III

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Después de una semana en la que tanto el sol como la luna habían sido testigos de las constantes conversaciones de ambos, Taylor se sentía un poco mas relajada respecto a el y sus intenciones. Aunque 7 días era un lapso demasiado corto de tiempo para sacar conclusiones precipitadas, la idea de conocer mas al jugador ya no era algo tan malo en su mente. Se divertía demasiado con cada ocurrencia que el rubio tenia en cada mensaje, no había día que no se despertara sin alguno de ellos y tampoco noches en las que no se durmiera conversando con él. Y a pesar de que el temor que le causaron fantasmas del pasado todavía hacían dudar a su corazón, no quería rendirse sin dar pelea.

Mientras tomaba un ligero desayuno, Taylor se dispuso a organizar todos los pendientes que tenía para ese día y los siguientes, debido al tour sus semanas se habían vuelto demasiado productivas si las comparaba con los últimos años en los cuales la pandemia la tuvo un poco cautiva de la comodidad de su casa. Había olvidado lo emocionante que era estar de gira, pero también descubrió lo agotador que podía llegar a ser, aunque eso era lo ultimo que le importaba, era tan feliz cada vez que veía a todas esas personas compartiendo un lindo momento junto a ella y su arte que no dejaba que nada nublara aquella alegría, ni siquiera el cansancio.

Se levanto a dejar su taza de café en el lavaplatos cuando su estómago por fin había quedado saciado, tenia que apresurarse si deseaba poder cumplir con todo lo que la esperaba aquel día, asique se dirigió rápidamente a su habitación para buscar algo cómodo para la ocasión. El día estaba radiante, con un inmenso sol dorado iluminando cada espacio de la ciudad, llenando de calidez con sus rayos cualquier superficie que tocara, por lo que la rubia escogió un lindo vestido azul con flores como su mejor opción.

Se miro una vez mas al espejo y le agradaba realmente lo que veía, después de tantos años de odiar su reflejo por fin su relación con el comenzaba a mejorar. Hizo una pequeña trenza en su liso cabello antes de correr hacia la otra habitación en busca de su celular quien no paraba de sonar.

—Hola?

—Buenos días —dijo una voz ronca del otro lado de la línea —¿Cómo amaneció mi ganadora de 12 grammys?

—Muy bien de hecho —respondió con una inmensa sonrisa —¿Qué me dices tu?

—Que me hace muy feliz escucharlo, yo también estoy bien.

—Es mutuo el sentimiento Trav, ¿A qué se debe tu llamada vespertina?

—Oh si, estaré en NY esta noche y había pensado que podríamos cenar si no estas ocupada.

Al oír aquello Taylor se tomo unos segundos para intentar recordar si tenia planes para esa noche o no, es decir recién había vuelto a revisar su agenda no pudo haberlo olvidado tan rápido. "al diablo con esa agenda" pensó.

—Me encantaría, pero ¿recuerdas mi pequeña condición?

—Por supuesto preciosa, y planee todo en base a eso, tengo que admitir que tuve un poco de ayuda asique tengo fe de que te gustara —El sonaba muy seguro de si mismo, algo que parecía encender algo en la rubia era lo atento que era con ella, asique no lo dudo ni un minuto. —Ponte mas hermosa de lo que ya eres, si es que eso es posible y te pasare a buscar a las 9.

—Y creo que no es posible que seas tan dulce, aquí estaré esperando.

—Nos veremos en unas horas.

—Adiós Kelce.

Colgó la llamada sintiendo como su corazón late ferozmente dentro de su cuerpo, no entendía como aquel hombre era capaz de mover cielo y tierra con tal de verla, ¿Qué había hecho ella para merecer a alguien asi? Pero se sentía emocionada, y sin importarle como las cosas se dieran solo iba a limitarse a disfrutar de su compañía y tal vez mañana dejaría que sus neuronas agotaran toda su energía imaginando posibles escenarios, pero no esta noche.

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