Catorce

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Una hora antes de la carrera Sira no tenia otra cosa para hacer mas que esperar. Sus reuniones habían sido cortas pues ya todo estaba charlado y bajo control. Las estrategias ya estaban definidas y esta vez no decidieron cambiarlas ya que todos estaban de acuerdo en cuales eran las mejores opciones.

Por eso mismo ahora se dirigía hacia el motorhome de George para pasar el rato, no le apetecía para nada estar rondando el paddok sola y Sarah y Cass estaban ocupadas. George le abrió la puerta en un instante.

-¿Estoy en problemas?-se arrimo afuera y miro a ambos lados.

-No-respondió riendo-Quería pasar a ver como estabas y porque estoy aburrida-admitió.

-¿Ya terminaron con la estrategia?-se hizo a un lado para dejarla entrar al motorhome.

-Si, vas a ser todo un campeón-bromeo pegándole en el brazo.

-Espero que lo hayas dicho en serio.

-Y yo espero que lo puedas cumplir, ¿Va? Que no trabajo por nada y tu tampoco-ambos se sentaron en uno de los mullidos sofás.

-¿No tienes nada para contarme?-pregunto George alzando las cejas.

-¿Yo? No. ¿Y tu?-la mirada cómplice de Sira provoco que George se pusiera rojo como un tomate.

-No-mascullo-No hay nada que tu no sepas ya, estoy seguro.

-Pues, no he pasado tanto tiempo con Sarah estos últimos días, ya sabes, mucho trabajo y...

-Mucho Charles, lo comprendo. Es difícil hablar con Sarah cuando estas sola en una habitación de hotel con el chico que te gusta-Sira sintió como su rostro se calentaba poco a poco por la vergüenza. Debía de estar completamente roja.

Se aclaro la garganta.

-No se de que estas hablando.

-¿Si recuerdas que Cass durmió con Sarah y que las dos hablan conmigo, cierto?-pregunto con una ceja alzada.

-Son unas chismosas.

-Tal vez. La realidad es que también he hablado con Charles por la mañana-confeso.

-Eso tiene un poco mas de sentido-dijo en un suspiro mientras se recostaba en el sofá.

Se quedaron en silencio durante unos minutos, cómodos con su compañía no sentían la necesidad de hablar; sin embargo, George parecía estar más ensimismado de lo habitual, como si quisiera decir algo y no estuviera completamente seguro.

Y Sira tenía razón, por supuesto.

-¿Si sabes que a tu madre no le importa esa estúpida clausula, verdad?-pregunto mientras miraba un punto fijo delante de el.

-¿De que estas hablando?-pregunto fingiendo no entender lo que el quería insinuar.

-Sarah y yo hablamos hoy con ella. Sabemos que quizá parezca un poco precipitado, pero ninguno quería involucrarse...Sentimentalmente antes de saber que nuestros empleos no corrían peligro-explico, un destello de sonrisa se asomaba por su rostro.

-Si, claro, por supuesto-bufo-Como si fuera tan fácil.

-No es ella quien puso la clausula. Ha estado intentando quitarla del contrato desde hace semanas-Sira rio.

-Si mi madre no quisiera esa clausula, entonces no estaría en el contrato.

-Tu madre no es la única que decide sobre los empleados, Sira, tu mas que nadie lo sabes-había una nota de reprimenda en su voz.

-Lo se, tienes razón-admitió en un suspiro-¿Crees que debería hablar con ella para ayudarte?.

-Deberías hablar con ella para ayudarte a ti, tonta, y no empieces con la negación-advirtió, Sira estaba apunto de replicarle-Ya todos sabemos que te gusta...Y si no te gusta, te atrae.

Intrepid Curves || Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora