Primer Dia | Lawlu 🌷

Decisiones tomadas.

Luffy y Ace llegaron a casa, Ace estaba muy nervioso y eso Luffy lo noto, Luffy pregunto por su nerviosismo y Ace respondió con un simple "no es nada" Luffy quedó satisfecho con eso al pensar que era verdad.

Sabo abrió la puerta y no los recibió con una sonrisa y mucho menos con el "Pasen chicos, ¿Que tal les fue?" que decía siempre que salían, ahora tenía una cara sería que si la observabas podías ver qué estaba enojado, Sabor los dejo pasar sin decir nada y aunque Luffy quiso irse corriendo a su cuarto para dormir, Ace lo detuvo.

Tenemos que hablar, Luffy. - dijo Sabo con la expresión sería antes mencionada - Siéntate.

Mmm... ¿Que tal mañana? ¡Tengo sueño! - dijo Luffy caminando a paso lento a su cuarto -

No, tenemos que hablar ahora. - Sabo se sentó en el sillón junto a Ace esperando que Luffy hiciera lo mismo - Siéntate.

Luffy se sentó a como Sabo se lo pidió, Ace seguía nervioso pero ya no tanto, no quería tener contacto visual con el que se encontraba enfrente suyo, Luffy.

— ¿De que quieres hablar?

Ace ya me lo dijo, Luffy, se que no me harás caso y que harás lo que quieras como lo has echo la gran parte de tu vida pero, porfavor, por esta vez has lo que yo pida. - dijo Sabo con firmeza -

Luffy asintió con la cabeza aunque no entendiera de lo que hablaba - ¿Que pasa? -

— Se que estás en una relación con Trafalgar, me gustaría decirte que apruebo tu relación, tengo una buena relación de amistad con este mismo, pero... El es un adulto y tú eres un adolescente, el es más maduro y tú apenas y sabes algo de la vida, el tiene 26 años, tu recientemente acabas de cumplir 19 años, el es un famoso, su vida es pública y tiene muchas personas detrás de el ¿Sabes cómo recibirán tu relación con el?

— Basta, entiendo lo que quieres decir, en serio, perdoname Sabo, pero no puedo terminar con el.

— Entiende Luffy, el público no tomara tu relación con el de una buena forma, mucho menos si eres menor de edad. Llegarán miles y miles de mensajes, cartas, llamadas y protestas de odio hacia ti sin razón alguna, lo digo por tu bien, termina con el.

— No quiero, ellos no son nada para mí, soy más fuerte que ellos.

— Tal vez tu no sientas nada por el odio que te llegará pero no serás el único, tus amigos, familiares y hasta el mismo Trafalgar serán odiados por estar a tu lado, no seas egoísta y porfavor, corta con el para que no pase esto...

— ... ¿Odiaran a mis amigos, ustedes y a Torao solo por salir con el...? Déjame pensarlo, No quiero hablar de esto ahora...

Porfavor, se que no será fácil pero, has lo que te pido y termina con el lo más pronto posible, porfavor... - dijo Sabo antes de que Luffy se encerrará en su habitación -

[🍖🍙]

Al día siguiente

¿Te sientes mejor? - pregunto Sanji sacándose el cigarro de la boca y soltando el humo de este -

Creo, si... - dijo Zoro mientras movía un vaso de alcohol en círculos - Entonces, ¿Ya te decidiste?

Sanji guardo silencio por algunos segundos, no quería hablar de eso - Si..

Bien... ¿que será lo mejor para ti? - Zoro tampoco quería hablar de ello pero era lo necesario para sacarse las dudas -

Primero, ¿Puedo hacerte algunas preguntas? - pregunto Sanji con una sonrisa corta y nerviosa -

— Claro.

¿Por qué te enamoraste de mi? - Zoro lo miro fijamente sin decir ninguna palabra, aparto la vista y se quedó callado por alguno segundos -

¿Recuerdas... La vez que-? No... tu no lo recuerdas, fue hace demasiado... - dijo Zoro dejando sorprendido a Sanji, escuchar eso lo hizo sentir aún más mal -

— Bueno, en ese entonces teníamos 12 años, yo llevaba mucho tiempo sin comer ya que me dedicaba solo a entrenar, por el agotamiento y falta de alimentos me desmaye en la puerta del restaurante donde trabajabas. Cuando desperté estaba en la parte trasera del restaurante donde se escuchaban los gritos de un niño pequeño queriendo que lo dejarán salir, después de muchos gritos de insistencia estos mismos dejaron de escuchar y sin previo aviso salió un niño corriendo con un plato de arroz hacia mi, con esa cara adorable e inocente me pidió que comiera, intente no hacerlo ya que solo quería irme a entrenar, ese niño siguió insistiendo hasta que porfin acepte, con esa tierna cara y sonrisa me pregunto si me gustó el plato y yo solo asenti, pero por alguna razón se emociono demasiado, cuando me fui me empezó a seguir a escondidas hasta llegar al dojo dónde entrenaba, desde ese día empezó a dejar platillos en la puerta del dojo con cartas que hablaban sobre su día a día, gracias a eso empecé a sentir algo por ti.

Oh... ¿Tu eras ese niño? Tú... Lo siento, deje de hacer eso después de un tiempo, no sabía que gracias a eso te enamoraste de mi, lo siento. - Sanji sintió que su corazón cayó en pedazos, las únicas dos personas que verdaderamente sentía algo por ellas, resultaron ser las mismas -

Si... Dejaste de hacer eso después de un año ¿Por qué? - Zoro espero una respuesta que realmente fuera buena o válida -

— Fue algo muy tonto, nunca respondías mis cartas pero comías todo lo que te daba y con eso era feliz, un día me quedé a ver que salieras y recogieras la comida, nunca saliste, unos mapaches se comieron todo e intente detenerlos pero me atacaron y no me quedo más que irme, deje de llevarte comida por la desilusión de pensar que no lo comías y no respondías las cartas.

Pero... Respondí a todas las cartas y me comía todo lo que me dabas, ¿Recuerdas que día fue el que te quedaste a ver? - pregunto Zoro dudoso de ello -

— fue... ¡Un Domingo!

— Mmm... Los Domingos yo no estaba en el dojo, eran mis días de descanso aunque no descansaba y entrenaba en casa, aunque... A veces pasaba por el restaurante disimuladamente para verte.

¡¿Que...?! Cómo sea, si respondías a todas mis cartas ¿Por qué nunca me llegaron? - Sanji cambio de tema para no sentirse tan tonto -

— Dejaba la respuesta dentro de la canasta,  unas hojas blancas que me daba mi mejor amiga para responderte, aprendí a escribir y leer solo para poder entender tus cartas y responderlas.

No puede ser... Yo tiraba esas hojas, pensé que eran servilletas usadas... - Sanji se sintió aún más tonto que antes -

— Ah... No te preocupes, ¿Ya son todas tus preguntas? Para que me digas tu decisión.

— No... ¿Que escribías en esas cartas?