IV

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Narrator's POV

A escasos pasos de llegar a la puerta de la casa de Colette, un sentimiento de inseguridad invadió su cuerpo. La sensación de intranquilidad con la que tuvo que vivir varios meses al no tener casa volvió a salir a flote. Y buscó la mínima excusa para no quedarse sola en casa.

—¿Quieres entrar y ver una película?—Soltó ella mientras se giraba a mirarle. 

—Por mi sí, pero ya es tarde. ¿No querías irte a dormir?

—Ya se me ha pasado, así también podemos esperar a que llegue mi madre junto a tu hermana.— Dijo ella intentándolo convencer. 

—Si tanto insistes, no seré yo quien diga que no.— Soltó Carl al tener una ligera sospecha de que no quería quedarse sola.

Los dos adolescentes entraron a casa de la pelinegra y se posaron en el sofá que había en el salón. 

—¿Quieres ver algo en específico?—Dijo ella, rezando internamente que el dijera que no, para que ella pudiera poner su película favorita. 

—En concreto ninguna, pero, si puede ser, una de miedo.

—¡NO!—Soltó rápidamente ella sin darse cuenta. Para más tarde avergonzarse de si misma por haber sonado desesperada. 

—¿Por qué no? ¿Acaso tienes miedo, plátano andante? No sabía que eras una cobarde.—Soltó el, mofándose de su desesperación y recordando su pijama.

—¿Yo cobarde? No te lo crees ni tu chaval. Pon la que dé más miedo, total, a mi me da igual—Dijo ella, mientras maldecía internamente, ya que, claramente, odiaba las películas de miedo. 

Los labios de Carl se alzaron ligeramente hacia arriba, creando así una ligera sonrisa, que no pasó desapercibida por Colette. Él, le arrebató de las manos el mando de la televisión, buscando su película de miedo favorita, It, ya que, se sentía ligeramente mal por ella , y no la quería traumar con una película más fuerte. 

La pareja, empezó a mirar la película, hasta que, la barriga de Colette, hizo ruido, indicando que tenía hambre. Colette, diculpándose muerta de vergüenza, le preguntó a Carl si quería pedir pizza, quien, obviamente, le contestó que si. 

—Voy a por mi móvil arriba, no hace falta que pares la peli, bajo rápido.

Colette fue casi tan rápida como flash, ya que, por obvias razones, creía que el payaso la estaba persiguiendo para matarla, así que, cuando obtuvo el móvil, bajó corriendo las escaleras, ocasionando que, en las últimas escaleras, se le enredaran los pies, haciéndola caer y creando un estruendo. 

Carl, rápidamente giró la cabeza, encontrándose a Colette tirada en el suelo.

—Estoy bien.—Dijo ella, al encontrarse con el niño a su lado. 

Él, al cercionar que ella estaba bien, empezó a soltar fuertes carcajadas, las cuales, más tarde, fueron acompañadas por las de ella. Justo en el ese momento, la puerta principal de la casa se abrió, dejando ver a Fiona, la hermana de Carl y a Chloé, la progenitora de Colette. Ambas con una expresión de confusión al ver a los dos niños riéndose juntos. 

—Colette, hija, ¿qué ha pasado?—Preguntó la mayor. 

—Nada, mamá, solo me he caído por las escaleras. Por cierto, este es Carl, es hermano de Fiona. Creo.—Dijo ella, para después levantarse, dándose cuenta de que su tobillo le dolía, aunque no le hizo mucho caso, seguro que había sido una mal movimiento y que a la mañana siguiente no le dolería.  

Su madre, al entenderlo, invitó a Fiona a pasar a la cocina, donde iban a tomarse una cerveza y a hablar un poco, dejando, de nuevo, a los dos adolescentes solos. 

Ambos volvieron al sofá, olvidándose de la pizza, y siguieron viendo la película. Pasaron así unos minutos, hasta que, Colette pegó un chillido fuerte después de asustarse con la película, haciendo que la pareja de mujeres fueran hacia el salón rápidamente. 

—Colette, ¿estás bien?—Preguntó su madre, al llegar, visiblemente preocupada. 

—Sí, mamá, esque estamos viendo una película de miedo y me he asustado— Dijo, Colette, rezando para que su madre no desvelara su secreto. 

—Como que de miedo, hija, si les tienes fóbia y no puedes dormir por las noches— Dijo su madre, haciendo que, a Colette, le cambiara la cara al ver que habia desvelado su secreto. Chloé, al darse cuenta de éso, maldijo internamente por haberla avergonzado delante de, ¿su amigo?

Carl, al escucharlo, miró a Colette, quien estaba roja de la vergüenza, sacándole así una sonrisa. 

—¿Por qué no habías dicho que te daban miedo?, podría haber puesto alguna otra cosa.

—No importa, da igual. Oye, ¿no tenías hambre?, vamos a pedir— Soltó ella, intentando cambiar de tema. 

Los dos adolescentes se acercaron a  la cocina a preguntarle a sus familiares si querian una pizza, a lo que ella les dijeron que sí, y les ayudaron a pedir. Más tarde, cenaron todos juntos, empezándose a conocer más entre ellos. 

Después de una noche llena de risas, los dos Gallaghers salieron en dirección a su casa, donde después de despedirse, los dos se fueron a sus respectivas habitaciones a dormir. 

Por otro lado, en la casa de las Ellison, Chloé le pidió disculpas a Colette por haberla "avergonzado" delante de Carl, a lo que su hija le contestó que no pasaba nada. Haciendo que ambas separaran sus caminos para ir a sus habitaciones. 

Pero, había una cosa que seguía presente, y no se iba. EL DOLOR DE TOBILLO. 


Author's note

eeeeeeh, hola otra vez mejos. espero que os guste el capítulo, perdón por no haber actualizado, pero realmente no sabía que escribir. 

ANYWAAAAAAAAAAYS, espero que os haya gustado. 

XOXO, 25/04/24


Promesas Vacías (Carl Gallagher)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora