Cajón de recuerdos ( Hualian AU)

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          —¡Majestad! ¿Qué debería hacer? ¡Esa cosa se mueve y hasta chilla! ¡ya no lo puedo aguantar más! ¡Siento que voy a morir! ... Majestad ... ¡majestad! ¡ESTA HABLANDO MAJESTAD!

          —...

     Las personas empezaron a gritar desesperadas y a correr desenfrenados de un lado a otro angustiados por la enfermedad que estaban padeciendo y lo que el muchacho anterior había gritado, el príncipe se contagió del estrés y la angustia, su cabeza daba vueltas y la espada en su mano temblaba incontrolable, los gritos de la persona frente a el lo hicieron retroceder asustado pero después se dio cuenta de que no eran los gritos de las personas, sino los de los rostros en sus pieles que se combinaban con los de los pobladores temerosos. El sonido de una cuchilla afilada cortando la piel dejó en silencio el lugar y la sangre en el rostro de Xie Lian chorreaba bajando por sus mejillas y manchando su tela fina de ese tono carmesí.

     Xie Lian retrocedió asustado y al soltar su espada, soltó un grito.

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     Luego de esa pesadilla, Xie Lian abrió los ojos de golpe y se levantó de la cama asustado y agitado, su corazón palpitaba como si hubiera corrido por horas y sudaba desenfrenado con el cuerpo temblando de frío a pesar de tener una sábana sobre su cuerpo, Hua Cheng y Jun Wu se acercaron a el príncipe heredero para auxiliarlo, el rey demonio le preparó un té y el emperador acomodaba las almohadas para que su hijo se sintiera más cómodo.

           —¿Cómo estás hijo mío? 

           —¿Cómo estas Gege?— hablaron al unísono.

           —¿te sientes bien?

            —¿Cómo te sientes?

     Xie Lian se sintió abrumado, se movió un poco intranquilo con la cara arrugada, Hua Cheng notó sus gestos y tomó sus manos con suavidad.

           —Gege, ¿pasó algo?¿por qué sus manos están frías?

           —¿Estás enfermo hijo?

           —Yo ... estoy bien, solo tuve una pesadilla.

           —Aww, ¿enserio mi niño?— Jun Wu acarició su cabeza con suavidad y sonriéndole amable.

           —Sí ... —miró el techo con la mirada agotada— ... le corté la pierna a alguien de la desesperación, lo peor es que tenía una extraña enfermedad, rostros humanos impregnados en la piel, la forma como sonreían y lloraban ... me dio mucho miedo ...

     La habitación quedó en silencio un poco incómodo, Xie Lian se dio cuenta de esto y miró a su padre y su esposo, y entre ellos había una mirada cómplice y sus rostros palidecieron como si hubieran visto un fantasma o algo muy traumático.

          —¿Qué sucede?¿Saben algo sobre eso?—Xie Lian los miró curioso, Hua Cheng carraspeó y luego lo miró un poco serio.

          —Pues ... esa enfermedad ya tiene varios años que desapareció, en extrañas condiciones, de hecho. —Hua Cheng respondió con calma, Jun Wu se tensionó pero siguió manteniendo su compostura.