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»»———— ᴇʟ ᴀsᴇsɪɴᴀᴛᴏ ————««

✧ 15 años *ೃ

Jaemin estaba sentado en el sofá, con un cuaderno y dos libros a su lado. En el otro sillón, se encontraba Changbin recitando los deberes que tenían que hacer esa tarde.

La mesa de centro estaba cubierta de comida chatarra que seguramente nunca me dejarían comer a mi, o al menos no delante de mi madre, que desde hace unos meses, se le pegó la idea de llevar una vida saludable y natural.

Jaemin sonrió y golpeó a Changbin con su lápiz.

Esta bien, lo estaba espiando. Pero no era mi culpa que después de ese beso hace más de un año, él no haya hablado del tema. Habíamos vuelto a la relación de antes, aquella de los «Buenos días» y aquí no pasó nada.

Y ni siquiera sabía si tenía celos, había fingido estar interesado en otras personas, pero Jaemin me ignoraba y seguía con su vida.

Incluso, tuvo una novia.

Me había costado mucho admitirlo, pero al final, tuve que hacerlo. La verdad estaba frente a mi y yo me vendaba para quedar ciego, me gustaba Jaemin y no podía evitarlo.

Aún lo odiaba, al final de cuentas, era un intruso en mi casa, aunque lo conozca desde que éramos niños, pero por otro lado era inevitable no sentir ese hormigueo en la piel cada vez que él sonreía o cuando su carita se iluminaba mostrando la felicidad que sentía.

No estaba siendo bueno para mi salud mental, me desvelaba pensando en por qué ya no me hablaba. Tampoco lo era para mi sistema nervioso y respiratorio... Mi corazón se aceleraba de una manera increíble cuando estaba cerca de él y a veces me faltaba el aire cuando me decía «Buenos días» por las mañanas.

Algo andaba mal conmigo.

Estúpido amor, que hace que las personas se descontrolen.

¿Hacer que me enamorara de Jaemin? Estúpido, estúpido, estúpido amor.

Y Jaemin volvió a sonreír y dejé de pensar por algunos minutos.

– ¿Espiando a tu amor? –Salté del susto al oír la voz de Yoshi en mi oreja. Y, al estar en las escaleras rodé hasta llegar abajo y provocando un ruido seco al chocar contra el suelo.

– ¿Y eso? –Pude escuchar que preguntó Changbin.

No tuve tiempo para levantarme del suelo antes de que Jaemin y Chanbin llegaran hasta donde yo había caido.

Tirado en el piso, con algunos mechones de pelo en la cara, y Yoshi diez escalones más arriba riéndose. No era buen momento para que Jaemin me viera.

Changbin me ayudó a levantarme y Jaemin se quedó quieto, sin mover un solo dedo.

Esa era la actitud que a veces me molestaba.

Yo no tenía ninguna enfermedad contagiosa ni tampoco iba a morderlo si me tocaba.

– Gracias, Changbin –Le dije cuando hizo a un lado los mechones de pelo de la cara.

– No hay problema, aunque... Me gustaría saber cómo fue que te caíste.

– Porque es torpe y se tropieza con sus propios pies –Dijo Jaemin.

Uuhh, eso dolió.

Un comentario tan frío y tosco. Sin ninguna mirada ni emoción.

Tomó a Changbin del brazo y se lo llevó de regreso al sillón para continuar sus deberes.

– Amargado –Dije en voz alta para que lo alcanzara a escuchar.

Cásate ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora