III- Uncovered wounds

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Capítulo tres: heridas descubiertas


WE'LL NEVER GET FREE
LAMB TO THE SLAUGHTER

James y Remus bajo la capa de invisibilidad apresuraron su paso hasta la torre de astronomía

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James y Remus bajo la capa de invisibilidad apresuraron su paso hasta la torre de astronomía. Una vez allí, James arrastró a Remus hasta un rincón, donde se veía a Adhara sentada en el barandal de la torre mirando en dirección al lago negro, y a Regulus Black a su lado.

Regulus tenía la cabeza apoyada en el hombro de Adhara, y ella su cabeza descansando en la de Regulus. Él sostenía la mano derecha de Adhara mientras acariciaba su palma.

Adhara gruñó con algo de dolor cuando él paso su pulgar sobre sus heridas. El chico Black la miró de forma seria y se alejó ligeramente de ella.

—Eve... muéstrame la espalda.-Dijo el chico con tono demandante.–

La chica suspiró frustrada y se dio la vuelta para volver la suelo. Ella le dio la espalda a Regulus y quitó su túnica, luego su corbata y por último su camisa.

Remus jadeó sorprendido mientras su estómago se retorcía al ver a su amiga, sentía que podría vomitar en cualquier momento.

La pálida espalda de la chica estaba llena de heridas recientes, su espalda ya no era de un color humano; estaba roja y morada. Había cortes, hematomas e incluso alguna quemadura.

James por otro lado la miró con el ceño fruncido y mordió su lengua para no salir en ese mismo momento, él había visto heridas parecidas antes, nunca tantas, pero si algunas. Sirius también tenía algunas en su espalda y si sumabas uno más uno te darías cuenta que están hechas de la misma forma.

James apretó sus puños y su ceño se frunció más.

Regulus suspiró con cansancio, como si ya estuviera acostumbrado a verla así de herida.

—Esta vez se ha pasado...–El chico agarró su varita y paseó la punta de la varita por la espalda de la  chica.-

Las marcas y cortes empezaron a cicatrizar, evidentemente no desaparecieron pero ahora eran menos notables. Regulus suspiró y apoyó una mano en el hombro de su amiga.

—Deberías alejarte de ahí, hacer lo mismo que hizo mi hermano...si sigues ahí acabarán matándote.–Regulus la miró con una preocupación genuina en los ojos.–

La chica giró su cabeza para mirar a su amigo y apretó los labios. Adhara sabía que Regulus tenía razón, mas no quería hacerlo. Le daba miedo irse y que ahora sus hermanos fueran lo que pasarán por eso.

Sus hermanos ya eran grandes, ahora tenían quince y catorce años, pero para Adhara ellos seguían siendo sus pequeñines que lloraban cuando oían relámpagos.

¹𝐀𝐬𝐭𝐮𝐭𝐞 {𝑆𝑖𝑟𝑖𝑢𝑠 𝐵𝑙𝑎𝑐𝑘}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora