—Ya no puedo más…
Lágrimas recorren por mis mejillas en medio de sollozos les cuento por todo lo que había pasado.
—Desde que empezó el año todo ha ido en picada, tanto en mi familia como con Marco. Cada paso que doy es para mal, no importa lo que haga siempre habrá un falla, si hago o no hago algo en la casa esta mal, desde que ocurrió lo sucedido con Marco ya nada ha vuelto ser igual.
—¿Qué sucedió? — Johanna
—Una vez fui a su casa estábamos muy bien una cosa llegó a la otra y él quiso tener relaciones íntimas al principio estaba de acuerdo, luego me acobarde y dije que no, él insistió mucho y yo volvía a repetir que no — limpio las lágrimas de mi cara, pero están seguían saliendo como un grifo abierto, en medio de mi llanto sentí dos fuertes abrazos en cada lado de mi cuerpo.
—Toma tu tiempo — dice Vanessa.
—Me decía que me iba a gustar y que disfrutaría mucho, le decía que no, no recuerdo bien como sucedió pero no tenía ropa, le seguía repitiendo que no quería él no me escucho. Cuando intento entrar lo empuje con mucha fuerza, no sé de donde la saqué, pero lo hice, me tape lo más rápido posible con una manta y él se alejó. Nunca he tenido relaciones, así que técnicamente esa fue mi primera vez.
—¿Por qué seguiste con él? — Vanessa me pasa un mechón de cabello detrás de la oreja.
—Después de ese día me sentí culpable, primero dije que si luego que no eso no está bien. Intente hacer la mejor novia que había, todo mi esfuerzo fue en vano aún así me dejó por la ansiedad.
—¿Desde cuándo tienes ansiedad? — pregunta Johanna
—Desde hace unos meses ¿por qué?
—No me has dicho cuando sucedió la situación con Marco, pero no hay que ser adivinos para saberlo — mira a Vanessa quien entiende toda la situación.
—No estoy entendiendo nada.
Vanessa me mira.
—Lo que te generó ansiedad fue el abuso que sufriste a manos de Marco.
—¿Qué? ¿Abuso? Eso no puede ser.
—Se que es muy difícil de procesar, pero si, tu ansiedad de generó o detonó por el abuso.
Paso mis manos por mi rostro.
—¿Es todo o hay más? — pregunta Johanna.
—Marco terminó conmigo y dijo cosas muy horribles de mi — Me volvieron abrazar.
—Él no te merece, no necesitas un hombre que te haga llorar y te obligue hacer cosas que tu no quieres. Necesitas alguien que te diga lo hermosa que eres, que no te deje ir a dormir si estas molesta o triste, que te de detalles y este contigo en las buenas y en las malas. Lusianny vales mucho, menos de eso no mereces — Dice Vanessa.
—¿Por qué me siento así? Sin valor, ni propósito, un vacío en el pecho es lo que siento — miro mis manos.
—Tienes un trauma, bueno, muchos traumas y no sabes como sobrellevar todo lo que ocurre. Debes de ir a un psicólogo te dará las herramientas necesarias para enfrentar lo que llevas en el pecho — dice Vanessa — los psicólogos no son para locos, son personas que ayudan con los problemas internos de cada quien, te dan diferentes herramientas de como sanar aquello que no rompiste pero si permitiste. Piénsalo y nos dices.
—Está bien — nos volvemos abrazar.
Estoy tan ahogada en este mar, siento que nado en contra de la corriente y que a pesar de todos los esfuerzos no puedo llegar a la orilla. Por primera vez estoy agradecida de tener amigas, esas personitas que están en las buenas, en las malas y en las peores, están para aconsejar, dar amor y sobretodo dar apoyo en los momentos de crisis.
—¿Cómo te sientes ahora? — pregunta Johanna.
—Aun me duele el pecho pero más aliviada.
Es hora de ir a un psicólogo.
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Notas de la autora: Ya siente un poco más de alivio Lusianny y eso me alegra mucho :)
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Solo fui yo
RomansaSi hubieras sincero nada de esto habría pasado. Si hubieras hablado todo este dolor se habría evitado. No hubiera salido lastima. Todo fuera diferente. ¿Por qué decías que me querías? ¿Por qué decías que me necesitabas? ¿Por qué me buscabas cuando...