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COLOQUÉ UN POCO de sombra rosada sobre mis párpados y me encrespé las pestañas, me coloqué mascara de pestañas y terminé de retocar mi base asegurándome de no dejar a la vista ninguna de mis pecas. Me miré una última vez al espejo y sonreí satisfecha con mi trabajo.
Hoy voy a tener una firma de mi último libro "pergamino de polvo de estrellas" asique tengo que usar mi peluca azul. Estas ocaciones eran las únicas en las que podía arreglarme de esta manera debido a que mi vida social se basaba en mi seudónimo "starlight" que usaba para las publicaciones de mis libros y desarrollarme en las redes sociales. En cambio en la universidad prefería no llamar la atención, siempre paso desapercibida y no podría estar más feliz por ello.
Como sea, salí de mi departamento y fui en taxi hasta la librería donde daría la firma de libros. Cuando llegué habían muchas personas, no me sorprende, estamos en el centro de Shibuya.
Bajé del taxi con mi capucha puesta y entré por la parte de atrás, saludé a los trabajadores del lugar y me mostraron donde estaría durante el día. Me senté y segundos después una onda de gente entró al lugar, los de seguridad hicieron su trabajo para que se organizarán y uno a uno comenzaron a pasar.
Todos fueron muy dulces, me encantaba que mis lectores fueran de todas las edades ya que ese era mi objetivo, en especial con este último libro, compartía un par de palabras y escribía dedicatorias. Luego del horario de firmas había un espacio extra en los que tendrían un momento conmigo en privado para conversar sobre el libro. Esto fue completamente aleatorio por un concurso en Internet que había organizado con ganas de conectar más con mis lectores.
Ya se hacía tarde y aún quedaba una persona más, debía admitir que estaba muy cansada pero estaba disfrutando mucho el día.
Un chico de sudadera blanca entró llamando mi atención, tenía bajo perfil y rostro serio, traía la edición especial de mi libro en mano. Se sentó frente a mi.
— Mucho gusto, como te llamas? — comencé la conversación don una dulce sonrisa, el chico me miró y su rostro cambió a uno más relajado
— Soy Shuntarō, admiro mucho su trabajo — su voz era más grave de lo que esperaba, no dejé de sonreír
— pues me alegra que te gusten mis libros — agradecí mientras recibía el libro y tomaba un bolígrafo — y dime Shuntarō cual de mis libros te gusta más? — pregunté mientras escribía la dedicatoria en la última página del libro
