio, vamos

Jefe y subordinada habían llegado a unos departamentos totalmente suburbiales, Akutagawa no le tomo importancia, Higuchi lo miraba, no lo dudo en acercarse rápidamente y abrazarlo – Akutagawa-senpai, gracias

- Suéltame, Higuchi ¿Qué te ocurre?

- Solo, no me siento del todo bien – respondió para soltarlo – quiero decir que lo admiro profundamente, seguiré bajo su mando hasta que no lo requiera

- De acuerdo, descansa y recupérate

- Buenas noches Akutagawa-senpai

Akutagawa se retiró, Higuchi suspiro profundo – he perdido...

Había comenzado a llover, así que Higuchi no sabia si era lluvia o sus lágrimas en su piel.

...

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