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La música era brillante y el ambiente se sentía como una farsa. Omegas con rostros cubiertos, pero cuerpos desnudos y sudados, deseoso de lujuria. Los alfas bebían vino con uvas jugosas, era una jauría preparándose.
— El rey bastardo ha abandonado a su omega. — Fue un alfa el que hablo, debajo del antifaz sobre salía una barba rubia y en su pecho desnudo se podía ver la marca real de los guerreros, de sus guerreros. — Los rumores. — sonrió con una mueca. — Hay un heredero.
— No hay ningún heredero oficial. — era la singular voz de Chaeryeong. Su porte era inconfundible al igual que su frondoso cabello rizado del color del fuego. — En todo caso, es muy fácil terminar con su vida, tan sencillo como aplastar a una mosca.
— Yo no matare a la reina. — Jisung escucho una voz, era neutra y al mirarlo se topó con un alfa. Un guerrero joven, era el único que no escondía su rostro y su cuerpo era cubierto por una armadura.
— No será necesario tengo a la persona indicada, una flor demasiado asustada por perder a su alfa y decidida a hacer lo necesario.
Minho mantenía el cuerpo de su omega escondido detrás de la puerta de madera de color cobre, la música se escuchaba a sus espaldas pero lo único en lo que podía enfocarse eran en las voces provenientes de aquel lugar un lugar escondido e ideal para discutir el cómo terminar con su imperio, con él y con su omega, Jisung.
— Ellos hablan sobre Jeongin. — Minho escucha la voz de Jisung a sus espaldas. — El me asesinara ¿verdad?
El alfa observo los labios de Jisung y un gruñido provino de su garganta, feroz. — No dejare que nadie te lastime. — Sin poder detener las acciones de su propio alfa, llevo su mano al vientre plano del rizado. — Los protegeré.
La posesividad marcada en sus facciones y su aroma volviéndose más atractivo para Jisung provoco que el rizado dejara escapar un poco de su lubricante natural. — Alfa, te quiero tanto.
— El sentimiento es mutuo. — Minho susurro demasiado cercas de los labios del omega. Sus manos firmes fueron a la cintura del rizado y al momento de querer cargarlo cercas de la pared, cayo un jarrón cubierto de flores.
El ruido provoco que las voces dentro del cuarto cesaran y pasos se escucharan. Minho sintió la mano del omega entrelazarse con la suya y comenzaron a correr por los pasillos hasta encontrar una salida. Minho se escuchó riendo mientras sus pies se seguían moviendo, los holanes del vestido de Jisung bailaban en cada paso que daban.
Minho se permitió disfrutar del momento tan solo por un segundo, la risa del rizado le hacía cosquillas en su interior y le provocaba un escalofrio. El alfa se sintió jovial y enamorado, un joven alfa enamorado.
Todo era tan diferente con el rizado, con Jisung no buscaba la aprobación de su hermano Changbin. Solo eran ellos dos. Finalmente abrió sus ojos cuando las risas de Jisung se volvieron pequeños jadeos y abrió sus ojos y ahí estaba, su omega con sus mejillas sonrojadas por correr y sus ojos verdes, brillantes. Minho se sintió perdido y supo que realmente estaba jodido, estaba totalmente e irremediablemente enamorado de su omega.
— ¿Por qué me miras tanto? — Jisung susurro, su voz era baja pero nerviosa y sus mejillas bajo la luz de luna era rosadas. Eran tan bonito bajo los ojos del oji-azul.
— Quiero cortejarte. — Minho se atrevió a decir. Y cuando el rizado no respondió, prosiguió. — Quiero, lo deseo, te mereces que te trate como debía ser desde un principio, como un alfa digno.
— Tú tienes un omega en casa, lo amas. — los ojos del rizado comenzaron a humedecerse y pequeñas lagrimas recorrieron su rostro. — Tienes a Jeongin.
— Lo has dicho. — Minho se acercó al rizado y cubrió sus mejillas con sus manos fuertes. — Si lo amara no hubiera aceptado tomarme como mi esposo, si lo amo a él ¿Por qué no puedo dejar de pensar en ti?'
Jisung sorbió su nariz y miro directamente a los ojos de Minho. — Yo si te quiero Lee Minho, y no soy como Jeongin, no dejare que me hagas a un lado y no me interesa si tus intereses políticos te obligan apartarte de mí. No lo hare, no te lo permitiré.
— Omega, Jisung mi dulce luna. No te dejare, si debo renuncia a mi corona lo hare solamente por ti. — Su mano fue colocada en el vientre del rizado. — Por ti y por nuestra familia.
Los labios de Jisung fueron inmediatamente a los de Minho, su alfa, su dulce amor. Los jóvenes terminaron recostados en el suelo de aquel establo vacío. Las manos del alfa fueron debajo del vestido y sin esperar demasiado buscaron la intimidad de su omega.
A metros de distancia de su castillo real, alfa y omega se entregaron al deseo y el placer de enamorarse por primera vez. Minho reabrió la mordida de su omega.
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Desnudos bajo la luz del amanecer. Jisung recostó su cabeza risada en el pecho de su alfa y Minho dejaba pequeñas caricias sobre el vientre de su omega.
— ¿Cómo lo supiste? — La voz de Jisung interrumpió el silencio. — Tenía mis dudas, pero no estaba seguro.
Minho deja salir un suspiro y solo por un segundo sus caricias se detienen. — Lo sentí, tu olor se ha vuelto más dulce como si de un manjar se tratara y de alguna manera solo quiero tocar tu vientre.
Minho abre sus ojos cuando siente la mirada de su omega sobre él y se acercan para darse un beso.
— Oh- lo siento tanto. — Una voz tímida dice y cuando los dos miran hacia la entrada del establo se percatan de una omega demasiado joven con un estómago redondo, sus mejillas están completamente sonrojadas y su mirada evade los cuerpos desnudos. — Es el rey y la reina. — Con dificultad se intenta colocar en rodillas e inmediatamente Jisung se pone de cuclillas para detenerla.
Solamente logrando que Minho soltara un gruñido al mirar la desnudez de su omega, su omega estando expuesto para cualquier par de ojos.
— No hace falta que lo hagas, podrías darnos unos minutos de privacidad.
La omega avergonzada asiente, con paso apresurados desaparece del establo. — Pueden entrar a casa, le preparare algo de almorzar.
Finalmente, después de unos minutos, Minho y Jisung entran a la pequeña y humilde casa. El estómago de Jisung suelta un gruñido al ver la comida recién servida.
— Es algo muy sencillo mi alteza, pero, en su estado es importante mantenernos bien alimentados. — La omega acaricia su vientre hinchado. Jisung se sienta de manera tímida y cuando Minho está a punto de hacerlo la puerta se abre y ahí aparece un alfa. El joven alfa que se negaba a matar a la reina.
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