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AMELIA SE HABÍA levantado lo bastante temprano para ir a surfear; dentro de dos semanas serían las pruebas para poder ir a las nacionales y necesitaba practicar para poder entrar y conseguir un patrocinador.

Al llegar a las playa dejo su bicicleta recostada sobre la arena y se quitó su sudadera donde tenía puesto su traje de surf.

Escucho pasos a lo lejos, no les tomo importancia, pero una voz a sus espaldas la hizo detener toda acción que iba a hacer.

—Hola pequeña Amelia— rodó los ojos al reconocer la voz y el apodo.

Se giro sobre su propio eje y miro a Baxter con reproche.

—¿Cuántas veces te he dicho que no me digas así, pelo rosa?.

Baxter frunció el seño.

—Touche— murmuró.

Amelia asintió y volvió a dar la vuelta dispuesta a ir al mar.

—¿Tan temprano irás a surfear?— el de cabellera rosada se acercó a la semirubia.

Lo miró.

—Las pruebas serán dentro de dos semanas, Bax. Mi madre me obliga a practicar— dejo su tabla sobre la arena.

—Tienes tiempo de practicar Melia, no te presiones mucho. No sería lindo que te dé otro ataque de ansiedad— se acercó a ella.

Tanto como Amelia y Ari Gibson (su amigo y novio de la hermana de Baxter), sufrían de ansiedad y lo que conllevan sus ataques.

Baxter al conocer a Amelia le tocó ver a la semirubia sufriendo de un ataque de ansiedad más de una vez, el tiempo que la llevaba conociendo se dio cuenta de la ansiedad de Amelia.

—No me dara otro ataque— tomo su tabla de nuevo. Volvió a mirar a Baxter— acompáñame, no practicare solo pasemos el rato— le sugirió.

El de ojos azules (con algunos toques verdes), sonrió mostrando los dientes. Regreso por su tabla que anteriormente había dejado en la arena cuando vio a Amelia.

De inmediato regreso con la semirubia.

—Vamos pequeña Amelia— le sonrió con burla.

—Que no me digas…— se interrumpió a si misma cuando el ojiazul salió corriendo entrando al mar junto con su tabla de surf. Ella hizo lo mismo.

Ambos chicos surfeaban o algunas veces jugaban en el agua. Para Amelia era bueno convivir con gente algo nueva en Shorehaven, al ser un isla pequeña conocía a bastante gente.

El año pasado una chica de Estados Unidos fue enviada a la pequeña isla; Summer Torres quien se convirtió en la mejor amiga de Amelia, cuando la morocha se fue de nuevo a Nueva York, Amelia tuvo que aprender a sobrevivir sin ella.

Claro que tenía a Poppy, Bodhi, Marlon y Ari, quienes conocía desde hace mucho tiempo, pero el vínculo que hizo con Summer fue inexplicable tanto que cuando se fue, Amelia sintió un hueco vacío en ella. Mantenía el contacto con la Neoyorquina pero aún así la extrañaba y demasiado.

Cuando Ari se convirtió en novio de Wren, le dio la oportunidad de conocer a Baxter quien tenía una actitud casi igual a la de Summer, claro que no se juntaba con el chico solo porque le recordara a su mejor amiga, sino que aquel ojiazul de cabellera rosada le causaba curiosidad y de alguna forma le atraía.

Hasta que Baxter conoció la vida de Amelia por completo; sabía lo que la semirubia sufría, sabía lo que su familia le hacía hacer y sobre todo sabía de su ansiedad cuando su propia familia no lo sabía. Baxter se convirtió en un soporte para Amelia y quería ver hasta donde llegaba.

Baxter apoyaba a Amelia incondicionalmente.

—Gracias por acompañarme, Bax— le dio un empujón amistoso en el hombro al ojiazul.

—No agradezcas Melia, yo encantado— con su brazo izquierdo rodeo los hombros de la ojiverde, atrayendo la hacia el.

Amelia sonrió bajando la mirada.

RATO DESPUES Amelia había llegado a casa. Sabía el sermón que la esperaría al cruzar la puerta.

Suspiro antes de entrar, tomo el pomo de la puerta y lo giro.

—¿En dónde estabas?— pregunto su madre.

—En la playa— respondió dejando su bicicleta a lado de la puerta.

—Me imagino que estabas practicando para las pruebas— su madre la miro con total seriedad.

Claro que no práctico; pero ella no lo sabría, así que diría que sí.

—Claro— contesto dirigiéndose a su habitación.

—Amelia, más te vale que de verdad hayas practicado, porque si no llegas a entrar al equipo te enviaré a un maldito internado— amenazó la mujer castaña.

Amelia detuvo su caminata en seco, mientras su respiración se entrecortaba.

Ya había estado en un internado antes, y no la había pasado de maravilla. Por obvias razones no quería volver.

Miro sobre su hombro a su madre, y se fue a su habitación sin decir nada.

Se encerró en su habitación.

A su celular fue enviada una notificación.

Bax Bax<3

Hey, pequeña Amelia.
¿Llegaste bien a casa?.
7:50 am.

Hola, pelo rosa.
Si, llegué bien a casa, ¿Tu?
7:50 am ✓✓


Claro Melia.
¿Todo bien?.
7:51 am.

Amelia apagó su teléfono al ver esa pregunta.

Suspiro y miro la puerta de su habitación. Esta mañana al estar con Baxter, estaba bien, tenía buen humor. Claro, su madre tuvo que arruinarlo.

Si Bax Bax, todo bien.
7:53 am. ✓✓

Esta bien Melia.
Te veo al rato.
7:53 am.

Con este último mensaje, Amelia dio por terminada la conversación, más tarde se verían con los demás en la playa, está vez si debía practicar.

Necesitaba hablar con Summer.








































reflections.

reflections-𝐛𝐚𝐱𝐭𝐞𝐫 𝐫𝐚𝐝𝐢𝐜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora