capitulo 3

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Al salir de mi hogar pude distinguir a mi mejor amiga esperándome en un hermoso vestido azul que se ajustaba perfectamente a su increíble figura la parte de su pecho esta cubierta para que toda la parte de su espalda descubierta llamara la atención, su cabello se encontraba recogido en un moño alto y el vestido le llega más arriba de las rodillas, sin duda un vestido muy hermoso que ayudaba a resaltar cada atributo que ella posee. Cuando me acerque a ella, se encontraba recostada sobre su auto me recibió con una gran sonrisa de orgullo al verme vestida con un hermoso diseño comprado en una tienda que yo, ni en sueños me permitiría comprar. Pero tenia que darle todos los créditos al diseñador, el vestido es fabuloso.

El vestido se caracteriza por su deslumbrante tono rojo, lleva como tiras cadenas de plata y un escote no tan llamativo pero que tampoco pasaba desapercibido, el vestido me llega unos centímetros más abajo de las rodillas, pero para que no pierda su toque sexy lleva una abertura en  mi pierna derecha. El vestido hizo toda la magia ayudándome a resaltar mis facciones físicas como mis ojos esmeraldas, me fascina como logra acentuarse perfectamente a mi  cintura, aún cuando no soy de las personas que se da halagos todos los días, he de admitir que me veo hermosa. Y mi cabello rojizos es el complemento perfecto para este atuendo.

—Madre mía ¿Quién eres ? — espeta mi amiga una vez estoy junto a ella—Estás hermosa Joha, y no lo digo porque seas mi amiga sino porque realmente estás hermosa —dice con una sonrisa que correspondo al instante.

—Gracias, supongo —digo no muy convencida por el halago.

—Pues di lo que quieras, pero yo me encargaré de que no salgas de esa fiesta sin haber conquistado unos cuánto corazones. Andando que tengo que presumir a mi amiga.

Una vez termina sus halagos, ella fingiendo ser un caballero me abre la puerta del copiloto para entrar a su auto. Entre risas le agradezco su muy sospechosa amabilidad.

Y claro todo cobro sentido cuando en lugar de detenerse en una casa — donde imagine seria la dichosa fiesta— se detuvo en un night club, ella bajo del auto con una sonrisa que mostraba su entusiasmos por la situación. Mientras que yo, simplemente me encontraba sorprendida por el lugar, se podía oír claramente la música, y ver perfectamente las personas que salían y entraban.

  —Alisa— la llame una vez salí del auto, para poder llamar su atención— no creo que...— intente decir pero ella me interrumpió. 

— Vale, se que no esperabas un lugar como este, pero te vas a divertir por favor Joanna, ya estamos aquí no podemos irnos, si.  

Solté un suspiro de resignación, a la vez que asentía con la cabeza —Esta bien, pero nos iremos en cuanto te vea excederte con los tragos ¿De acuerdo?.

Alisa asintió varias veces con la cabeza, a la vez que saludaba a unos chicos que pasaban por nuestro lado y nos quedaron mirando más de la cuenta.

Me sentí un poco incomoda y intimidada con ese gesto. Alisa lo noto y en ese instante me tomo del brazo para acercarse más a mi y poder susurrarme algo al oído.

—Joha, te vez hermosa, que no te intimiden, ¿Sabes porque las pinturas no se tocan y solo se admiran?. Simplemente porque es imposible, nadie puede tocar una obra de arte, no tienen más opción que admirarlas, no tienen más opción que deleitar su vista con aquella pieza. Eso son esos chicos, son meros aficionados admirando la gran pieza de arte que tienen al frente, y que yo, tengo como amiga.

¿Qué si eso me hizo sentir mejor y más segura de mi? claro que si. Alisa siempre encontraba la forma de hacerme sentir mejor conmigo misma, puede sonar exagerado, pero cuando te sientes  insegura con cada parte de tu cuerpo, los halagos y cumplidos se vuelven importantes para ti.

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⏰ Última actualización: Mar 31 ⏰

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