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Minho lame la marca del rizado, aliviando el ardor que florece.
— ¿Estas bien, omega? — Minho pregunta, puede ver cómo el cuerpo de Jisung comienza a caer sobre el suyo y de su boquita solo salen gimoteos.
Jisung asiente con dificultad y Minho besa su frente caliente. — Alfa.
— Nos iremos a la habitación, estarás cómodo ahí. — La sola llamada de alfa suena tan débil y dolorosa, es un grito de ayuda.
El alfa toma por la cintura al omega y comienza a guiarlo, inmediatamente un alfa moreno abre la puerta y lo guía al segundo piso donde es la habitación del rey. — Majestad, nadie subirá hasta el amanecer.
Minho asiente sin responder y entra a su habitación, donde pone al rizado sobre la cama. El omega inmediatamente comienza a ronronear al sentir el olor de alfa tan profundo.
Después de quitarse su gabardina de color blanco, se sienta al final de la cama y observa los tobillos descubiertos del rizado, sin pensarlo demasiado comienza acariciar el hueso que sobré del tobillo. — Te deseo tanto omega.
— Yo tambien alfa, lo hago. — Minho escuchó la voz susurrante del omega, — ¿Que necesitas esperar para tomarme?
— Nada, te ves tan necesitado de mi nudo que simplemente seria tan facil subir un poco tu vestido y follarte.
— Majestad. — Jisung suplico y de su entrada sintió un poco de lubricante escurrir, se sentía tan necesitado, simplemente deseaba poder complacer al castaño.
— Hueles, tu olor me recuerda al bosque, eres tan extraño. — Minho dijo, mas para si mismo y cuando sus caninos sobresalieron gruno. — Ponte de pie.
El rizado al estar tan sensible por el apareamiento simplemente no podía negar ninguna indicación y aunque sus piernas temblarán se levantó lentamente de la cama, y cuando estuvo frente al alfa este lo giró de espaldas.
Podía sentir los dedos del rey tamboreando sobre sus hombros y segundos después, su corset siendo soltado seguido de su alfa. Su cuerpo se erizo al sentir su piel siendo solo cubierta por un blusón tan delgado que podía notar sus pezones erectos.
Aun con el vestido enredado en sus pies, Jisung sintió la mano del rey colocarse sobre su vientre, — Te embarazaré, te daré mi nudo y te llenare, lo haré tanto.
Jisung inclinó su cuello y dejo que el alfa lamiera la marca, al pegar su cuerpo sobre el del alfa sintió la erección de este, grande y gloriosa. Sin poder contener más se giró para unir sus bocas.
El beso fue desordenado, apasionado y lujurioso. Minho puso sus palmas sobre los muslos traseros del rizado y lo alzó, las piernas del rizado se enredaron en las caderas del alfa. Fueron minutos, segundos y quizás años lo que duraron besandose. No podían detenerse, alfa y omega entrelazándose.
