Toda gran historia tiene un gran comienzo o algo un poco cliché, bueno la mía no tiene nada de eso o por lo menos desde mi punto de vista no, esto comienza con el primer día en mi trabajo, pero antes de llegar a eso vamos un poco más atrás.
Hace un año
—Lusianny vámonos, llegaras tarde el primer día de clases — grita mi mamá desde las escaleras.
—Voy mamá.
Paso mi mano por el uniforme muy bien planchado y acomodo el cuello, hace unos meses salí del bachillerato, como no tenemos dinero para pagar la universidad tenemos que esperar que el gobierno de becas, así que mientras espero comencé un curso por dos años de asistente administrativo un año de teoría y un año de pasantías. Nunca me ha gustado la administración pero estar encerrada en mi casa sin hacer nada me gusta menos.
Tomo mi bolso y bajo las escaleras a todo prisa.
—Hola papi, bendición — le plantó un beso en el cachete seguido de un abrazo.
—Dios te bendiga — Lo responde sin mucho ánimo y sólo me da una palmada en la espalda.
Ya me acostumbré a su actitud así que no me afecta lo que haga.
—Bendición mami — le doy un abrazo y un beso.
—Dios te bendiga mi amor — me responde el abrazo — ¿emocionada por tu primer día?
—Un poco — guardo el desayuno en el bolso — estoy lista.
—Vámonos pues.
Papi coge las llaves del carro y salimos rumbo a nuestros destinos.
El Instituto Cervantes es uno de los más importantes en todo el país, todo aquel que quiera aprender administración se le recomienda pasar por aquí primero más que todo por las pasantías debido a que duran un año a diferencia de las pasantías universitarias sólo son tres meses.
Llevamos veinte minutos de camino y solo suena la radio en todo el carro prefiero eso ante una platica estoy bastante nerviosa como para eso.
—Estamos cerca — dice mi mamá.
—Si — me limito a responder.
—¿Estás nerviosa? — gira su cabeza para verme.
—Si — le sonrió.
Muerdo mi labio inferior no puedo controlar mis nervios, sólo una vez fui la nueva y estaba en preescolar estuve en el mismo colegio desde mi niñez hasta mi graduación de bachillerato. Así que esto de ser nueva no se mucho.
Cuando estas pequeño bastaba con decir tu nombre a las pocos minutos tenías tu mejor amigo, pero cuando crees las cosas cambian y a veces con decir tu nombre y lo que te gusta no basta, así que sí es difícil.
—Llegamos — chilla mi mamá.
—Ok, hasta luego.
—Suerte mi amor Dios te bendiga.
—Te paso buscando Dios te bendiga — gira su cabeza y me sonríe papi.
Les sonrió y salgo del carro
Me paro frente a la entrada
—Estoy lista — comienzo a caminar por toda la entrada llegó a una banqueta y me siento esperando la hora para entrar a mi clase.
Llega una chica que reconozco por la charla de hace unos días, también me reconoce y se acerca a donde estoy.
—Hola Lusianny ¿verdad?
—Hola, si — Se sienta a mi lado.
—Mucho gusto soy Camila — extiende su mano y yo se lo respondo.
—Encantada.
—¿Vives por aquí? — saca su teléfono y escribe un mensaje.
—Eh no, vivo como a veinticinco minutos de aquí y ¿tú?
Termina de escribir el mensaje.
—Algo así — sigue escribiendo en su teléfono.
Muerdo mi labio inferior, no sabía que hacer y la chica sólo escribían en su teléfono. Empiezan a llegar personas y poco a poco se iba llenando el Instituto.
Llega una chica y un chico los reconozco por la charla, ellos nos reconocen y se acercan a donde estamos.
—Hola soy Valentía y él es Marco — el chico hace un dos con sus dedos seguido de una sonrisa.
—Hola soy Lusianny — ambos sonríen y Marco se me queda mirando de una manera extraña.
No hace falta relatar lo que continúa, en resumen Marco y yo nos hicimos novios. El veintitrés de febrero comenzamos las pasantías y aquí es donde comienza mi historia.
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Notas de la autora: esta historia es nueva espero y les guste.
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Solo fui yo
RomanceSi hubieras sincero nada de esto habría pasado. Si hubieras hablado todo este dolor se habría evitado. No hubiera salido lastima. Todo fuera diferente. ¿Por qué decías que me querías? ¿Por qué decías que me necesitabas? ¿Por qué me buscabas cuando...