Tallar calabazas

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No había casa que no estuviera decorada, todas tienen lápidas, esqueletos, brujas y telarañas haciéndolas parecer embrujadas. A Isagi Yoichi le encantaba que sus vecinos fueran tan apegados a la festividad, pero había una cosa que arruinaba el momento...

— ¿Te puedes subir de una puta vez a la verga? —pregunta con el tono más amable uno de sus mejores amigos; Shidou Ryusei. Le habló (gritó) desde su haciendo detrás del volante. Señala el lado del copiloto—. No tengo tu puto tiempo, pinche brote seco, un culo me espera y no lo perderé por tu maldito comportamiento infantil de mierda.

— Sí Isagi, Nagi ya está en la cosecha —se queja Reo asomando su cabeza desde la ventanilla trasera. Le guiña un ojo—. Y está ansioso, ya sabes.

— Igual, Kunigami me está esperando —dice esta vez Chigiri al lado del pelimorado, enfrascado en su celular—. Sabes que odia los retrasos.

Isagi suelta un gran suspiro, ya perdió la cuenta de las veces que les dijo que no quería ir. ¿A que iba? ¡Todos van por alguien menos él, terminará de mosca como siempre! Y lo odia tanto como perder un partido.

— ¿En qué idioma les tengo que hablar para que me entiendan que no quiero ir? —pregunta molesto, ve a cada uno deteniéndose en Shidou—. No es no. Adiós.

Y cierra la puerta del copiloto, sin embargo se vuelve abrir.

— ¡Puta madre Isagi! Te ruego más a ti para salir que a Sae para tener sexo ¿Qué chingados? —exclama desesperado el rubio. Toma una gran respiración tratando de calmarse. Lo señala—. Mira, si no subes, le diré a doña Iyo que estuviste encerrado en la comisaría hace una semana y no en la pijamada en casa de Reo.

— ¿Me estás chantajeando? Porque déjame recordarte que no estuve solo, los cuatro pasamos encerrados por tu brillante idea de asaltar el zoológico y secuestrar una cebra —escupe recordando ese momento. Niega molesto—. ¡Y ya déjame, no iré a tallar una estúpida calabaza con ustedes!

— Bueno, está bien —interfiere Reo, sube la ventanilla, pero antes de que se cierre por completo lo mira entrecerrando los ojos—. Pero ya no habrá Xbox Serie S Carbon Black con eFootball PES, Football Manager, Rocket League, Kinect Sports, FIFA...

El sonido de la puerta cerrándose hace callar a Reo, todos miran a Isagi sentado en el asiento poniéndose el cinturón de seguridad.

— Pensé que no querías ir —dice Chigiri aguantándose la risa—. Ya sabes, estar con nosotros es una molestia.

— Y lo es —asegura Isagi viéndolo por el retrovisor—. Ustedes se la pasan con sus novios y me dejan de lado. Si no fuera por la amabilidad de Reo en pedir las cosas no fuera.

Y todos ríen, conocen la debilidad de Isagi por los videojuegos de deporte y tienen a Reo que cada que sale un juego o consola nueva sus padres se lo compran. Así que siempre tienen la de ganar, aunque Isagi a veces tiene la esperanza en que no usen esa sucia carta.

— Bueno, ya vamos —exclama Shidou reverseando para salir de la casa de Isagi. Enciende el reproductor de música—. Pongamos rituales satánicos para alegrar el ambiente...

Se calla al escuchar Rosa Pastel salir de la bocina y todos se ríen, burlándose de él por verse muy hombre intimidante fuckboy y escuchar Belanova.

— ¡A veces Sae me trata mal! ¡¿Okey?! —grita por arriba de la música, entra a la carretera. Se pone una mano en el pecho dolido—. Es cruel, me ghostea a cada rato y su hermano siempre anda de metido.

— ¿Quién sufrió más? —cuestiona Chigiri escribiendo en su celular—. ¿Shidou o Jesucristo?

— ¡Shidou! —gritan Reo e Isagi.

¿Trick or Bachisagi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora