Lo saque de Wiki crepypasta ;D espero que les guste
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La noche de la cena había llegado y Tomas trató de contactar una niñera, sin resultado. Tras varios intentos, trató de comunicarse con uno de sus familiares más cercanos; por desgracia no había disponibilidad por su parte. Aquella noche irradiaba aires ominosos.
Katerina convenció a Tomas para solicitarle a su vecina aledaña el cuidado de sus hijas. Tomas accedió y ambos se dirigieron a su casa.
Katerina propició algunos golpes breves a la puerta, pero nadie contestó. Sin previo aviso, un hombre de aspecto angelical y de extrema belleza los atendió.
-Buenas noches-saludó.
-Buenas noches-respondió Tomas, receloso.
-¿Qué desean?
-¿Está Sheila en casa?
-No. Ella salió urgentemente al hospital. Su madre ha enfermado.
-Cuánto lo siento-se condolió Tomas.
-No hay problema. Yo soy su esposo.
Katerina, estupefacta, contemplaba a aquel hombre, admirada de su increíble belleza.
-No te molestamos más-dijo Tomas.
-No hay problema... Espera... ¿Acaso necesitaban algo? Quizá les sea útil.
-No lo creo. Gracias de todos modos.
-Lo digo de corazón.
-Puede ser... Nos ausentaremos esta noche y no queremos dejar solas a nuestras pequeñas hijas, sino que alguien vele por ellas.
-Comprendo. Hay muchos dementes sueltos por ahí.
-Nos entendemos perfectamente.
-Puedo asumir tal responsabilidad. Además, Sheila volverá pronto.
-No, gracias, pero no. ¿Algún problema?
-Por supuesto que no, eso ni pensarlo-dijo con encantadora voz.
Tomas no era de confiarle a nadie, pero aquel hombre emanaba tanta superioridad y confianza, como un ángel.
-Está bien. Te traeremos a nuestras pequeñas.
Katerina susurraba. Parecía hipnotizada por la belleza de aquel hombre.
Dicho y hecho. Cuando ya tenían a sus dos pequeñas en la puerta del amable vecino, el hombre intervino:
-¿Quieren que las cuide en su hogar?
-Sería genial-le dijo Katerina.
Tomas asintió gustoso. Era mucho mejor que cuidasen a sus pequeñas en su hogar, dado que a la vez cuidaría las cosas materiales de la pareja.
-¿Y tu casa?- le preguntó Tomas.
-Sheila llegará en breve, por lo que miraré fuera de rato en rato.
-¡Genial!
La reunión había sido un éxito; la noche llegaba a su fin. Tomas pidió permiso para ir al baño y llamó a su vecina. Lo más seguro era que la encontraría si creía en las palabras de su marido. Una vez que entró la línea, la saludó e intentó hablar con ella. Se escuchaba música fuerte como procedente de una fiesta.
-Sheila.
-¿Sí?
-Soy Tomas, tu vecino.
-No te oigo muy bien. Discúlpame. Saldré afuera.
"¿Afuera? ¿Acaso no se encontraba en casa, por lo menos en el hospital?
-Puedo oírte mejor. Quién eres, ¿me decías?
-Soy Tomas.
-¿Tomas?... ¿Y a estas horas? ¿Qué sucede?
-¿Cómo están las chicas?
-Todas muy borrachas.
Se oyó una risa después de aquellas palabras.
-¿Cómo? ¿Le diste alcohol a mis hijas?-vociferó alarmado.
-¿De qué me estás hablando?
-¡Mis hijas! Se supone que ya estás con ellas.
-¿Has enloquecido? Esta es una una fiesta, lejos de la ciudad.
-Pero cómo... Tu marido me aseguró que habías ido al hospital y que volverías pronto.
Sheila se quedó callada. Comenzó a sollozar,
-¿Marido?
-¡Sí!
-Yo... Tomas... No tengo marido.
-¿Qué?-exclamó Tomas-. Si fuimos a tu casa... Él nos atendió un hombre. Dijo ser tu esposo.
Sheila lanzó un horrible grito y lloró desesperada.
-¡Tomas! Llama rápido a la policía.
-¿Por qué? ¿Por qué? ¿Sheila?
-¡Porque yo no tengo marido!
Cuando la policía entró en la casa del matrimonio, ya era demasiado tarde: dos niñas descuartizadas tras ser salvajemente violadas por un asesino perseguido que hacía de niñero para aprovecharse de las menores de edad y robar las casas. Su apariencia de ángel engañaba a más de un ingenuo y Tomas y Katerina habían caído en sus manos como tantos otros.