Nunew palideció. Sentía una mezcla de consternación e incredulidad que se iba transformando en una creciente sensación de miedo.
—¿Crees que me ha resultado fácil rogar a Pruk Panich? —dijo él, furioso y a la defensiva.
Las palabras de Net tuvieron el efecto de un martillazo y, por breves instantes, el joven vaciló entre la furia y la desesperación.
Pruk Panich. La mención de aquel nombre bastaba para producirle escalofríos. Un hombre malo convertido en un hombre bueno: un empresario multimillonario que tenía casas en varias de las ciudades más importantes del mundo. Era su ex esposo y la última persona que lo ayudaría a el o a su hermano.
—¿Por qué lo has hecho?
—No tenía elección —la expresión de Net revelaba un tormento que hizo que se le encogiera dolorosamente el estómago.
¡Dios mío! La última vez que Nunew había visto a su ex marido había sido en el funeral de su padre. Una ocasión muy dolorosa, a la que acudieron pocos que lo sintieran de verdad, algunos curiosos…, y el habia estado tan aturdido por la pena que había actuado de forma mecánica. Desde entonces no habia estado en contacto con Pruk, ni quería estarlo.
—¡Maldita sea, Siraphop! ¿Cómo has podido hacerlo?
Él no respondió. Tampoco era necesario que lo hiciera. No había tiempo de seguir discutiendo ni haciéndose reproches. Fallaban nueve minutos para que saliera su tren hacia la ciudad. Si no subía en él, llegaría tarde. Nunew agarró su chaqueta, se puso la correa del bolso en el hombro y se volvió hacia él.
—Ya seguiremos hablando.
—Es el numero de Pruk —le dijo mientras le daba un papel—. Llama a mediodía.
Antes, las ranas tendrian pelo.
—Por favor —lo miró con desesperación mientras el se guardaba el papel en el bolsillo.
—Pides demasiado —mucho más de lo que el podía dar.
Salió de la habitación sin pronunciar palabra. Vivían en un edificio sin ascensor de un barrio de las afueras poco recomendable. Las casas se alineaban a lo largo de la calle; todas mostraban diversos grados de decadencia y abandono, algo muy distinto de su antigua vida.
Cinco años antes, la familia Perdpiriyawong habia sido una de las más ricas y famosas de Sidney. A los veintidós años, Nunew se habla graduado en gestión empresarial y ganaba un buen sueldo en un puesto simbólico de la «empresa». Como joven de clase alta, acudía a todas las fiestas de la ciudad, gastaba sumas escandalosas en ropa, viajaba e iba del brazo de un hombre distinto cada semana. Hasta que apareció Pruk Panich
De treinta y tantos años, sofisticado, en ascenso en el sector financiero de la ciudad y con un pasado que apuntaba a una relación con los bajos fondos de Nueva York. Representaba todo lo que los padres de Nunew no querían para su hijo, lo cual era un motivo añadido para que el, en un año de rebeldía, lo pusiera en su punto de mira.
Lo excitaba, al igual que lo hacía la sensación de lo prohibido. Conseguirlo se transformó en un juego. Resistirse a él implicaba una enorme autorrepresión de la que fue capaz hasta que, en un arrebato de locura, aceptó su propuesta de ir a Hawai y casarse. Tres días después, el matrimonio había terminado, gracias al ultimátum de su padre Charlie Perdpiriyawong, y a la muerte de su madre, Rhia Un ataque cardiaco le quitó la vida, trágica pérdida de la que Charlie culpaba a su hijo, al referirse, en público y en privado, a aquel matrimonio como la «locura de Nunew».
La opinión de su padre fue, para el, como un cuchillo que le atravesara el corazón. Lo atormentaba la culpa al pensar que su matrimonio pudiera haber contribuido a la muerte de su madre. Como confidente y amiga, su madre siempre lo había apoyado y, con frecuencia, había servido de parachoques entre dos personalidades opuestas: la arrogancia de Charlie y la rebeldía de su hijo.
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Sin elección || ZeeNunew
FanfictionTres años atrás, obligado por el ultimátum que le había dado su padre para que abandonara a Pruk Panich, Nunew se había quitado la alianza de boda sólo setenta y dos horas después de casarse... Ahora otras circunstancias igualmente desesperadas obli...