Tiempo

Epílogo

"Prometo que nuestra historia nunca será olvidada, haré que el mundo la conozca"

— L. Manobal

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-Punto de vista en tercera persona-

"En el tiempo"

-3 años antes-

En la vida ocurren cosas inexplicables, puede que te desconcierten y te asusten, pero también te hacen sentir nuevo. Cruzo los brazos e imagino un mundo donde podría plantar cientos de semillas, esta flor me dará nuevas oportunidades, todo lo que necesito es ser cuidadosa y paciente.

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"Lisa, es la hora" solia odiar escuchar su voz, al pensar que su nombre sonaba soso de ella. Ésta chasqueó la lengua y se encaró al joven sentado pacientemente frente a ella. Los ojos de la mujer se posaron en sus manos, no sabe cuando fue la ultima vez que sus manos se sintieron calientes.

"Lisa, estoy esperando" se serenó la mujer que vestía su respetada bata blanca. "No he terminado de contar mi historia..." La tailandesa habla decepcionada, casi nunca ha sido tan transparente. "Tenemos que irnos, no se irá. ¿Verdad, Sr. Watanabe?", sonríe el doctor con determinación.

El joven asintió y ofreció a su amiga de poco tiempo una sonrisa afirmativa. "Puede irse, señora Manobal" le dijo, esta última negó con la cabeza, "le dije que me llamara Lisa, nuestra diferencia de edad no es tanta" pronunció la muchacha de cabello negro.

Bajando la cabeza, el universitario sonrió.

"El tiempo corre...". La doctora golpea el suelo de baldosas con los talones. No es irritable ni malhumorada, era por costumbre para recordarle que tienen que irse. La mujer respira hondo y frunce los labios, está disfrutando de la compañía del joven.

"¡Volveré!" Declaró con energía, haciendo reír al joven. Se saludaron con un gesto desenfadado. Sin embargo, cuando las puertas se cerraron y las dos mujeres se perdieron de vista. Como la flecha de un arco, lágrimas punzantes tomaron forma.

No puede describir lo que ha sentido durante la última hora, falta de aire, agobio, desolación y compasión. La atmósfera dentro de la habitación de cuatro paredes estaba rodeada de melancolía. Sabía que las palabras de Lisa pesarían mucho en su mente.

Sabía bien que su historia le había dejado una cicatriz en el corazón. Y sería casi imposible quitársela de encima. Había aprendido tantas cosas en una sola sentado y había experimentado la devastación con solo escuchar. Aún puede saborear la amargura en su interior. Se ajusta las gafas mientras recoge el papel usado.

Ya tenía bastante por hoy, no se le pasó por la cabeza que su proyecto llegara hasta ese punto. Podría haberse preparado emocionalmente. "Oh, Haruto ¿has terminado con la entrevista?" Se detuvo en el pasillo al toparse con el enfermero. "Sí, gracias por ayudarme" se inclinó cortésmente.

Se ganó una carcajada del hombre, el mayor le dio un golpecito en los hombros. "No es nada, ¿se ha portado bien contigo?". Sus cejas cesaron "Quiero decir, ¿no ha tenido rabietas?". Haruto negó con la cabeza, "Estuvo tranquila, pensé que iba a arremeter contra mí como lo que has dicho" el enfermero jadea "Eso es... nuevo, ¿qué le has preguntado de todas formas?"

"Bueno, empecé con las preguntas básicas. Como qué siente, qué hace, etc. Pero nuestro tema se desvió hacia la historia de su matrimonio". El viento helado silenció a los dos. "¿Habló de su matrimonio?" exclamó el mayor, sin creer lo que acababa de decir el joven. "A mí también me pilló desprevenido. Esperaba que siguiéramos con mi plan, pero no fue así" explicó