Finalmente, todos se reunieron a las afueras de la iglesia.
Esperaron en silencio por una explicación, ya que se veían unos a otros como desconocidos...
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— ¿Habrá sido una mala broma?
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— ¡MIRA, KORO, ESTÁS TODOS AQUÍ!
— ¡Qué ternuritas! ¡Bienvenidos, competidores!
¿Eh? ¿De dónde vienen esas voces?
— ¡Heeey, aquí abajo!
Finalmente, ante todos ellos, se aparecieron dos pequeños peluches.
Los muñecos adorables de gato y perro movieron sus patas en forma de saludo.