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Lo peor que puede pasarle a una persona que sufrió en su infancia es recordarle estos traumas, por que apesar que de hallan pasado años después de eso siempre sera una herida que nunca sanara.

(...)

La noche llegó y Jenn fue obligada a faltar esa noche a su trabajo, Bill sacó la excusa de que hoy tenía que hacer algo más importante que asistir a su trabajo.

Jenn se puso lo más bonita que pudo, Tom junto a Georg le mandaron un vestido color rojo brillante hermoso, junto a unos tacones de ese mismo color.

Maquillo sus ojos con un color negro oscuro, en sus labios aplico un poco de brillo labial.

—¿Ya vienen por mi?—Texteo Jenn en un mensaje para Tom.

—En 5 minutos estamos llegando, prepárate para lo que se viene—Respondió Tom casi de inmediato.

¿Lo que se venía? A qué se refería con esto se preguntó la femenina.

Jenn fue sacada de sus pensamientos cuando alguien tocó la puerta de su casa, no había problema de que ellos llegarán de la nada, por que su madre no estaba en casa, estaba en el hospital con Liam.

Jenn salió de casa temiendo por lo que le pudiera pasar esa noche, como si o al auto de bill, ya que todos los demás venían con acompañante.

—Hola...—musito esta con vergüenza.

—Te comportarás lo más obediente que puedas ¿esta bien? ¡Si no lo haces todo se irá a la mierda!—Dijo levantado el tono de voz cada vez más.

En ese punto la femenina ya empezaba a sospechar que era lo que realmente hacían los chicos, nunca le mencionaron nada sobre ello. Solo eran sospechas por su parte...

En todo el camino ninguno de los dos se esmero por sacar algún tema de conversación, en ese auto solo le lograba escuchar como la velocidad aceleraba más y más.

Alrededor de una hora llegaron hasta una linda casa, acojedora, pero algo de desperto la curiosidad de Jenn es que habían muchos guardias. ¿Que escondían exactamente?

Al entrar al lugar, se veía todo muy elegante, el ambiente era pesado pero nadie reprochaba algo al respecto.

Caminaron por un largo pasillo con una alfombra roja, a lo lejos Jenn pudo ver una puerta ginantesca. Allí su noche iniciaría.

—Exactamente ¿qué tengo que hacer yo en este lugar? Mi jefe me va a matar... Tal vez ya perdí el empleo—hablo cabizcaba.

—Nosotros ya nos encargamos de todo, tu “jefe” no te regañara mientras esté junto a nosotros—Dijo Tom.

Ese chico era el que mejor la trataba, por alguna razón ella se sentía cómoda al lado de este.

En cambio Gustav y Georg mantenían su distancia con la chica, y ni se hable de Bill, la trataba pésimo, la humillaba cuantas veces podía ¿Por qué? No lo sabía.

Ellos cada vez se acercaban más a la puerta, al estar en frente de esta se pudo sentir como el ambiente cada vez se ponía más denso u frío. Unos guardias abrieron les abrieron la puerta, todos entraron uno después del otro.

Un señor que ya aparentaba bastante edad los esperaba dentro de esa sala, parecía que el tena a tratar era importante por que todos permanecían serios.

—Bill Kaulitz... ¡Hace tanto tiempo no te veía!—Exclamó.

Todos saludaron a su manera, pero Jenn solo veía cada movimiento que hacían xda uno de ellos.

—Yefrik, ella es Jenn la chica que te servirá hoy...—hablo bill sin culpa alguna por estar ofreciendo a la chica.

—¿Que demonios?—pensó la chica.

𝘾𝙖𝙣 𝙮𝙤𝙪 𝙧𝙚𝙢𝙚𝙢𝙗𝙚𝙧...? | Bill KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora