Ya han pasado dos días desde lo ocurrido en la escuela y pese a que Sayako a intentado llamar a su novia para hablar por teléfono la albina no le atendió ni una sola vez.
O quien le contesto fue Rangiku usando excusas tontas para cubrir a su amiga.
-Lo siento, ella se está bañando- el Haruno rodó los ojos.
-Esta bien, lamento molestar- murmuro desanimado.
-Ya sabes que para mí no es una molestia hablar contigo- contesto la fémina con cierta burla desde el otro lado de la línea.
-Dile a Shiro que luego la llamó-
-Va a estar ocupada todo el fin de semana, por qué no la llamas el Lunes. O bueno pueden verse cuando vaya a clases- el corazón del pelirrosa se estrujó un poco al escuchar eso. Si Rangiku está diciéndole esas cosas solo significa que su pareja está por salir de parranda todos esos días para ponerle los cuernos. Una vez más.
-Oh, bien. Eso haré- susurro sin ganas antes de cortar la llamada.
¿Por qué Shiro se empeña en lastimarlo de esa manera?.
¿Por qué no lo deja y ya?.
La respuesta es muy simple... Todo es por el dinero, ella solo quiere una vida acomodada junto a él.
Sin poder evitarlo sacó del cajón de su mesita de noche un pañuelo oscuro doblado el cual desdobló con lentitud dejando ver unas hojitas de afeitar.
Me imaginé en el suelo, muerto, y nadie lloraba
Paseo por una calle solitaria
Todo está oscuro y llueve
Las farolas me observanY el paso del tiempo me duele
El filo de mi cuchilla me aprieta, es ella
Llegaré al final de la forma más fácil
La vida no es bella (¿Por qué?)Las gotas de sangre comenzaron a caer apenas deslizó el metal sobre su piel, su ya lastimada piel. Lleva tanto tiempo haciendo eso que las marcas apenas logran sanar, tiene los brazos completamente cortados casi hasta los hombros pero nadie lo a notado por qué no le prestan la suficiente atención.
.
.
.El de ojos jades decidió ir a la casa de sus antiguos mejores amigos, Karin Uzumaki y Naruto Uzumaki. Dos personas que en algún momento fueron importantes para él y que ahora ya no le hablan. Otro golpe más para su frágil corazón, uno que está al límite.
-¡Hola, cariño!- Kushina abrió la puerta y no pudo evitar sonreír al ver al muchacho de cabellos rosas ahi. -¿Cómo haz estado?-
«Mal»
-Muy bien señora, me alegra verla- contesto con una tímida sonrisa, la mayor se abalanzó sobre él para abrazarlo con fuerza, por instinto el Haruno intento alejarse y se puso algo tenso al sentir el cuerpo de la Uzumaki tan cerca del suyo.
-¿Quieres pasar?- pregunto amable, ese chico es casi como un hijo para ella. Aunque llevase más de ocho meses sin verlo.
-En realidad venía a ver a Karin y Naruto un momento- la de ojos azules le regaló una hermosa sonrisa antes de intentar tomarle la mano, se sorprendió un poco cuando el Haruno se apartó con rapidez. Eso nunca a había pasado, él siempre había sido un muchacho muy afectuoso y dulce desde niño le gustaban los abrazos y los apapachos.
—Estan en casa de Sasuke-chan, si gustas puedo llevarte. Estaba por ir a llevarle unas cajas con muestras de tela a Mikoto, ya sabes que ella está redecorando el lugar-
-Si, por favor- después de cargar un par de cajas y objetos en la camioneta de la pelirroja ambos se montaron y comenzaron a andar, disfrutando de una charla.
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Cayendo Al Abismo
FanfictionA veces las personas que más sonríen son las que más sufren. Por temor al rechazo o la humillación deciden ocultar sus miedos y tristezas. Hasta que llegan a un punto en el que su corazón ya no lo soporta ni un segundo más. Todos tienen un límite...